En medio de un mes repleto de lanzamientos millonarios, remasterizaciones espectaculares y sorprendentes candidatos a Juego del Año, Hildring Studio nos trae una propuesta tan simple como divertida. Sacre Bleu es, de buenas a primeras, un plataformero de acción que construye una experiencia de juego sobre dos pilares fundamentales: terminar los niveles a toda velocidad y el uso del bullet-time. Esta mecánica, popularizada en el gaming gracias a la saga Max Payne, dice presente desde el primer instante, siendo nuestra aliada hasta en el último gran jefe. Pero además, disponemos de un amplio abanico de recursos que usar para combatir y encontrar secretos ocultos por los niveles. Todo mientras intentamos morir la menor cantidad de veces posible.
Sacre Bleu nos pone en la piel de un mosquetero, héroe indiscutido caído en desgracia y encarcelado por un crimen que no cometió. Entonces, con la ayuda de una misteriosa aliada intentamos escapar de prisión y para eso vamos a tener que ayudarle a conseguir las partes de un globo aerostático. El tinte humorístico está presente en toda la aventura, en especial en el diseño de los personajes y enemigos que rozan lo ridículo en el mejor sentido del término. La historia hace bastante más de lo que debe y, si nos tomamos el trabajo de leer y prestar atención, es fácil notar que hay más trabajo detrás del que podría aparentar. Si bien no es una parte fundamental de la experiencia, ver que existe una coherencia en la construcción de mundo en un plataformero enfocado en la acción es algo para valorar.
A la hora de jugar, el título de Hildring Studio se divide en dos aspectos clave que definen nuestro ranking al finalizar cada nivel. En primer lugar tenemos el combate, que se desarrolla por arenas con una cantidad fija de enemigos ubicados en posiciones predeterminadas. Hay cinco o seis variedades, vienen con escudos, arcos y espadas. También hay robots especiales y tanques fortificados. Cada uno tiene una debilidad y, para conseguir el mejor puntaje, debemos derrotarlos usando todas las armas que tenemos a disposición, pero sin repetirlas. Podemos repeler los proyectiles con el mosquete, disparar un pistolón y hasta utilizar bombas para limpiar una zona. Pero sólo apelando a nuestra creatividad es que podemos conseguir el ansiado “A+” en un santiamén.
El mosquete es el verdadero protagonista de Sacre Bleu y se utiliza tanto en combate como en las secciones de plataforma. Al apuntar se ralentiza el tiempo, y si disparamos hacia adelante el proyectil puede romper placas de madera y el retroceso hará que nuestro mosquetero sea arrojado hacia atrás. Sin embargo, este mismo principio se utilizará como medio de desplazamiento en todo momento. La idea es que disparemos el mosquete en el sentido opuesto al que queremos ir, así saldremos volando en la dirección deseada. Escrito suena más aparatoso de lo que realmente es, pero en realidad se trata de una mecánica innovadora e intuitiva que abre la puerta a un sinfín de estrategias para tomar atajos y alcanzar lugares aparentemente inaccesibles.
Cada vez que apuntemos, ya sea con una bomba, pistola o el mismísimo mosquete, el tiempo se ralentiza permitiendonos tomar una decisión bien calculada. Esto, además de ser una herramienta vital para superar secciones plataformeras que requieren mucha precisión, nos quita la presión de saber que estamos perdiendo tiempo en un juego cuya propuesta se centra en terminar los niveles a contrarreloj. Funciona siempre bien y se vuelve instintivo durante la primera hora de juego. Sin embargo, una vez que aprendamos a usarlo bien se convierte en todo un placer enfrentar los niveles con desafíos opcionales. La identidad de Sacre Bleu está en el uso del mosquete en bullet-time y su propuesta es absolutamente original.
El mosquete es el verdadero protagonista de Sacre Bleu y se utiliza tanto en combate como en las secciones de plataforma
Cada una de las zonas que componen la aventura cuentan con cinco niveles y un jefe final, que requiere que apliquemos una mezcla de ingenio y reflejos para derrotarlo. Ninguno es realmente difícil, con la excepción del chef que me hizo pasar una tarde de estrés. Por lo demás, todos ofrecen un desafío disfrutable. Si conseguimos ranking A en todos podemos acceder a un nivel extra, que demanda de mucha habilidad. Además tenemos un sector aparte con desafíos plataformeros de una única pantalla, que se desbloquean a medida que encontramos los secretos de los niveles regulares. Ninguno es demasiado difícil pero tampoco pecaron de fáciles, son divertidos y ofrecen el grado de desafío justo.
La última zona es una mezcla de todos los anteriores. Nos pone a prueba un poco más pero tampoco resulta tan complicado. Tiene un jefe espectacular que nos obliga a usar todo lo aprendido hasta el momento. También vienen incluidos un par de chistes que nunca vienen nada mal. El cierre de la aventura deja en claro que existen diferentes formas de terminar el juego. Esto nos da un par de razones para seguir jugando. Por supuesto, podemos seguir repitiendo los niveles, ya sea para competir en la tabla de posiciones mundial o simplemente para conseguir el ansiado 100% general.
Sacre Bleu es un plataformero desafiante y divertido que, dejando de lado algún que otro problema de físicas o bug ocasional, ofrece una experiencia pulida y sólida. Hace uso inteligente del bullet-time, tanto en combate como en las secciones de plataformas, y desafía constantemente sin llegar a asfixiar. Es un juego corto si sólo queremos terminar los niveles. No obstante, tiene varias capas de desafío para quienes estén dispuestos a volver a jugarlos, en especial si pretenden desbloquear los desafíos opcionales. Lo recomiendo para aquellos que estén buscando un buen desafío y no tengan miedo de frustrarse un poco en el proceso.
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Sobre Sebastián Cigarreta
Periodista especializado en gaming, amante de los juegos incomprendidos y eterno enamorado de los clásicos noventosos. Tengo debilidad por todos los MegaMan, siempre Vega main y soy eterno caballero de Boletaria.
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