THE THAUMATURGE – Análisis

THE THAUMATURGE – Análisis

Varsovia, esotérica y misteriosa

The Thaumaturge nos invita a sumergirnos en una Varsovia mística y peculiar, a través de una experiencia narrativa que si bien no está exenta de altibajos, destaca por su calidad


Los videojuegos de índole detectivesca, como por ejemplo L.A. Noire, suelen abordar los crímenes y el misterio desde una perspectiva mundana. En lo personal, no es algo que me atraiga, puesto que necesito que la historia se vuelque a lo sobrenatural o a la ciencia ficción, por más leve que sea. En dicho sentido, The Thaumaturge, se decanta por ofrecer una aventura llena de misterio, donde el ocultismo y la magia son moneda corriente. Lo hace en una realidad alternativa donde criaturas esotéricas, conocidas como Salutors, conviven con los humanos, escondidas tras un velo que sólo poderosos magos pueden ver. Se trata de un título muy interesante, que pese a presentar altibajos en su narrativa, invita a desvelar conspiraciones, sonsacar secretos, tomar decisiones de ambigua moralidad. Todo mientras damos alguna que otra paliza a malhechores, con la ayuda de criaturas del más allá.

El trabajo de Fool’s Theory se ambienta en un tumultuosa y alternativa Varsovia de 1905, donde seguimos los pasos de Wiktor Szulski, un taumaturgo que recorre el mundo en busca de una cura para su aflicción. Nuestro protagonista sufre un pesar de lo más inusual, casi espiritual, puesto que está perdiendo la conexión con Upyr, el Salutor con el que estableció un estrecho contrato en su juventud. Según parece, la única persona capaz de ayudarlo es un ‘obrador de milagros’ que no es otro que el mismísimo Grigori Rasputín, el infame monje loco. Lo descrito es tan sólo el puntapié de una aventura que aborda conflictos sociales y políticos teniendo como trasfondo una Polonia sometida al yugo del Imperio Ruso.

Además del hilo narrativo principal, también podemos disfrutar de diferentes tramas y misiones secundarias (algunas con límite de tiempo) que se desarrollan por las callejuelas de la ciudad. Si bien disfruté mucho de The Thaumaturge, tanto la historia como algunas misiones secundarias presentan altibajos muy notables. Por momentos la narrativa es exquisita, pero no está exenta de desenlaces o sucesos que descolocan un poco. Sin ánimos de hacer ningún tipo de spoiler, sólo diré que algunas escenas se sienten demasiado anticlimáticas e incluso fuera de lugar. Parece como si el juego fuera una esfera muy bien pulida, donde cualquier mancha queda en evidencia. No obstante, quiero aclarar que, si bien estos bajones se hacen presentes, el título en sí es muy disfrutable. Y haciendo un poco de vista gorda, se puede perdonar algún que otro desliz.

La jugabilidad gira en torno a la narrativa, puesto que la mayor parte del tiempo la pasaremos hablando con diferentes NPC a través de un sistema de diálogos elaborado e interesante. Wiktor cuenta con una habilidad de percepción que servirá para reconocer el entorno en busca de pistas. Algo parecido al ‘Sentido Witcher’. El caso es que, como taumaturgo, nuestro protagonista puede identificar la esencia de una persona en un objeto, llegando de ese modo a una conclusión que desbloqueará nuevas opciones de conversación y formas de resolver conflictos. Eso sí: Tal y como podemos abrir caminos, otros pueden cerrarse dependiendo de las acciones tomadas. Y si bien nunca queda en claro ‘cuando’ ni ‘cómo’, toda elección acarrea consecuencias.

Se disfruta mucho de este elemento, puesto que es la forma en que The Thaumaturge promueve la exploración. Especialmente porque las pistas necesarias para alguna conversación pueden estar no solo en las inmediaciones, sino también ocultas tras una charla con otro NPC. Además, muchas veces contaremos con múltiples objetivos que seguir en paralelo, lo cual puede resultar en finales diferentes para la misma misión. Añadiendo a esto, algunos personajes recordarán nuestras decisiones, lo cual puede tener impacto en futuros encuentros. Especialmente si nos dejamos llevar por las respuestas derivadas del sistema que gira en torno a la ‘marca de orgullo’. Este es un rasgo que define a Wiktor y dependiendo de que tan orgulloso -o incluso arrogante- queremos que sea, podremos acceder a nuevas opciones de diálogo. Lo interesante de esto es el impacto narrativo, un detalle que sin lugar a dudas sorprende.

The Thaumaturge Review

Como todo buen RPG que se precie, también tenemos parámetros y estadísticas que pueden ser mejorados mediante un sistema de subida de nivel muy sencillo, que está estrechamente ligado a los Salutor que tengamos a nuestra disposición. Contamos con cuatro dimensiones: Mente, corazón, palabra y acto, las cuales están regidas por un Salutor. Por lo tanto, para poder progresar a lo largo de cada dimensión será necesario encontrar y domar a los Salutors correspondientes. Nuevamente, el juego sabe como incentivarnos, puesto que capturar criaturas no sólo nos dará acceso a nuevas habilidades, sino que será necesario para revelar el significado de algunas pistas o manipular a determinados NPC.

Los Salutors también nos ayudarán en el combate, que aboga por el clásico sistema por turnos. Gracias a nuestra percepción, podemos adelantarnos a los movimientos de los enemigos, visualizando las rondas y cuanto tiempo tomará hasta que realicen una acción. Disponemos de varios tipos de ataques, los cuales se pueden potenciar con habilidades pasivas, personalizando -levemente- cada uno de los movimientos. Disponemos de golpes que sirven para quitar puntos de vida y de habilidades para romper la concentración de cada enemigo, haciendo que pierdan el turno. Lo más importante es que esto nos permitirá ejecutar un poderoso golpe final. Cabe destacar que esto también aplica a nosotros.

The Thaumaturge Análisis

El combate en sí no presenta demasiada complejidad, pero es un lindo añadido al juego. En particular las batallas contra los Salutors salvajes, que se sienten un poco más interactivas. El inconveniente con las peleas es que se pueden ‘romper’ muy fácil, y que si tenemos más de una acción planeada contra un mismo objetivo, estas se cancelan si cae derrotado, en lugar de pasarlas al siguiente contendiente en pie. Por otra parte, algunos combates se sienten totalmente innecesarios y hasta un tanto forzados. Aún así, considero que, al final del día, los combates son entretenidos y vistosos, puesto que las animaciones de los Salutors le dan mucho estilo al momento. 

En cuanto al apartado técnico, The Thaumaturge no están nada mal. Las calles de Varsovia se sienten vivas, transitadas, con NPC haciendo sus propias cosas en el fondo. Todo sin perder ese toque lúgubre que le hace apegarse debidamente a la ambientación. Los diseños de personaje, especialmente el de los rostros, están un tanto repetidos. Sin embargo, el de los Salutor es realmente genial, puesto que cada uno se siente muy único. También me parece un lindo añadido el de poder cambiar la vestimenta de Wiktor. La banda sonora es muy de época, destacando particularmente la melodía del combate, que se me quedó pegada. No hay mucho que reprochar respecto al apartado audiovisual puesto que, en general, está muy bien. 

The Thaumaturge es una obra narrativa muy interesante, con algunos detalles que, aunque cuestionables, se perdonan gracias a la calidad en general del título. Los combates son un ‘plus‘, pero el punto fuerte se hace presente en los diálogos. El juego cuenta con varios finales, pudiendo ser algunos mejores que otros, aunque todo dependerá de las decisiones tomadas por el camino. Es indudable que el título podría ser mejor en varios aspectos pero, al margen de ello, disfruté mucho sumergirme en esta mística aventura y de ponerme en los pies de un taumaturgo acompañado de criaturas espectrales. Creo que Fool’s Theory ha creado y dado vida a algo muy interesante.


FICHA TÉCNICA:

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Sobre David Cedres

Fanático del anime, la ciencia ficción y por supuesto los videojuegos, de preferencia indies.


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