COROMON – Análisis

COROMON – Análisis

¡Quién es ese Coromon!

Tomando como fuente de inspiración a una reconocida saga, Coromon se presenta como un juego de cazar monstruos, pero con ciertas mecánicas y variantes que le dan personalidad propia


Desde pequeño me interesó mucho la temática «Pokémon». Más que nada la idea de ser un joven aventurero acompañado por criaturas que van creciendo gracias al apoyo y cariño de su entrenador. Pero también lo de combatir contra rivales y monstruos legendarios, pudiendo sumergirme en un mundo donde esos pequeños compañeros siempre están siempre a mi lado, sin importar cual sea el desafío o qué villano se asome desde las sombras. Por otro lado, también soy muy fanático de recolectar objetos, llenar bestiarios o tachar objetivos. El caso es que siento una gran satisfacción con lo de coleccionar y es por ello que me fascina el género de «cazar monstruos». Me encanta eso de criar y combatir con criaturitas. Y fue la búsqueda de títulos de este estilo fue lo que me llevó a dar con Coromon, una de las bonitas sorpresas que me he llevado del 2022.

Coromon es un videojuego desarrollado por TRAGsoft y publicado por Freedom Games, donde hay que coleccionar criaturas. Sus responsables describen al título como «una toma moderna del género», invitándonos a explorar un universo habitado por Coromons. Esto son entes que pueden ser amaestrados y criados tanto para ayudar con diferentes tareas, trabajos, o simplemente por recreación. Junto a ellos, recorreremos el colorido y misterioso mundo de Velua, donde además tendremos que hacer frente a todo tipo de desafíos. Pero también a enemigos con sus propias ambiciones y planes malévolos, los cuales tendremos que detener. No se para ustedes, pero es como un poco demasiado para el protagonista en su primer día de trabajo. Lo bueno es que no estará solo en esta travesía.

La historia comienza con una escena que rezuma nostalgia. Especialmente para aquellos que -al igual que yo- han jugado este tipo de videojuegos. Me refiero a que todo inicia con el protagonista, al que podemos nombrar a placer, despertando en la mañana de su «gran día». En juegos como Pokémon, esto se traduce -por lo general- en el momento cuando se le entrega al héroe su primer monstruito y da inicio a su aventura como entrenador. Sin embargo, en el caso de Coromon, este «gran día» se refiere al primer día de trabajo como investigador de campo. Básicamente se trata de personas dedicadas a recolectar datos sobre los Coromons, para aprender más de ellos y poder coexistir de una mejor manera.

Coromon Research

Bajo esta premisa es como nuestro héroe o heroína, se pondrá en marcha a su nuevo lugar de empleo, Lux Solis. En este centro de investigación es donde recibe toda la información y equipamiento necesario para comenzar con su labor. Ejemplo de ello es «el guantelete». Técnicamente es una herramienta esencial para un investigador, debido a que sus diferentes módulos y funciones están diseñados para facilitar el trabajo de los mismos. Sin embargo, antes de comenzar con la jornada, seremos invitados por el director del recinto investigativo a una importante charla, donde aprenderemos acerca de la Esencia de Titán. Se trata de una misteriosa fuente de energía recolectada por unas entidades conocidas como Titanes Elementales, que está siendo investigada por un escuadrón especial, al cual somos incorporados.

Ahora sí, teniendo un objetivo a la vista, finalmente se da inicio a nuestra travesía por el fantástico mundo de Velua. La trama, como podrán imaginar, gira en torno a estos míticos Titanes, al secreto detrás de su existencia y a villanos que quieren hacerse con su fuerza a como dé lugar. Es una historia bastante entretenida, con algunos giros bastante creativos. Me gustó mucho que, pese a sus claras inspiraciones, el equipo de TRAGsoft ha sabido darle un toque único que la separa de los demás relatos de propuestas similares. Eso sí, sentí que todo termina de forma muy abrupta y apresurada, dejándome un poco descolocado. Aún así, esto no arruinó mi experiencia ni nada por el estilo.

Antes de proseguir, me gustaría detenerme un momento para hablar un poco del aspecto técnico del juego. El apartado visual está muy logrado y es colorido. Es un pixel-art detallado, que hace uso de una paleta que pareció muy vibrante y acertada. Los entornos, edificios y personajes son encantadores, en especial cuando hay variedad de vestimentas, peinados y demás indumentaria para estos últimos; algo de lo que podemos hacer uso para nuestro propio personaje, por supuesto. Lo que no dejo de sentir es que le habrían venido de maravilla unos cuantos retratos para los diálogos. Pero eso ya es opinión personal.

Ahora, sin lugar a dudas, lo que más destaca en la parte artística son los diseños de los Coromons. Desde sus sprites hasta sus animaciones, se puede apreciar el detalle y el mimo puesto en cada uno de ellos. De hecho, considero que es esto los hace sentir como criaturas realmente vivientes y no simples bichitos que enviamos a pegarse con otros. Además, hay una gran variedad y se distinguen muy bien los unos de los otros. Esto también incluye a sus evoluciones y, en especial, a una de las mecánicas más entretenidas del juego: los colores alternativos, conocidos como «shiny». Pero me estoy adelantando, ya llegaré a ello. En fin, que es un videojuego muy grato a la vista y que sin dudas eleva la experiencia y su disfrute.

Coromon Multiple Enemies

La banda sonora también me resultó muy buena. Hay algunas canciones que me dejaron muy impresionado, como por ejemplo «Battle with a researcher, in the name of science!», que simplemente me encantó. Con sus más de cincuenta pistas, es un apartado que no me desanimó en ningún momento. Por supuesto, varias de las tonadas me gustaran más que otras. Sin dudas hubo mucho trabajo puesto en el área audiovisual y la dedicación en este aspecto, es algo que aprecio. Cabe destacar que los efectos de sonido o algunos de los gruñidos de los Coromons están bien conseguidos. Tan solo decir que la palabra «Mino» quedará grabada en mi mente por años. Quienes le den una chance al título sabrán por qué.

Respecto a la jugabilidad, es lo que uno esperaría en este tipo de videojuegos, pero con algunas distinciones que le dan personalidad propia. Por ejemplo, las criaturas tienen única fuente de «Stamina Points» (SP), que es la energía con la que realizan sus ataques. Cada acción tiene un costo de SP por lo que descansar un turno -o hacer uso de ciertas habilidades- puede regenerar energía. Los estados alterados también tienen un toque único y es algo que le da una capa más de estrategia al combate. Para que se entienda, si nuestro Coromon se está quemando, ganará más velocidad sólo para poder terminar la batalla más rápido (pobrecito). Por otra parte, los enfrentamientos contra los Titanes tienen sus propias mecánicas distintivas. Esto otorga mucha variedad, logrando que no sean lo mismo una y otra vez. Y no diré nada más para dejar que lo descubran por su cuenta.

Como es de imaginarse, los Coromons tienen diversos elementos y habilidades que varían según su especie. Los ataques que aprenden pueden ser olvidados o recordados a placer sin necesidad alguna de ir a un «Recuerda-movimientos» o similar. Y esto es algo que aprecié muchísimo. Las ventajas y desventajas de tipo están presentes, por supuesto, y nos permiten armar composiciones de equipo variadas y creativas. Ah, y los «shiny» que mencioné más arriba, tienen su gracia (además de la variante de color), ya que ganan más parámetros cuanto más nivel de rareza posean. Puede que parezca una tontería, pero es algo que puede dar una ligera ventaja en el combate, y que seguro será de gran agrado para los fanáticos del «min-maxing».

En cuanto al guantelete, además de usarse para trabajar, otorga a nuestro héroe habilidades especiales. Haciendo uso de este podemos atraer o ahuyentar a los Coromon o empujar objetos para abrirnos paso. Esto en un inicio, debido a que hay más funciones que se irán desbloqueando a medida que progrese la aventura. A todo esto también se suman las «Spinners» que es la forma en que el juego tiene de llamar a las «Pokébolas». Dichos objetos también tienen sus propios efectos, como tener más chance de capturar a una criatura en general o ser más eficiente contra elementos específicos que estas posean.

Lo que me gusta mucho de Coromon es que hace todo lo posible para que sus mecánicas no se sientan repetitivas. En ningún momento me sentí aburrido por tener que repetir una misma acción porque se nota que hay mucho trabajo puesta en cada una. De hecho, siento que hay una mejora en la calidad de vida en lo que al género respecta. Todo con el objetivo de hacer que la experiencia de cada jugador sea óptima. Y, relacionado a esto, mencionar el tema de las dificultades. Me pareció muy genial que se incluyan diferentes modos de juego para que cada uno elija el tipo de desafío que quiera afrontar. Algunas modalidades son más permisivas, mientras que en otras -algo más extremas- perder a un Coromon significa no poder volver a utilizarlo. Perfecto para los amantes de los desafíos.

Coromon Boss Battle

Para terminar, solo resta decir que en general Coromon me pareció un muy buen juego. Tal es así que personalmente lo considero como uno de los mejores títulos del 2022. Desde TRAGsoft han puesto mucha atención al detalle, añadiendo diferentes modos de juego y personalización. Pero por sobre todo intentaron hacer su propio juego en un género en el que es bastante difícil destacar. Después de todo, no se puede negar que Pokémon proyecta una gigantesca sombra y las comparaciones son inevitables (y como vieron, soy el primero en pecar en eso). Pero insisto, es una aventura muy divertida, los Coromon son hermosos y si bien su historia no me voló la cabeza, me entretuvo mucho y se dejó disfrutar. Un recomendado, en especial para todo amante de este género que busque algo diferente. Les animo a darle una oportunidad.


FICHA TÉCNICA:

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Sobre David Cedres

Fanático del anime, la ciencia ficción y por supuesto los videojuegos, de preferencia indies.


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