Un rugido lejano, acompañado de fuertes vibraciones que activan las alarmas de vehículos estacionados, presagia la inminente destrucción. No hay tiempo para escapar, y de inmediato nos vemos envueltos en una colisión de titanes que deja ruinas a su paso. ¿Será posible esquivar semejante destrucción y reencontrarnos con nuestros seres queridos? Esta es la premisa de Kong: Survivor Instinct, el más reciente trabajo de 7Levels. Una producción canónica dentro del MonsterVerse que además nos plantea la siguiente incógnita: ¿Se puede triunfar poniendo en segundo plano a la estrella que da nombre al título?
En Kong: Survivor Instinct, la acción transcurre inmediatamente después de los eventos de la película Godzilla vs. Kong. Nos centramos en la aventura de David Martin, un padre soltero que se separa de su hija Stacy luego de un repentino enfrentamiento entre titanes. Nuestra misión consistirá en adentrarnos en las entrañas de un colosal campo de batalla en busca de indicios que nos lleven hasta el paradero de su primogénita. Pero el camino no será fácil. En medio del caos, también debemos hacer frente a insurgentes desesperados y enfrentarnos cara a cara con diferentes monstruos de este fascinante universo.
Antes de continuar, cabe hacer un pequeño spoiler: No vamos a ver a Godzilla aquí. Después de todo, el juego gira en torno al rey de la Isla Calavera. No obstante, además de Kong, también aparecen otros titanes como Tiamat y Abaddon, siendo este último la revelación del juego. Además, veremos al verdadero villano del MonsterVerse. Estamos hablando del ex coronel del ejército británico Alan Jonah, ahora convertido en un eco-terrorista paramilitar que atenta contra los intereses de Monarch, la organización científica dedicada al descubrimiento y estudio de titanes.
Visualmente, los entornos 2.5D conforman el elemento más destacable. Los escenarios lucen realmente impresionantes, reflejando la devastación causada por los enfrentamientos entre las enormes criaturas. A pesar de que todo está en ruinas, conservan una estética cinematográfica que permite una aventura a menor escala entre los restos de una ciudad en constante derrumbe. Dadas las circunstancias, la mayor parte del trayecto atravesamos montañas de escombros. También tenemos algunas edificaciones en pie que podemos explorar, convirtiendo la aventura en un intrincado recorrido lleno de peligros.
Los puzzles que encontramos a lo largo de nuestra misión son sencillos e intuitivos. En su mayoría, consisten en mover cajas, romper candados o usar generadores para activar puertas y escotillas. Es difícil quedarse atascado tratando de descifrar qué hacer o qué camino tomar para avanzar. Las marcas y ayudas en pantalla son sutiles pero evidentes, lo que nos ayuda a no perder tiempo. Un poco de plataformeo y una pizca de percepción nos permiten avanzar por los suburbios, el centro de la ciudad y las instalaciones subterráneas, donde el mayor enemigo son los controles, que resultan imprecisos y bastante erráticos. Por ejemplo, al ejecutar una acción como saltar para evitar un incendio, si hay un piso superior roto por el que escalar, el juego priorizará la escalada, lo que nos hará caer en las llamas al soltarnos.
Luchar contra otros humanos no es mucho mejor. Al principio, los enemigos aparecen de a uno, pero eventualmente los enfrentamientos se vuelven más difíciles, con hasta tres o cinco oponentes avanzando hacia nosotros, algunos de ellos atacando por la retaguardia, lo que nos deja en una gran desventaja. Lo ideal es no apresurarse para evitar contraataques o agarres que pueden reducir la salud de David rápidamente. Lo peor de estas situaciones de tensión, es que los controles se convertirse en una verdadera pesadilla. Particularmente por que, a menos que usemos la pistola para mantenernos a distancia, el combate cuerpo a cuerpo es muy tedioso.
En contraste, las secuencias de persecución nos enfrentan a la imponente presencia de los titanes, que intentan atraparnos en una frenética huida llena de obstáculos que debemos esquivar con precisión milimétrica. Un solo error significa la muerte instantánea. Pero lejos de sentirse como algo frustrante, fallar más de dos veces en estos desafíos a nuestros reflejos resulta tan atractivo como una Coca-Cola en medio del desierto del Sahara. Sencillamente, dejan con ganas de más, incluso haciéndonos preguntar cuando nos volverán a perseguir otra vez. Eso sí, es importante tener en cuenta que en estos momentos la mayoría de las muertes se deben a que vamos a estar más atentos a lo que ocurre en el fondo que a todo lo que debemos esquivar.
Conforme avanza la aventura podemos encontrar herramientas que nos permiten acceder a nuevas zonas que antes eran inaccesibles. Tenemos una pistola, una maza y un gancho, que debemos usar para abrirnos paso hasta áreas secretas donde es posible conseguir mejoras para el cargador del arma, botellas de agua que aumentan la salud y contenido clasificado de Monarch. El backtracking es inevitable, pero está pobremente implementado. En este sentido, Kong: Survivor Instinct carece de innovación o una evolución satisfactoria. Es una lástima, pero prácticamente toda la exploración se basa en los mismos principios de inicio a fin, convirtiendo la experiencia en un viaje repetitivo.
Por otra parte, el juego plantea una mecánica que consiste en recolectar señales sonoras de titanes. En determinadas ubicaciones específicas, podemos acceder a un minijuego donde debemos reorganizar diferentes fragmentos de audio para recrear el sonido de un kaiju, y atraerlo a nuestra posición. El objetivo consiste en hacer que despeje nuestro camino de forma poco diplomática; después de todo, lo estamos provocando con el llamado. Gracias a estos elementos, el juego adquiere un aire más cercano a un metroidvania. Sin embargo, los secretos por descubrir no son lo suficientemente gratificantes como para justificar la exploración exhaustiva, a menos que estemos obsesionados con completar el mapa al 100%.
Antes de terminar, resta mencionar que el diseño del nuevo titán resulta decepcionante. Hasta el momento, solo se sabía que Abaddon era una criatura insectoide que moraba bajo el monumento nacional de la Torre del Diablo en Wyoming, Estados Unidos. Este videojuego revela su diseño, que resulta ser el de una araña. El problema es que, si bien es un monstruo atractivo en términos generales, con una calavera en el tórax, en el MonsterVerse ya existe un titán secundario muy similar llamado Scylla cuyo diseño es mucho más imaginativo y novedoso. Hablamos de un ser con patas de centollo, torso con forma de concha de caracol y una cabeza blindada con tentáculos de pulpo.
Si bien Abaddon se siente redundante y falto de originalidad, Tiamat luce tan hermosa como espeluznante, con las mejores animaciones y las apariciones más intimidantes. A pesar de que se trata de un titán dragón serpentino de tipo acuático, y que sus apariciones son limitadas, su diseño es uno de los mejores del MonsterVerse. Finalmente, resta destacar que el avance que 7Levels compartió una semana antes del estreno del juego generó gran muchísima expectativa. Lamentablemente, la experiencia completa dista mucho de esos atractivos 15 minutos de muestra. Con más o menos detalles, todo lo atractivo de la jugabilidad y sus mecánicas están condensado en dicho video promocional. Como resultado, tenemos una experiencia limitada que ofrece un escueto abanico de posibilidades para que el jugador se desenvuelva en la aventura.
Kong: Survivor Instinct está lejos de ser la octava maravilla del mundo. Recuerda al mítico Rampage, pero visto desde la perspectiva de un simple humano en una ciudad asediada por kaijus. El enfoque es muy interesante, pero no termina de convencer. El juego dura aproximadamente 8 horas, pero desde los primeros compases evidencia que la dificultad busca enganchar al jugador en base a la repetitividad y las escasas apariciones de los titanes. De hecho, es inevitable pensar que Kong se lo está pasando mucho mejor que nosotros. El combate es entretenido cuando los controles responden correctamente, y el plataformeo funciona bien a pesar de ser extremadamente simple. Un punto muy a favor es el aspecto visual, que resulta lo más cautivador del título. Una propuesta sólo recomendable para quienes deseen conocer más acerca del MonsterVerse.
Sobre Darío Gadea
Sniper de pura cepa. Fanatico del horror, la fantasia y la ciencia ficción. Adicto a los Metroidvanias, los RPG, la musica pesada y el synthwave. Cuando no esta leyendo algo perturbador esta jugando a Age of Empires II
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