Me gusta pensar en los videojuegos como la propuesta de un equipo que pretende hacernos vivir una experiencia particular con su producto. Sin embargo, muchas veces no consiguen alcanzar dicho cometido, quedándose más como una idea que una realidad. Como jugadores, buscamos experimentar algo nuevo, así como también descubrir una historia que acompañe de forma acorde y que dote de sentido a todo lo que sucede a lo largo de las horas que dedicamos a nuestra partida. Eso es lo que, a criterio personal, considero que Game Island logra con Serum, un juego de supervivencia ambientado en un mundo posible, coherente, con una trama que, si bien simple, cumple con su cometido.
Serum se presenta con una pantalla de menú decorada con la imagen de un jabalí salvaje, agresivo y radioactivo, que parece haber sobrevivido a varias batalla contra humanos. Una música de suspenso de corte sci-fi suena de fondo, plantando la semilla de la incertidumbre acerca de qué tan desafiante será la propuesta. Nos ponemos en el rol de Adam, cuya primera preocupación gira en torno a cómo sobrevivir a una plaga y a los efectos negativos de un suero que tendremos que fabricar constantemente para protegernos. Lo interesante es que detrás del mismo se esconden los secretos de la historia, pues tiene un componente mutagénico muy peligroso para todo ser vivo, que ha cambiado toda la biodiversidad de este mundo.
Nuestro protagonista tiene un temporizador incorporado, que es como una bomba de tiempo integrada con la que carga, que indica la necesidad de suministrar el Serum. Dicho de otro modo, es una cuenta regresiva que nos muestra cuantos minutos de vida tenemos antes de que la plaga se apodere de nosotros. Una sensación similar al estar fuera de ‘la zona’ en un battle royale, y ver que poco a poco, sin importar el equipo que tengamos, vamos a ir descendiendo a la sombra de la muerte si no hacemos algo específico para evitarlo. En este caso, utilizar un aparato de absorción, que nos restablece a un estado “normal”, que a la vez oficia como un check point.
Este aparato se encuentra en el refugio, nuestra base, el único lugar seguro donde el temporizador deja de contar. Aquí podemos fabricar y mejorar el equipo, además de automatizar la producción de diferentes recursos, reciclar y componer objetos. Y más importante aún, también es donde elaboramos distintas combinaciones de suero que nos aportaran habilidades y mejoras a las estadísticas. Cada sección como el laboratorio, invernadero o mesa de trabajo, pueden mejorarse hasta el nivel tres, modificando tanto las posibilidades de elaboración y eficiencia, como su estética. Esto se traduce en mejores herramientas para el combate, pudiendo crear armas de daño cortante, contundente y penetrante, como machetes, hachas, arcos o lanzas. Todas cuentan con distintas características y la particularidad de que podemos añadir algo de Serum, para provocar diversos efectos en los enemigos.
Administrar la exploración, la recolección de recursos, el reciclaje y las recetas es la clave para progresar en el juego. Lo interesante es que las mecánicas se sienten orgánicas y coherentes con la historia que se nos cuenta, donde una gran corporación intentó salvar al mundo de la plaga con un suero, liberando en el proceso un mutágeno igual o peor de dañino. Todo esto repercute de forma muy ingeniosa al momento de crear los sueros. Por ejemplo, si añadimos los ojos de un sapo mutante, adquirimos visión nocturna, o al usar hierbas silvestre para curarnos el mutágeno también nos infecta. Se aprecia el cuidado con que Game Island creó este mundo. A esto se suma un cuaderno donde se detalla cada elemento de la aventura, nuestra bitácora, documentos, bestiario y muchas cosas más. Un fichero con expedientes detallados, que hasta incluye los diálogos mantenidos por si deseamos repasarlos.
Hasta este punto, la experiencia es encantadora, en especial por la construcción de mundo y la coherencia con los objetos, animales, plantas, enemigos, mecánicas de fabricación y obtención de recursos, y la relación íntima que consigue todo lo anterior con el Serum. De hecho, el suero hasta es necesario para desbloquear cajas fuertes, por lo que tenemos que calcular cuanto tiempo nos queda antes de hacer el intento de abrirlas, porque podemos tener una de las muertes más patéticas donde la ambición rompe el saco. Lo mejor es que la propuesta invita a la experimentación y a la búsqueda de elementos específicos para mejorar las capacidades de Adam utilizando este suero en él, en sus armas, y buscando elaborar las fórmulas que mejor se ajusten a la estrategia para llevar a cabo nuestra raid.
Ahora, ¿Por qué digo raids? Porque es así cómo se siente. En Serum tenemos un temporizador incorporado, por lo que en cuanto decidimos salir del refugio, todo minuto cuenta. Por ejemplo, a veces vamos a encontrar caminos bloqueados que requieren una habilidad específica. Entonces, el tiempo que tardamos en ir a la base y volver, sumado a los animales y enemigos de cada zona, los tipos de ataques que realizan y varios detalles más, los tendremos en cuenta para decidir qué suero fabricar. Además, la cantidad de inyecciones que podemos llevar es limitada, como así también la forma en que nos afectan el mutágeno, pudiendo incluso volvernos intolerantes al suero. Entonces se vuelve a sentir una experiencia orgánica, que más que frustrante, en mi caso particular, me pareció una forma maravillosa de hacerse cargo de la propia propuesta sin ceder a comodidades para el jugador.
Cada sección presenta un bioma y atmósfera diferentes. Al explorar podemos ver los efectos de la mutación en cada uno de ellos y el abandono que sufre el mundo por esta crisis. Un dato no menor es que el mapa está conectado con un teleférico. Y no fue sino hasta que lo descubrí que me di cuenta que estaba jugando en modo hardcore desplazandome a pie. Por otra parte, cabe destacar lo bien trabajado que está el tema de los animales y los biomas. En cada zona podemos ver criaturas diferentes, como lobos, humanos que sucumbieron a la mutación y hasta bichos gigantes que moran en los árboles; una especie de ciempiés que me volvió loco de la emoción, al que apodé “El Tijeretas”, mi favorito del bestiario. Eso sí, demasiado débil para mi gusto.
Otro detalle que encontré interesante es que los objetos que dejamos tirados en el mundo, sea por alivianar el peso de carga o cualquier otro motivo, quedarán en el mismo lugar durante toda la partida. Esto es algo que se agradece, especialmente cuando los recursos no aparecen dos veces en el mismo lugar. Solo los enemigos y las plantas aparecen infinitamente en los mismos sitios. Hablando del mapa, no contamos con uno, pero -en lo personal- no lo veo como una molestia. Con la brújula y las referencias de las notas que encontramos, podemos guiarnos fácilmente. Y lo digo aún siendo consciente de que tarde diez horas en encontrar el teleférico. Pero también fue porque estaba concentrado en el mundo y buscaba en todas las esquinas objetos, como discos duros, o sábanas.
Hay que recordar que Serum todavía está en acceso anticipado y, por lo tanto, no está exento de algunos problemas. Eso se ve tanto en cuestiones de accesibilidad, jugabilidad y contenido. Sin embargo, al momento de redactar estas líneas, las actualizaciones son constantes, y de forma efectiva, cuestiones como asignar una tecla para los objetos curativos se van solucionado. Indudablemente, todavía hay mucho que pulir o animaciones que añadir, como por ejemplo una que demore la curación, para dotar al juego de un puntito extra de dificultad.
En mi experiencia, antes de que añadieran dicho botón, estaba obligado alejarme, acceder al inventario y seleccionar el ítem de curación. Si bien considero esto como un error de diseño básico, al final aportaba al juego una capa de dificultad extra que me ponía los pelos de punta ante la posibilidad de una muerte injusta, producto de esta cuestión de accesibilidad. Otra cosa que solucionaron es el desplazamiento de objetos entre la mochila y el baúl, que originalmente se traducía como un proceso largo y tedioso. Por otra parte, también existen algunas dificultades para encontrar documentos que deseemos releer. Quizá pueda resolverse agrupándolos por secciones o capítulos, o contar con una herramienta de búsqueda más eficiente. Más allá de eso, la interfaz en general, resulta intuitiva y agradable,
Por otra parte, existen otros dos detalles que rompieron con la experiencia: La limitada banda sonora y los bugs entre el sonido y los eventos. Esto si llego a ser tedioso. La música se repite una y otra vez, incesantemente. Incluso el refugio suena la misma pista, tensa y dramática, aún cuando nuestro temporizador está detenido y no existe peligro alguno. Agota y rompe la inmersión. El tema de sonidos es algo que también ocasiona muchas molestias. Especialmente cuando al completar misiones o activar algo, se corta o queda colgado. También rompe la atmósfera cuando aparece un jefe haciendo gruñidos mudos. Esto seguramente se puede solucionar con parches y añadiendo alguna que otra pista que de algo de variedad a la musicalización.
Otro bug con el que me tope fue terminar suspendido en el aire luego de la embestida de un jabalí. Si bien lo encontré divertido, deja de serlo cuando sucede lo mismo al intentar escalar o buscar lugares donde usar el doble salto y chocar con paredes invisibles. Por último, el más frustrante fue terminar con un jefe (Nakata) sin recibir las recompensas. Nuevamente, nada que no se pueda arreglar en futuras actualizaciones. Al margen de ello, gráficamente funciona. El diseño de mundo, las texturas, la flora y fauna, conviven y se ven muy bien, acentuando la coherencia. Cumple y aboga por la inmersión con escenarios bien construidos, agradables visualmente, y lo suficientemente intrincados para incentivar la exploración y el descubrimiento. De todas formas, la sensación es que visualmente, aún no está explotado del todo.
Por todo lo anterior considero que Serum es una propuesta sólida y orgánica con mucho potencial. Todavía le falta, pero la construcción y coherencia de su mundo, bien cuidado y construido al detalle para hacer de nuestra aventura de supervivencia algo diferente al resto, termina por enganchar bastante. Además, la contaminación de la plaga, el mutágeno y la mecánica de los sueros, resulta sumamente interesante. Especialmente por cómo todo esto está enlazado al temporizador que Adam lleva encima. Y un detalle no menor, es que, para ser un juego de supervivencia logró conquistarme como pocos. Espero tenga mucho más para ofrecer al salir de su fase beta. Por lo demás, aún en su estado actual, es un título recomendable al que le falta pulido, pero que tiene mucho para ofrecer.
Sobre Exequiel Nieto
Lic. en Artes Escénicas. Stremer y profesor, me gusta la filosofía, lo audiovisual y los placeres de la vida. De La Rioja, Argentina.
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