VLAD CIRCUS: Descend Into Madness – Análisis

VLAD CIRCUS: Descend Into Madness – Análisis

La paranoia traducida a pixeles

Vlad Circus: Descend Into Madness es un título que nos recuerda que la locura puede llevar zapatos grandes, guantes blancos, tener el rostro pálido y nariz roja, pero estar lejos de hacernos reír


Toda persona que atraviesa evento traumático, sabe que este deja una herida que a pesar de los años, a duras penas llega a cicatrizar. Ese acontecimiento sigue generando una sensación de agobio cada vez que un mínimo recuerdo de una época donde todo era más simple, comienza a dar vueltas por la cabeza. Es difícil soportar el pasado, pero más difícil es hacerse a la idea de que las cosas se puedan superar. ¿Cuánto se puede soportar dicho tormento? y peor aún ¿Cuánto dura dicha tortura? Eso es lo que el estudio argentino Indiesruption, intenta responder en Vlad Circus: Descend Into Madness, una aventura grafica de aspecto pixel art con algún que otro toque novedoso, mucha locura y un elenco de variopintos personajes.

Vlad Circus: Descend Into Madness se aleja de lo que el estudio hizo en el grandioso Nine Witches: Family Disruption. Sin embargo, mantiene el cautivador aspecto que supo atrapar a muchos a primera vista, sumando una oscura ambientación y una interesante trama. La historia transcurre en el año 1929 y nos pone en el papel de Oliver Mills, un payaso de circo también conocido como ‘Lazy Ollie’, quien inesperadamente recibe una invitación para reunirse nuevamente con sus ex compañeros circenses. Al parecer el viejo Vlad desea restaurar su magnífico circo con todos sus viejos integrantes. Ollie ve en esto un destello de esperanza que quizás pueda devolverle la ilusión que alguna vez dibujo una sonrisa de alegría en su rostro. Es así como, a pesar de su angustia, decide aprovechar la oportunidad para darle lugar a sus sueños una vez más, y también a un amor que no pudo ser.

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¿Se estarán preguntando por qué tanto dramatismo? Resulta que hace aproximadamente 8 años atrás, un incendio redujo el circo a cenizas dejando al pobre payaso traumatizado por el suceso. Se identifico a un culpable, el cual fue sentenciado y recibió su castigo. A causa de este siniestro, Ollie se vio obligado a internarse en el hospital psiquiátrico Pennhurst, al notar que no podía superar ese trágico episodio de su vida. Pero, ¿Fue así es como realmente se dieron las cosas?. Son muchas las incógnitas que envuelven a nuestro pintoresco protagonista y es que estamos ante una clásica aventura de misterio donde debemos investigar, conversar y leer notas para ir atando cabos que permitan comprender lo que sucede.

Vlad Circus: Descend Into Madness Mansion Petrescu

La aventura se desarrolla dentro de la mansión Petrescu y sus alrededores. Incluso tendremos algunos flashbacks donde recorreremos el circo. El juego se ve muy bonito y no es casualidad, puesto que Indiesruption ya demostró de lo que es capaz plasmando sus historias con un hermoso diseño pixel art. En esta ocasión hacen uso de unos diseños más estilizados y no tan ‘chibi’ como en su anterior trabajo, con detalladas animaciones para cada uno de los personajes. Algo similar sucede con los entornos que también contribuyen a hacer del título un agradable espectáculo visual.

La ambientación está muy lograda con escenarios lúgubres diseñados específicamente para hacernos sentir desvalidos y solos, a pesar de encontrarnos acompañados en más de una ocasión. Los entornos son relativamente amplios y la oscuridad está más presente de lo que parece. Una simple lámpara de kerosene evita que nos envuelva la penumbra, pero su uso no es ilimitado. El kerosene se agota y a medida que esto ocurre va disminuyendo su eficacia. Por lo tanto, es primordial utilizarla solo cuando sea necesario.

Vlad Circus: Descend Into Madness Puke

Vlad Circus: Descend Into Madness es una aventura gráfica que no opta por el clásico estilo point and click. Por el contrario, es posible controlar y mover al personaje libremente por el escenario. Podemos correr, utilizar un reducido arsenal que nos será útil en momentos claves y, como todo buen exponente del género de bien, contamos con un inventario cuyo espacio se puede expandir con unas bolsas de tela. Los ítems son muy variados y pueden ser utilizados en forma natural o combinarse entre sí para conseguir algún otro objeto de utilidad. Las mecánicas son muy simples e intuitivas, difícilmente representen una dificultad a la hora de resolver un puzle o tratar de comprender que hay que hacer para avanzar.

Los puzles son bastante lógicos y por suerte ninguno resulta rebuscado o difícil de superar. La mayoría consiste en ayudar a los distintos personajes varados dentro de la mansión Petrescu, aunque varían entre sí. Tras interactuar con cada uno de ellos se habilitará una serie de opciones para conversar, siendo estas charlas la mecánica que nos permite descubrir datos del pasado, conocer detalles acerca del incendio del circo o de los demás integrantes de la compañía circense. A su vez el Ollie tomará nota de la información relevante en su diario personal. En él también encontraremos un listado de objetivos y el mapa de las zonas exploradas.

A medida que avanzamos nuestro protagonista será testigo de grotescas imágenes que torcerán su cordura. Al igual que en el título de culto ‘Eternal Darkness: Sanity’s Requiem’ (salvando las enormes distancias que diferencian a ambas producciones) se implementa un sistema de estrés que a medida que aumenta, jugará en contra haciendo que las alucinaciones de Ollie sean cada vez peor. Hay un par de métodos con los cuales podemos apaciguar la mente del payaso para evitar caer en el ‘Game Over‘. Rezar es una de ellas, ya que el personaje lleva consigo un rosario que lo tranquilizará paulatinamente. Pero solo cuando sea oportuno, porque ejecutar esta acción lo deja vulnerable por unos instantes. El otro método es bebiendo los tónicos que nos proporciona el Dr. Nicholas Jasper, el psiquiatra que atendió al payaso durante sus años de internación.

Acorde avancemos será inevitable toparnos con enemigos ‘tangibles’ que nos harán frente. Estos pueden ser sorteados, pero en muchas ocasiones estaremos obligados a combatir, debiendo hacer uso de las armas que encontremos por el camino. Dispondremos de un machete de carnicero, un revólver y una escopeta. La munición es escasa, pero no lo suficiente por lo que podremos quitarnos de encima a más de un enemigo que esté atentando contra nuestra integridad. El sistema de combate es algo que pudo haberse pulido un poco más. No son pocas las situaciones en las cuales al disparar no es posible atinar al blanco deseado. A veces porque justo se encuentra un poco más a la izquierda, derecha o en dirección diagonal a nuestra posición. Como resultado, se añade una ligera pero innecesaria capa de frustración.

Algunas acciones o situaciones se vuelven un tanto repetitivas al verse lastradas por una monotonía que tal vez no fue identificada en su diseño. Si bien los enemigos afectan a la mente de nuestro personaje, uno no puede evitar sentir que varios enfrentamientos parecieran estar metidos a la fuerza. En especial porque los combates más comunes (contra unos seres decapitados) no aportan ningún valor narrativo o relevante para el resto del juego, como sí ocurre con la pelea cerca del desenlace de la aventura. De todos modos, se sostiene gracias a la barra de estrés que irá en aumento acorde al daño recibido o a la exposición constante a situaciones tensas, el inventario que permite expandirlo y el uso de la lámpara.

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Dejando de lado el combate -sin lugar a dudas, uno de los puntos más flojos- la trama del juego engancha bastante. Descubrir el misterio en torno al pasado de Ollie y de lo que sucedió con el circo es genial. Además, un plus a tener en cuenta, es que la trama de Vlad Circus: Descend Into Madness se extiende más allá del videojuego. El equipo de Indiesruption convocó al autor Durgan A. Nallar no solo para escribir los diálogos, sino también para dar vida a una novela que oficia como precuela titulada como “La historia del Circo Vlad” (The Story of Vlad Circus). La misma puede leerse antes, durante o después de completar el juego ya que es un anexo. En él se describen acontecimientos en el Circo y profundiza en la personalidad de la troupe que lo conforma.

Vlad Circus: Descend Into Madness es un título delicado que reúne varios elementos para conformar sus mecánicas y así mantener en vilo a los jugadores. Es una pena que por momentos sea inevitable desconectarse del eje central por entretenernos con acciones que finalmente no terminan por definir al protagonista o sus intenciones. De todos modos, es un videojuego sumamente interesante que invita a la especulación acerca de lo que está sucediendo. Y puede que por momentos sea predecible. Sin embargo, su argumento que engancha y entretiene por igual durante las aproximadamente 7 horas de duración. Su estética, mecánicas de juego, manejo del suspenso y el horror aciertan dando por resultado una aventura demencial que consigue hacernos empatizar con ‘Lazy Ollie’.


FICHA TÉCNICA:

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Sobre Darío Gadea

Sniper de pura cepa. Fanatico del horror, la fantasia y la ciencia ficción. Adicto a los Metroidvanias, los RPG, la musica pesada y el synthwave. Cuando no esta leyendo algo perturbador esta jugando a Age of Empires II


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