Con la enorme cantidad de videojuegos que abundan en Steam, sucede que el algoritmo omite enseñarnos algunos títulos realmente interesantes. Afortunadamente, la tienda digital de Valve cuenta con herramientas que ayudan a darles visibilidad. Ejemplo de ello es el botón de ‘próximos lanzamientos’ con el que podemos dar un vistazo a lo que está por venir. Así es como de pura casualidad descubrí Worldless y fue amor a primera vista. No pude dejar de ver su tráiler de presentación, mientras mis ojos se abrían de par en par, maravillados por su estética y despliegue visual. Al equipo de Noname Studio no les costó mucho trabajo ilusionarme y, debo decir que el juego cumplió con creces con las expectativas. Pero no sólo por mencionado, sino también por presentar una intrigante historia que se presta a la libre interpretación y una banda sonora que acompaña de manera melancólica durante todo el trayecto.
Worldless es encantador y es imposible no comenzar hablando de su apartado visual. Es lo que más me llamó la atención en primera instancia y la forma en que está planteado es admirable. El arte es muy estilizado, aunque a primera vista parece simple, en especial en lo que al diseño de los personajes respecta. Sin embargo con cada movimiento, como correr o atacar, se ofrece un fugaz vistazo a la «verdadera» forma de los seres que vemos en pantalla, lo cual encuentro muy creativo y particular. Recuerda un poco a esos juegos de antaño, donde todo parecía hecho con «palitos», solo que aquí está elevado al máximo y más épico exponencial.
Al comienzo seremos testigos de una especie de guerra astral entre bandos de «estrellas» cuyos choques iluminan el firmamento. Como jugadores tomamos el papel de una de esas entidades para embarcarnos en un viaje de autodescubrimiento y comprensión. Por medio de estas visuales se nos presenta una historia enigmática que apunta a uno de los rasgos más presentes en las personas: la curiosidad. La narrativa está semi-fragmentada debido a que su planteo es a través de los enigmáticos diálogos que mantienen los personajes, aunque la mayor parte del relato se deja a la interpretación del jugador. Esto hace que un aura de misticismo y misterioso impregne el ambiente, lo cual hace que se sienta único.
A medida avancemos podremos disfrutar de entornos muy bellos y algo abstractos, donde lo que más resalta son pequeños detalles y sutilezas que se pueden percibir en la distancia, como el choque de luces de batallas lejanas que transmiten una sensación de estar en un sitio hostil, como un campo de guerra. Cada zona tiene su propia temática, particularidades y un acompañamiento musical único. De hecho, la banda sonora parece estar pensada para generar diferentes emociones, desde la desolación a la esperanza, dependiendo de las situaciones y lugares. Es un aspecto clave de la experiencia y, sin lugar a dudas, un arreglo muy prolijo.
El mundo de Worldless está interconectado de forma similar a cualquier metroidvania clásico y la navegación por los mapas se siente fluida. En nuestro camino encontraremos secciones de plataformas que para ser superadas requerirán de las típicas habilidades como el dash, y otras tantas típicas -como el doble salto- que encontraremos conforme avancemos. Cabe mencionar que la exploración tiene un giro de tuerca muy interesante, pero ya llegaré a dicho punto. De cualquier modo, no sólo descubriremos nuevas formas de movernos por los escenarios, sino también mejoras de salud o para el combate, y por supuesto, peligrosos enemigos que se interpondrán en nuestro camino.
El combate de Worldless es bastante particular para tratarse de un metroidvania, ya que se cambia la acción en tiempo real para dar paso a un clásico por turnos muy similar al que podemos ver en cualquier RPG. Pero lejos de ser estático, ofrece la posibilidad de llevar a cabo varias acciones activas que le aportan mucho dinamismo y entretenimiento. Por ejemplo, podemos presionar los botones adecuados en momentos específicos para realizar guardias perfectas y cancelar un ataque o hacer mayor daño a los enemigos. Encajar ataques que causen la mayor cantidad de daño posible es muy importante, debido a que cada enemigo cuenta con lo que el juego llama «depósito».
Esta mecánica funciona como una suerte de barra de postura, representada visualmente por una esfera la cual se irá llenando con cada golpe. Los enemigos tienen sus propias fortalezas y debilidades, por lo que conocer cual es su punto débil hará que el depósito se llene más rápido. Lo interesante de este sistema es que promueve la variedad de acciones, porque repetir el mismo tipo de ataque una y otra vez, hace que baje su eficacia. Una vez la esfera esté repleta, podremos absorber al enemigo en cuestión y obtener un punto de habilidad. El mismo servirá para desbloquear nuevos poderes, movimientos de ataque, combos u otras mejoras, a través de un árbol de habilidades.
Las peleas tienen su complejidad y hace que siempre se sientan divertidas. Eso sí, no se deben tomar a la ligera y prestar atención se vuelve muy importante ya que marcará la diferencia entre la victoria o la derrota. Cada enemigo muestra que ataque realizará, dándonos la posibilidad de bloquearlo de manera correcta mediante indicaciones de luces visuales, que añaden un toque rítmico a los enfrentamientos. Dominar el combate con los enemigos normales será fundamental si es que queremos derrotar a aquellos opcionales y secundarios que los desarrolladores llaman “más exigentes”. Les aseguro que dicho apodo les hace honor. Entonces, hacer bloqueos y ataques perfectos se vuelve obligatorio si es que queremos tener una chance contra estas criaturas y no caer presos de la frustración. De otro modo, las palizas que podemos llegar a recibir serán total y absolutamente desmoralizantes. Palabra.
Pese a que algunas batallas puedan ser exigentes, la parte buena es que no hay game over. Por lo tanto, todos los combates se pueden intentar cuantas veces queramos. Es un criterio de diseño que me parece sumamente acertado, ya que permite al jugador elegir entre darse la cabeza contra una pared hasta romperla, o simplemente darse una vuelta por ahí para volver más fuerte y lleno de rencor. Otro aspecto que me gustó mucho es que Worldless no nos toma de la mano tampoco. Algunas cosas tendremos que descubrirlas por cuenta propia, como por ejemplo algunos combos de movimiento para la exploración. Parecerá extraño, pero son cosas bastante intuitivas que animan a experimentar y descubrir nuevas formas de movernos por los entornos.
Para finalizar, guardé lo mejor. Y no, no es un spoiler puesto que es algo que deja ver el trailer. Pasado cierto punto podremos controlar a un nuevo personaje con su propio repertorio de habilidades. Lejos de ser un añadido al pasar, es una mecánica que sorprende y que aporta muchísima profundidad tanto al plataformeo como al combate. Por mencionar un ejemplo, podremos alternar entre ambos personajes y aprovechar sus diferentes movimientos para llegar a zonas aparentemente inaccesibles. Es todo lo que diré al respecto, puesto que no quiero ahondar demasiado para justamente no hacer spoilers y que puedan experimentar la misma sensación de asombro que tuve en mi partida. Es una mecánica que me encantó.
Worldless resulta ser una experiencia maravillosa y singular. El trabajo de Noname Studio ostenta de mucha creatividad y pasión, la cual está claramente plasmada en un título que, si bien puede llegar a frustrar ligeramente con el combate, ofrece un amplio abanico de emociones y una jugabilidad deliciosa. Es un videojuego con un carisma increíble, que se construye a partir del acertado uso de sus elementos audiovisuales y mecánicas, además de una narrativa interpretativa muy interesante. Sin temor a equivocarme, considero que es uno de los tapados de 2023 y, sin lugar a dudas, uno de mis favoritos del año. Una grata sorpresa que no puedo más que recomendar.
Sobre David Cedres
Fanático del anime, la ciencia ficción y por supuesto los videojuegos, de preferencia indies.
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