Freedom Games se ganó un lugar en mi corazón sin mucho esfuerzo, gracias a la publicación de títulos como Coromon o 9 Years of Shadows. Ahora, a esta lista de hermosas propuestas he de adicionar Dream Tactics, un videojuego con una estética similar a los clásicos de Game Boy Advance, que amalgama el rol táctico y el armado de mazos. Y debo decir, que es una combinación fantástica, en especial porque el equipo de Spectra Entertainment supo aprovechar al máximo esta idea mediante la adición de mecánicas entretenidas y una personalización de unidades muy amplia.
Dream Tactics sigue la historia de Neru, una humana convocada que junto a sus dos guardianas, Luna y Sophie, tendrán la misión de salvar al mundo onírico. Sin embargo, nuestra protagonista deberá aprender a liberar su potencial, con el objetivo de llegar hasta el devorador de sueños, el villano de turno, y darle donde más le duele. Será entonces que contando con decenas de objetos con los que potenciar a este grupo de heroínas, y cartas de variados efectos, tendremos que abrirnos paso en pos de derrotar un terrible mal. La trama en sí es muy clásica, pero es algo de lo que nunca me canso. Además, como la narrativa se vuelca hacia el humor, la aventura en sí se siente muy jovial, destacando en especial las interacciones entre los personajes.
En lo que al apartado visual respecta, Spectra Entertainment realizó un buen trabajo. El juego en general se ve muy bonito, con sprites tan pequeños y minimalistas que en lo personal me recordaron a algunos de mis juegos favoritos de Game Boy Advance. Especialmente a Fire Emblem. Por su parte, los entornos de cada zona están bastante diferenciados unos de otros y desprenden una vibra clásica. Sin embargo, donde el título más se luce en este sentido, es en las cartas y los objetos, puesto que hay una gran variedad y diseñar cada uno de ellos con tanto gusto habla del gran trabajo realizado por el estudio. Como punto final, mencionar que la música no está nada mal, contando cada zona con sus propias melodías. Eso sí, algunas se me pegaron más que otras.
Pero dejando de lado el espectáculo visual y lo narrativo, Dream Tactics brilla particularmente por su jugabilidad. Podemos explorar un total de cinco mundos bien diferenciados, llenos de prados verdosos y poblados, hasta cavernas de cristal. Lo mejor es que tenemos libertad para elegir el orden en que queramos afrontarlos. Una vez escogemos el mundo a visitar, podemos explorar, romper barriles para conseguir botones (la moneda del juego) y abrir cofres que contienen tanto equipamiento como cartas para los distintos personajes. También será posible interactuar con NPC que, por lo general nos llevarán, al modo de combate por turnos.
Un aspecto importante del videojuego, consiste en la planificación. Cada unidad cuenta con un mazo propio que puede contener hasta quince cartas. El número de copias depende en particular de la rareza del naipe en sí. De algunos podremos llevar cuatro, mientras que de otras sólo una. Pero además de las cartas específicas para cada personaje, también podemos equiparnos con las de otros miembros del equipo. Es decir, el juego nos permite mezclar cartas, dando rienda suelta a nuestro ingenio y creatividad. Y si bien existe un límite de cartas ajenas que podemos usar, es bastante generoso y aumenta conforme subimos de nivel.
También es importante estar atentos al equipamiento. Dream Tactics ofrece una gran variedad de objetos que potencian los diferentes atributos de cada personaje. Algunos sirven para aumentar la defensa o el ataque, mientras que otros, como por ejemplo las armas, otorgan habilidades pasivas especiales o cambian el escalado de alguna carta en particular. Dichos ítems también cuentan con un límite, representado por EP (puntos de equipamiento). Por lo tanto, resulta imprescindible analizar con qué vamos a equipar a cada uno de los personajes, a fin de potenciar los efectos de los naipes. Y si bien dicho límite incrementa cuando subimos de nivel, está bastante acotado en un principio.
Los combates en sí, son bastante intuitivos. Cualquiera con una mínima experiencia en el género podrá familiarizarse con facilidad. Tenemos un turno para mover nuestras unidades y atacar, y luego le tocará a los enemigos hacer lo propio. Hasta ahí no hay mucha ciencia. Al inicio de cada ronda podemos robar cartas, cada una con su respectivo costo de maná, disponiendo de un máximo puntos para usar los distintos naipes. También con un límite de robos extra. Nuevamente, todo muy intuitivo. Quizá se pregunten ‘¿Cual es la gracia de las peleas?’, ‘¿Dónde está el punto diferenciador con otras propuestas similares?’. Simple: La profundidad del combate en Dream Tactics se nutre de la cantidad de objetos y cartas con las que podemos personalizar a las unidades.
Gracias a un amplio abanico de potenciadores, estados alterados y bonos únicos de cada unidad, es posible crear combinaciones o ‘builds’ muy poderosas y divertidas. A lo mencionado, cabe destacar que contamos con hasta siete personajes jugables (tres iniciales más cuatro que podemos desbloquear luego de superar cada mundo), cada una con sus propias habilidades y cartas. De este modo, el título ahonda muchísimo en la personalización, invitando a experimentar y probar combinaciones sumamente alocadas. Cómo resultado de ello, el combate resulta sumamente entretenido, llegando incluso a desafiar nuestro intelecto. Algo que, dicho se a de paso, se percibe mucho mejor en dificultades más elevadas. Y lo dice alguien que empezó en difícil y se vio obligado a cambiar la dificultad a normal.
Debido a todo lo mencionado, considero que Dream Tactics ofrece una combinación de géneros que se siente muy fluida y orgánica. Es un título visualmente encantador que, debajo de una jovial narrativa, ofrece una personalización muy profunda y, en cierto punto, adictiva. El trabajo de Spectra Entertainment superó con creces mis expectativas (que ya de por sí eran buenas) dejándome muy satisfecho, en especial por los enfrentamientos contra jefes y las mecánicas particulares que estos presentan. Lo único que puedo reclamar es que me hubiera gustado ver un epílogo, ya que el final corta de forma muy abrupta. No obstante, al margen de ello, la experiencia en general no sólo es muy recomendable, sino también muy robusta y satisfactoria.
Sobre David Cedres
Fanático del anime, la ciencia ficción y por supuesto los videojuegos, de preferencia indies.
Artículos más recientes