HELLBOY: WEB OF WYRD – Análisis

HELLBOY: WEB OF WYRD – Análisis

Un tributo con muchos matices

Hellboy: Web of Wyrd, el nuevo trabajo de Upstream Arcade, es un roguelike que rinde homenaje al icónico personaje de Mike Mignola, pero dando unos cuantos tropezones por el camino


Desde su nacimiento, a principios de los años 90 de la ferviente imaginación de Mike Mignola, Hellboy se convirtió en toda una leyenda, no solo por su carisma sino también por su aspecto único. Su gran puño rojo, el aspecto demoníaco, su pesado revolver y la forma pragmática de resolver todo tipo de situaciones lo ayudaron a convertirse en una serie de cómics admirada por numerosos fanáticos en todo el mundo. Teniendo en cuenta lo mencionado, sorprende que no existan demasiadas iteraciones en el ámbito del videojuego. En Upstream Arcade creadores de West of Dead, notaron este detalle y buscan hacer justicia con Hellboy: Web of Wyrd un roguelike al que le falta potencial y un notable toque de desafío, pero que resulta entretenido. Al menos durante un par de horas.

Hellboy: Web of Wyrd está ambientado en Bariloche, Argentina. Concretamente en una antigua mansión que abre el paso a Wyrd, una dimensión más allá de nuestro mundo. Este lugar, llamado la Casa de las Mariposas, oficia de lobby principal del juego donde tenemos las distintas secciones. Ejemplo de ello es la armería donde podremos comprar armamento y talismanes, o una biblioteca donde se expondrán las diferentes reliquias halladas por el camino. La historia en sí es una merca excusa para repetir los escenarios una y otra vez, lo que hace que la narrativa se sienta desaprovechada. Hellboy estará gran parte del tiempo dando reventando bestias, explorando y recolectando objetos, como así también obteniendo bendiciones que aumentarán la resistencia o daño, entre otros efectos a elegir.

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Como podrán apreciar, nada demasiado diferente a cualquier otro roguelike. De hecho, se siente bastante similar al anterior trabajo del estudio. Por lo tanto, esto lleva a preguntarnos ¿Qué es lo que tiene Hellboy: Web of Wyrd para ofrecer?. Considero que, desde el punto de vista de cualquier jugador fanático del personaje, es fácil caer a sus encantos. Me refiero a que, al tratarse de Hellboy, el juego ya nos tiene ganados en cierto sentido. Sin embargo, hay varias cosas que hicieron que comenzara a distanciarme de la experiencia y, sobre todo, de las expectativas que tenía acerca de lo que buscaba en él. 

Lo mejor y espectacular que tiene el juego es el arte. Upstream Arcade contó con la colaboración del mismísimo Mike Mignola y el resultado es delicioso. La estética y estilo están muy bien cuidados, son coherentes con el estilo del comic y todo se ve extremadamente pulido. La construcción de mundos es sólida y esto es de lo más satisfactorio que el título tiene para ofrecer. Los colores son llamativos y contrastan con un maravilloso sombreado negro que hace que los personajes y entornos parezcan haber sido arrancados de las páginas de una revista. Sin embargo, cuando se pasa a la jugabilidad, es donde el videojuego comienza a hacer agua.

El combate resulta ser bastante soso. Honestamente, contaba con que mejoraría después del tutorial, pero no cambia prácticamente en nada, al margen de añadir alguna que otra habilidad. Las mazmorras se sienten muy repetitivas desde el principio, donde siempre tendremos que enfrentar a un enemigo mayor con varios pequeños que desaparearán luego de exterminar a la amenaza principal. Además, mientras estamos enzarzados en combate con un hombre lobo o cualquier otro enemigo de gran tamaño, los más pequeños solo se limitan a mirar. Resultan inofensivos, por lo que nunca se sienten como un peligro real. Incluso los desafíos que proponen algunos segmentos, los cuales nos incentivan a pelear con ellos para obtener una recompensa, no se sienten como tal cosa.

Hellboy: Web of Wyrd big punch

El gustito picante llega cuando aparecen los jefes, que sí tienen chances de eliminarte si somos descuidados. Pero poniendo algo de atención, son fáciles de vencer, lo cual es decepcionante y desanima, debido a que pareciera ser que el juego está más centrado en seguir la narrativa por sobre la acción y el combate. El resultado es que el juego se va tornando denso en especial si se dedica un tiempo prolongado, pasando mapa tras mapa sin ser eliminados. Es como llegar a un jefe imponente y pensar «este me tiene que arrastrar por el piso», pero terminar saliendo airosos como si fuera cualquier sala. En este sentido se siente como que falta balance en la dificultad porque nunca se está en aprietos aprietos, como para considerar siquiera revisar nuestra estrategia de pelea. 

La sensación es que le falta algo al combate. Es decir, se pueden hacer parrys, esquivas con contraataques o dar bofetadas con las que mandar a volar a los bichos y romperlos contra una pared. También hay un poderoso golpe cargado de ira, cuya animación es llamativa. Pero hace falta algo más. Por ejemplo, el revolver está totalmente desaprovechado. Acá falta el «tiro certero», un turbo para disparar más rápido o mejoras que permitan hacerle estallar el cráneo a un enemigo. Hace falta más espectacularidad y violencia. Porque las animaciones de los golpes están bien, pero no son suficientes. Más si usándolas para destruir a los enemigos poderosos, hacen que los demás se borren. 

Por su parte, la exploración del mapa se torna lenta. Los pasillos por donde nos movemos son bonitos, sí, pero muy lineales. Hay poco que hacer más que ir hacia adelante y aun cuando se nos advierte de que pueden haber trampas, son muy sencillas de evadir. Tal es así que no se notan como un verdadero desafío, sino como algo añadido a las apuradas. De todas maneras, si por descuido pisamos una los problemas se harán presentes, puesto que el daño que causan es bastante notorio. Una sola trampa puede puede dejarnos al borde de la muerte y ser más peligrosa que cualquier enemigo. Por lo demás, es casi como ser inmortal.

Algo que me llamó poderosamente la atención es que el bestiario tiene buenas descripciones de los enemigos. Sin embargo, se enumeran detalles que no llegue a observar. Se hace mención a poderes y habilidades que hubiera estado interesante experimentar durante la partida para así darle sentido tenerlas escritas allí. De nuevo, no estoy seguro si se trata de un tema equilibrio en el juego que está pensado para ser «accesible» pero difícilmente encontremos un desafío real y decepciona el hecho de que los enemigos no tengan un comportamiento remotamente cercano al descrito.

Los diálogos y las interacciones entre los personajes, tienen la intención de emular el estar leyendo un comic. Pero notar que los escenarios quedan estáticos y los personajes se congelan mientras intercambian frases, no es algo que resulta particularmente atractivo. Entiendo la decisión de hacerlo así, pero no termina de convencer, porque termina por cargar al juego de una innecesaria monotonía. Y esto sumado a una música sin cambios de ritmos y líneas poco interesantes, hacen que se vuelva denso, buscando el modo de querer pasar dichas escenas lo más rápido posible. Lo mejor es que tiene una propuesta narrativa interesante, pero la forma en que esta planteada resta más que sumar.

Finalmente, en el apartado sonoro pasa algo extraño. Superponiendo la música de West of Dead en algunas escenas, quedaba bárbaro. Dicha banda de sonido es genial, aportando el toque de dinamismo que el juego adolece. Pero, aquí estamos hablando de Hellboy: Web of Wyrd y con las rolas que suenan, sucede más o menos lo mismo que con los diálogos: las melodías se sienten estáticas y resulta agotador escuchar lo mismo mucho tiempo. Caminar por mapas enteros sin sentir la compañía que pueden aportar los cambios de ritmos, hace que la experiencia se vuelva tan espesa como remar en dulce de leche.

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Para terminar solo quisiera añadir que amo a Hellboy y, pese a que pueda parecer lo contrario, Web of Wyrd me gustó, pero hasta ahí. Tal como esta es ideal para jugar muy de a ratos, de forma casual, puesto que los problemas de los que adolece, principalmente su sistema de combate, hacen que el título se sienta muy repetitivo. No consigue generar esa agilidad y dinamismo que invite a querer seguir jugando por horas, una y otra vez. De cualquier modo, entiendo que desde Upstream Arcade son conscientes de estas asperezas y, al momento de redactar estas líneas, han publicado algunos parches enfocados en mejorar el balance y ajustar la dificultad. Quizá de aquí a unos meses -o incluso años- el juego pueda ser un producto mucho mejor de lo que es hoy día. Pero eso es algo que solo el tiempo dirá.

Hellboy: Web of Wyrd es un videojuego solo recomendable para los fanáticos de Hellboy. Para quienes deseen tomar el control del carismático demonio y darse el gusto de pegar guantazos y romper cabezas con un maravilloso estilo de arte que captura a la perfección la estética del cómic. En ese sentido es genial. Sin embargo, cuesta verlo como un roguelike y el hecho de no haber perdido ni una vez durante más de 25 horas de juego, es un signo de que algo no cuadra. De todos modos, es un título que tiene el potencial para entretener y que con algunos retoques podría mejorar considerablemente. Ojala que desde Upstream Arcade sigan trabajando en el balance y consigan llevar a cabo esos ajustes que el juego pide a gritos.


FICHA TÉCNICA:

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Sobre Exequiel Morgendorffer

Lic. en Artes Escénicas. Stremer y profesor, me gusta la filosofía, lo audiovisual y los placeres de la vida. De La Rioja, Argentina.


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