Contra es una de las franquicias fundacionales del gaming. Fue uno de los primeros shooters en abrazar el término Run n’ Gun que supo sobresalir en medio de una feroz competencia con otros grandes juegos de estilo similar. Pero hay un elemento que siempre definió la experiencia, separándola del resto y dejando a los demás como simples tiroteos pasatistas: controles ajustados que garantizaban que la habilidad del jugador primara por sobre todo lo demás. Luego de años de ausencias y entregas olvidables, Konami finalmente trae de regreso la fórmula clásica a través de Contra: Operation Galuga, título que se perfila como el ‘reboot‘ que tanto estábamos esperando. Pero la pregunta aquí es: ¿Alcanza como para reavivar la vieja llama o acaso los últimos traspiés sepultaron la reputación de la saga?
Un buen Contra tiene su corazón en la jugabilidad. Se trata de juegos fáciles de entender, con controles simples e intuitivos y una dificultad elevada. Lo lindo es que, a medida que pasan las primeras partidas, vamos adquiriendo una memoria muscular que nos prepara para los desafíos que se vienen. Es algo frecuente el quedar atrapado durante media hora en un nivel, reiniciando y reintentando hasta que lo superamos. Pero más normal aún es pasarse el juego en dos horas muriendo poco y sin llegar a ver la pantalla de Game Over. Claro, para alcanzar ese punto debemos aprender los pormenores de cada entrega, conocer los patrones de ataque de los jefes y encontrar nuestras armas favoritas. Todos estos preceptos, que bien podrían ser los mandamientos de la saga, se cumplen a rajatabla en la nueva entrega desarrollada por WayForward.
A simple vista, hacer un nuevo Contra puede parecer simple. Sin embargo, el estudio californiano tuvo que ejecutar el equivalente a una operación a corazón abierto y cumplir dos objetivos de vital importancia. Por un lado, ofrecer una experiencia fiel, que respete la esencia de Contra. Por el otro, sanar la profunda herida que nos dejó Contra Rogue Corps en 2019. Es difícil chocar la Ferrari de esta saga pero, en contra de todo pronóstico, fue el mismísimo Nobuya Nakazato (responsable de 3 de los mejores títulos de la franquicia) el que se encargó de dejarla en terapia intensiva con dicha entrega. Por eso hay que aplaudir la decisión de Konami, por que se ha de tener coraje para dejar el futuro de la mítica IP en manos de un estudio externo.
Contra: Operation Galuga vuelve a las raíces de la saga y, de cierta forma, podríamos tomarla como un reinicio oficial. La historia en realidad no importa, pero es interesante ver cómo canonizan las entregas de NES, SNES y Génesis en una sola línea temporal. Eso sí, sumando personajes nuevos, pero conservando el espíritu intacto. De buenas a primeras, vamos a revivir los eventos del primer título, comenzando en la selva de la Isla Galuga y culminando dentro de un alienígena gigantesco. Pero lo importante es cómo se desarrollan los 8 niveles, que fueron rediseñados para desafiarnos a cada paso sin dejar atrás la deliciosa sensación de estar de vuelta jugando el juego de 8 bits.
Los niveles son extensos y, a pesar de los guiños y referencias obvios, son completamente nuevos. Claro, la ambientación les da un aire de familiaridad, pero los diseños son originales y propiciar enfrentamientos ingeniosos. Algunos de los enemigos clásicos dirán ‘presente’, aunque con varias modificaciones, mientras que la mayoría fueron creados para el juego. Lo interesante es que WayForward tuvo en cuenta los grandes estandartes de la saga a la hora de incorporar contenido nuevo, como las secciones en moto y la habilidad para colgarse. Las influencias se notan también en los jefes, con referencias claras a Contra: Hard Corps y al injustamente olvidado Hard Corps Uprising de Arc System Works. Estas referencias están tan bien implementadas que sólo un verdadero fan de la saga podrá reconocerlas. Para todos los demás jugadores formarán parte de la genial experiencia de juego.
La fórmula original no necesitaba mejoras, por eso Contra: Operation Galuga se encarga de amenizar la idea de rejugarlo, adicionando muchísimo contenido desbloqueable. Parte de este se libera completando niveles del modo historia, mientras que todo lo demás requiere puntos que conseguiremos jugando. Las dificultades más altas otorgan una mayor cantidad, pero vamos a tener que conseguir muchísimos si la idea es desbloquear todo el contenido extra. No sólo hablamos de 5 personajes, sino de mejoras para las habilidades únicas, ‘perks‘ para comenzar con nuestra arma favorita, más vidas para todos los modos de juego o mayor resistencia para la armadura antibalas. Una vez completada la campaña se habilitan más extras, como ‘soundrtracks‘ de algunos clásicos de Konami que nada tienen que ver con el Run n’ Gun por excelencia.
Además del modo historia, esta nueva entrega incluye dos modalidades de juego extra. La primera está compuesta de una serie de desafíos, como superar un nivel en el menor tiempo posible, sin atacar o ser golpeados. En general son cortitos, pero nada fáciles de completar. Pondrán a prueba nuestras habilidades con el control, pero a cambio recibiremos una jugosa cantidad de puntos para gastar en la tienda. El segundo es un modo arcade que hará las delicias de cualquier amante de Contra. No sólo porque se deshace del componente narrativo, sino porque incluye la dificultad ‘clásica’ (donde morimos de un disparo) y cooperativo para 4 jugadores. Es la mejor forma de juntar puntos y probar las diferentes combinaciones que podemos armar con los ‘perks‘ y los personajes nuevos.
WayForward puso énfasis en conservar la esencia de la franquicia y, según quién juegue, puede ser un punto a favor o en contra. Por un lado es entendible que, luego del desastre de Rogue Corps, Konami quisiera aferrarse a los pilares de la saga. Por el otro, el ojo inexperto puede entenderlo como una experiencia conservadora carente de innovación. Pero, en realidad, Operation Galuga está repleto de mejoras a la calidad de vida que aquellos familiarizados con el tema sabrán apreciar instantáneamente. Desde apuntar en 360 grados con el ‘stick‘ analógico, pasando por opciones de accesibilidad en los modos de dificultad, hasta la habilidad para sacrificar un arma para realizar un ataque especial que reemplaza a las bombas o agarrar dos armas iguales para conseguir una versión mejorada de la original. Pero, además, por los diferentes estilos de juego que ofrece cada uno de los personajes.
Para empezar tenemos un botón dedicado a esquivar, algo revolucionario en Contra. Pero, a medida que probamos cada personaje, podemos notar diferencias sutiles pero sustanciosas que afectan a la jugabilidad. Desde la velocidad o distancia del salto, pasando por el tipo de arma que representa cada letra y hasta las habilidades únicas de cada uno. Algunos cuentan con un gancho para ascender rápidamente, otros pueden planear o cubrir una distancia mayor con el esquive, entre varias otras. Por ejemplo, uno de los personajes puede transformar a la escopeta (la legendaria letra S) en un arma que se puede cargar para disparar un proyectil gigantesco, similar al Mega Buster de Mega Man. Son detalles que, cuando llegamos a niveles avanzados en dificultades altas, hacen la diferencia entre sobrevivir o reiniciar la partida.
Contra: Operation Galuga es una nueva oportunidad para la saga y un juego prolijo, efectivo y divertido. Está repleto de detalles, guiños y referencias a la franquicia que denotan el cariño y cuidado con que fue desarrollado, convirtiéndolo en un obligatorio para todo fanático de ‘La gran C’. Cada cambio y nuevo añadido está hecho con respeto al título original y, si bien la inclusión de la historia puede entorpecer la primera partida, es una molestia sin importancia en comparación a la obra en general. Los precios de la tienda de desbloqueos pueden resultar algo abusivos, pero las recompensas valen la pena y siempre nos dejan con ganas de más. Hay lugar para mejorar, en especial en cuanto a la cantidad y extensión de los niveles, pero se nota que WayForward entendió la esencia de la saga. Y lo mejor: sabe cómo encarar la inevitable secuela.
Sobre Sebastián Cigarreta
Periodista especializado en gaming, amante de los juegos incomprendidos y eterno enamorado de los clásicos noventosos. Tengo debilidad por todos los MegaMan, siempre Vega main y soy eterno caballero de Boletaria.
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