En 2020, One More Level y 505 Games lograron hacerse notar con Ghostrunner, un título que fue una delicia para todo amante de la acción frenética. Pese a que, por aquel entonces, juegos del calibre de DOOM Eternal seguían cautivando al público, el desarrollo del estudio polaco -uno de los tapados del año- hizo méritos como para convertirse en un todo un hit. Era un videojuego sangriento, que nos ponía en el papel de un ninja cibernético que arrasaba con sus enemigos a una velocidad de vértigo. Y, como bien sabemos, cuando una propuesta tiene éxito, su secuela es inminente. La pregunta es ¿Puede Ghostrunner 2 romper con el mito de que las segundas partes no suelen ser buenas? La respuesta es sí. Ahora se redobla la apuesta, utilizando todo aquello que hizo genial a la primera parte, sumando además características que enriquecen la aventura.
La experiencia de Ghostrunner 2 se basa en un constante ensayo y error. Aquí la línea que separa el combo perfecto y la muerte es extremadamente delgada. Literalmente estamos a un solo toque de perder la vida: un salto mal ejecutado o una habilidad utilizada fuera de tiempo y a reiniciar todo otra vez. Para algunas personas puede resultar frustrante, pero estamos ante un título en que ser eliminado múltiples es hasta necesario. Esta es la forma de aprender y de analizar mejor las posibilidades. De pensar mejor qué movimiento conviene hacer y cuando, identificar el entorno, memorizar patrones y superficies. Todo a fin de aprovechar la velocidad a nuestro favor y desatar una verdadera carnicería.
Recuerda mucho a experiencias como Hotline Miami donde solo importa es terminar el escenario con vida, dejando lo que ocurra en medio en manos de quien controla al ninja cibernético. La gracia está en ejecutar piruetas evasivas para concatenar la mayor cantidad de muertes de un solo tirón eliminando a toda amenaza en pantalla. De esta forma es posible obtener un mejor tiempo al final del capítulo para así vanagloriarnos de nuestra velocidad de reacción e improvisar en situaciones donde quizás nos superan en número. Pero también es una muestra clara de que aprendimos a valernos de la ayuda del mejor aliado en el juego: el escenario.
A los pocos minutos de iniciar la partida es posible que Ghostrunner 2 nos deje mareados con tanta estructura en pantalla. De hecho, puede que se haga un tanto confuso entender por donde se puede transitar. Sin embargo, más temprano que tarde los controles y los ejemplos de desplazamiento sentarán las bases de las posibles acciones que podremos realizar en este mundo. Y sin darnos cuenta, casi instantáneamente, terminaremos por acostumbrarnos a los controles y habilidades del protagonista. A desplazarnos por aquí y por allá como verdaderos ninjas.
Ahora, si bien se dar por sentado que es un videojuego donde se busca evidenciar la velocidad, intentando por este medio satisfacer con creces a los jugadores que busquen un título rápido y de acción frenética, no debemos dar por sentadas sus bondades. El apartado gráfico aporta significativamente en este sentido, porque la sensación de movernos de forma ágil y veloz está muy lograda. Esto hace mucho más notorio en los momentos que utilicemos la motocicleta al más puro estilo Akira. Durante determinadas secuencias deberemos atravesar largas distancias en dos ruedas, esquivando y disparando a todo lo que se mueve. Además, pese a ir a 300km/h la agilidad no se pierde, ya que podremos saltar, eliminar a un enemigo en el aire y volver al vehículo como nada. Y a pesar de que todas estas secuencias son en línea recta, se sienten realmente espectaculares.
Una gran diferencia respecto a su predecesor es que esta secuela ofrece la oportunidad de recorrer de forma lineal un mundo semi abierto. Nótese lo contradictoria que puede parecer la oración anterior, pero se debe a que pareciera puesto con calzador. Un aspecto al que quizá le faltó algo de pulido. Es decir, los escenarios busca incentivar la exploración con objetos ocultos o incluso con resolución de puzles. Este matiz agrega algo de dinamismo y momentos excitantes donde tendremos que atravesar extensos caminos llenos de obstáculos que podremos esquivar por pocos centímetros, lo cual aporta algo de tensión. No obstante, no termina por aprovecharse del todo, dejando la sensación de que fue añadida para extender la duración del juego y poco más.
Tras finalizar un nivel regresamos al cuartel general, donde podremos gastar los puntos obtenidos durante la misión. Estos son llamados ‘datos’, se consiguen al derrotar enemigos y son bastante útiles ya que se pueden invertir en aumentar las aptitudes de combate del protagonista, como su espada o habilidades especiales. Una vez compradas, estarán podrán ser colocados en la placa base de nuestro asesino cibernético. Básicamente, tenemos diferentes ramas de mejora. El detalle es que para adquirir capacidades como saltar más alto o correr a más velocidad se necesitan Fragmentos de Memoria (que habilitan los slots de mejora del árbol) y chips especiales (para comprarlas) que se consiguen al eliminar a los jefes de nivel.
El mundo futurista que propone Ghostrunner 2 es visualmente muy atractivo. Los entornos están llenos de estructuras enormes que acaparan todo el rango de visión, luces de neón por aquí y allá, hologramas publicitarios, humo y vapor. Todo se siente lleno de mugre, producto de una megápolis que se desarrolla en las entrañas de edificios megalíticos que parecieran no tener planta baja, los cuales no dejan indiferente a nadie. Se mantiene en la línea estilística de su predecesor, pero aprovechando la potencia del hardware actual. El resultado es que nuestra travesía por la ciudad se siente -en pocas palabras- como un espectáculo visual. Si bien escatima en diseño y detalle en los personajes, estos no desentonan con el aspecto general del título.
Sonoramente cumple bien o, mejor dicho, con lo justo. Los efectos de sonido son futuristas, pero nada muy rebuscado. Ahora bien, el soundtrack es otra historia. La banda sonora de Ghostrunner 2 es muy buena, adictiva y presume de contar con grandes exponentes del género Dark Synthwave como Dan Terminus, Gost, We Are Magonia, Daniel Deluxe y Arkadiusz Reikowski. A los más detallistas les sonará este último nombre ya que fue el responsable del OST de Layers of Fear 2. Personalmente es un género que amo y que recomiendo mucho escuchar, sobre todo con auriculares. Este apartado, literalmente es la mejor compañía después de nuestra katana. La música nos inyecta constantemente adrenalina a través de melodías super estimulantes que, en cierta medida, hacen que no perdamos el ritmo de la acción.
Ghostrunner 2 es, sin lugar a dudas, un fantástico juego de plataformas en primera persona. Pero uno de esos que, además de ofrecer una experiencia trepidante y vertiginosa, también nos reta a cronometrarnos buscando realizar una suerte de speedrun sin morir. Con una duración de aproximadamente 12 horas, esta entrega solo necesita de una trama sencilla y un puñado de nuevos villanos para ofrecer una aventura que se ve fortalecida con un par de nuevas mecánicas y una jugabilidad simple pero efectiva. La exploración de niveles, pese a que pudo trabajarse más, aporta dinamismo recompensando al jugador con objetos coleccionables repartidos por lugares clave del escenario. Es de agradecer que desde One More Level hayan decidido arriesgar introduciendo novedades que, en la mayoría de los casos, dan en el clavo. Recomendado para todo aquel que busque una propuesta desafiante y divertida.
Sobre Darío Gadea
Sniper de pura cepa. Fanatico del horror, la fantasia y la ciencia ficción. Adicto a los Metroidvanias, los RPG, la musica pesada y el synthwave. Cuando no esta leyendo algo perturbador esta jugando a Age of Empires II
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