Los juegos extraños son algo que disfruto bastante. Posiblemente más de lo que lo hace la mayoría de las personas. No es casualidad que uno de mis títulos favoritos de 2021 fuera Cruelty Squad, una propuesta difícil de definir en pocas palabras. Como sea, siempre estoy dispuesto a dejarme sorprender por esos videojuegos que algunos puedan encontrar demasiado «experimentales». Si bien no jugué a la primera parte, cuando vi Sludge Life 2 no dudé en darle una chance. Es una propuesta que me gritaba «¡Soy raro, manejo un humor extraño y mi mundo es bizarro!». Y que les puedo decir, no me hizo falta nada más
La premisa de Sludge Life 2 es simple: Asumimos el papel de GHOST, un grafitero que despierta en la habitación de un hotel tras una noche de fiesta descontrolada con el objetivo de encontrar a Big Mud, su compañero con quien tiene que grabar un videoclip. Eso es lo único que el juego nos pide. Pero cuidado, que es una tarea mas difícil de lo que parece, pues pocas pistas tenemos al respecto de su paradero. A partir de ahí, habrá que investigar cada rincón del mapa, charlando y conociendo a distintos personajes, atestiguando diferentes fragmentos de sus vidas.
El desarrollo de Terri Vellmann y Doseone se siente único en su especie. No es demasiado largo y, sabiendo lo que hay que hacer, se termina en un par de minutos. Jugando casualmente me tomó poco mas de una hora encontrarme con el final. Eso, sin embargo, no importa porque este es un titulo en el cual la motivación no pasa por cumplir objetivos, si no empaparnos de su mundo. Es uno de esos juegos que se queda dando vueltas en la cabeza por mucho tiempo después de haberlo terminado. Pero cuidado, no hay confundir ‘corto’ con ‘poco contenido’. Habiendo terminado el juego una primera vez, dediqué una buena cantidad de horas a la exploración, descubrir cosas y a conversar con sus personajes.
Y es que lo que Sludge Life 2 tiene para ofrecer es, principalmente, estilo. Esta es una característica que se percibe en sus personajes bizarros, atrapados en situaciones extravagantes que, al mismo tiempo, están ancladas en lo cotidiano, en un mundo que mas allá de su aspecto, se siente muy real y cercano. También en su propuesta visual que mezcla distintos elementos, como la baja definición de la imagen o un efecto ojo de pez en la cámara, que da como resultado una experiencia que visualmente juega entre el videocassette y lo onírico.
Ese estilo también impregna el apartado sonoro, con destellos de música que se puede escuchar mientras exploramos, con distintas radios y cintas. Y por supuesto se extiende al lenguaje totalmente inventado que utilizan los personajes. Todo tiene su propio encanto. Además, ambos elementos se mezclan y si bien son ininteligibles, construyen su propio ritmo. Tal es así que vale la pena recoger todos los tapes de Big Mud y disfrutar de sus simples. Aún cuando sea imposible entender lo que está diciendo. Porque les aseguro que dejarse llevar solamente por su ritmo, vale la pena.
Finalmente, el estilo también llega hasta las raíces de la propuesta. Me refiero a su guion absurdo, lleno de humor, personajes bizarros y diálogos irreverentes, que hasta por momentos se vuelven vulgares. Pero es justamente este detalle el que al mismo tiempo le aporta una gran dosis de humanidad, haciéndolos parecer mucho mas reales de lo que habría llegado a esperar.
Sludge Life 2 también ofrece actividades secundarias y coleccionables. Ahora, si bien esos elementos son disfrutables, porque es satisfactorio ‘grafitear’ distintas partes del mapa, recoger ítems o tomar fotografías, no son el centro de la experiencia. Es un juego en que lo principal no está en la interacción con lo que nos rodea, ni tampoco en la narrativa, que se limita a unos breves diálogos con los personajes. El foco está en transitar por el mundo, observarlo y en dejarse llevar por la curiosidad de descubrir que encontraremos detrás de la siguiente puerta.
Quien espere un juego cargado en mecánicas duras, con horas de gameplay complejo, se va a llevar una decepción aquí. Sin embargo, aquellos que se animen a darle una chance porque se hayan visto atraídos por su estética, van a verse recompensados con una experiencia que profundiza y sorprende en esa dirección. Lo hace con simpleza, sin grandes pretensiones, con un acercamiento bastante punk carente de solemnidad y sin tomarse demasiado en serio. Sludge Life 2 es un juego corto, pero que ofrece muchas horas de entretenimiento, y que dice mucho sin hablar demasiado.
Sobre Mariano Daneri
Me gustan las milanesas con fideos.
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