63 DAYS – Análisis

63 DAYS – Análisis

Revolucionariamente continuista

Destructive Creations regresa con 63 Days, una propuesta de táctica y sigilo que nos permite revivir la Segunda Guerra Mundial desde la perspectiva de la revolución polaca


Los juegos de sigilo y estrategia en tiempo real poco a poco se fueron reduciendo a un nicho pequeño, pero muy querido. Son juegos con los que muchos jugadores crecieron, y si bien el género no ha experimentado numerosos cambios ni recibido entregas extremadamente populares, aún conserva un gran número de seguidores. Es por dicho motivo que estudios como Destructive Creations continúan apostando por ello. En este caso, los responsables de War Mongrels regresan con 63 Days. Se trata de un título muy en la línea del anterior trabajo del estudio que sigue la lucha de la resistencia polaca en la Segunda Guerra Mundial a través de los ojos de cinco personajes distintos.

Al igual que hicieron en War Mongrels, Destructive Creations puso un notable énfasis en la narrativa de 63 Days. El juego comienza presentando a dos hermanos, ‘Muchacho’ y ‘Lynx’, y como estos vivieron sus días de juventud en una Polonia azotada por el régimen nazi del Tercer Reich. Sobre el comienzo y el final de cada uno de las 6 misiones que conforman el juego, se nos cuenta un poco más acerca del trasfondo histórico mediante bonitas ilustraciones y una voz en off que denota melancolía. Dichos recursos funcionan muy bien a la hora de sumergirnos en la atmósfera que el título propone, llena de violencia, infancias truncadas y juventudes rebeldes dispuestas a luchar por su país.

Si bien 6 misiones pueden parecer poco, completar cada una de ellas puede tomarnos de 2 a 3 horas en promedio. Los niveles son largos, con una progresión escalonada, y objetivos tanto principales como secundarios. Una vez completado un escenario, el juego ofrece algunos incentivos como para volver a jugar, como por ejemplo encontrar los objetos coleccionables o completar diferentes desafíos. Por otra parte, además de los dos hermanos, eventualmente vamos a poder controlar a otros 3 personajes: Heniu, Storm y Helga. Cada uno tiene sus habilidades y características particulares, que serán más o menos útiles dependiendo de la situación que nos toque enfrentar.

El bucle de juego de 63 Days no escapa a los tropos del género. Básicamente consiste en guiar a los personajes de forma sigilosa a través de niveles plagados de soldados nazi, y eliminarlos cuando sea necesario. Como de costumbre, los enemigos tienen un cono de visión y un medidor de detección que comienza a llenarse en cuanto somos vistos. Naturalmente, al dejar cadáveres tirados por ahí o llevar a cabo un asesinato a plena vista sin tomar los recaudos necesarios, comenzará una cacería sin cuartel. Las tropas enemigas se moverán por el mapa y, en cuanto nos encuentren, lanzarán granadas y ráfagas de ametralladora.

Planificar y medir nuestras acciones evita que los enemigos puedan percatarse de nuestra presencia. En este sentido, el nuevo trabajo de Destructive Creations se siente muy similar a War Mongrels. De hecho, ofrece herramientas similares, como un modo de ‘planificación’ que nos permite ralentizar el tiempo e indicar a nuestros personajes que ejecuten acciones de forma simultánea. Esta es una herramienta muy útil para llevar a cabo acciones coordinadas o para establecer planes que dependen del tiempo. Ahora, si todo esto falla, siempre podemos acceder a una especie de modo top-down shooter que nos permite controlar a nuestros personajes y disparar a todo lo que se mueva.

El problema es que 63 Days lucha contra sí mismo en la búsqueda por ofrecer un equilibrio entre el combate y el sigilo. Es como si quisiera ofrecer múltiples enfoques para resolver un mismo problema, pero sin llegar a cuajar del todo. Encarar las misiones a los tiros, hace que el juego se vuelva extremadamente difícil. Por su parte, movernos sigilosamente hace que la acción se sienta lenta, pero la única forma efectiva de alcanzar el éxito. Aún cuando esto demande de un proceso -por momentos frustrante- de ensayo y error. Por lo tanto, es imperativo guardar y cargar la partida de forma constante, a fin de evitar la pérdida de valiosos minutos de progreso.

63 Days Review

Lo llamativo es que dicho inconveniente es producto de varias asperezas propias del desarrollo. En ocasiones, el modo planificación no funciona como corresponde y sólo uno de los personajes ejecuta la acción indicada. Otras veces, cuando indicamos a nuestros personajes que vayan de un punto a otro, toman rutas poco convenientes y son detectados por los enemigos. Cualquiera de estas dos situaciones, derivan en combates indeseados en los que sólo podemos controlar a un personaje, quedando el otro expuesto a los disparos y granadas. Como resultado veremos la pantalla de ‘Game Over’ reiteradamente.

Para peor, en 63 Days los soldados enemigos tienen una puntería increíble, mientras que nuestros personajes parecen rendir tributo a los Stormtroopers. Además, cuando lanzan granadas, lo hacen de forma extremadamente precisa por lo que esconderse en un arbusto tampoco es una opción viable. Por lo tanto, si bien el combate es una opción, nunca es la más recomendable. Lo más probable es que terminemos muertos antes de siquiera poder jalar el gatillo. En lugar de ello, lo mejor es buscar por soluciones alternativas, como aprovechar objetos del entorno y provocar muertes ‘accidentales’. Esas que -por algún motivo- nunca llaman la atención de nadie.

Es justamente en ese momento, cuando desechamos el combate por completo y pasamos a estudiar el entorno y el comportamiento de los enemigos, que el juego se vuelve agradable y somos recompensados por nuestra creatividad. Cierto es que el trabajo de Destructive Creations adolece de los problemas mencionados pero, a su modo, se deja disfrutar. Además, el sobreexplotado marco de la Segunda Guerra Mundial adquiere una perspectiva nueva y fresca, permitiéndonos descubrir detalles acerca de la Resistencia polaca. Sin lugar a dudas, un añadido que hace que el juego se sienta realmente interesante.

En el plano técnico, 63 Days ofrece un apartado gráfico y sonoro bastante bueno. La campaña combina escenas cinemáticas con imágenes pre-renderizadas y escenas dinámicas creadas con el motor del juego que lucen muy bien. Gracias a ello, el título consigue retratar la crudeza de una época oscura, matizado con cierto grado de humor negro y comentarios de los personajes quejándose de tener que realizar todo el trabajo. En este sentido, cabe destacar el genial trabajo de doblaje, que confiere una personalidad única y muy marcada a cada personaje. Por lo demás, el sonido contribuye a la inmersión, creando una atmósfera tensa y oscura.

63 Days Análisis

En definitiva, 63 Days es un juego interesante pero que no ofrece nada particularmente diferente a lo que podemos ver en War Mongrels. Destructive Creations trae de regreso prácticamente las mismas mecánicas, virtudes y defectos, de su anterior trabajo, sólo que ahora ofreciendo una nueva y cruda perspectiva de uno de los conflictos bélicos más explotados. A nivel jugable, adolece de varios inconvenientes que, si bien se pueden solucionar a fuerza de parches, nos obligan a estar cargando y guardando la partida de forma compulsiva. Sin embargo, cuando se logra superar dicha barrera y dejar el combate al margen, es fácil darse cuenta que el título no está para nada mal y que, a su modo, se deja disfrutar.


FICHA TÉCNICA:

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Sobre Franco Borgogna

Periodista apasionado por los videojuegos que sueña en mundos pixel-art sin caídas de frames. Streamer a tiempo parcial, fundador de la comunidad “La Orden del Pixel”, amante de la series, las películas y los comics.


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