Puede que suene paradójico, pero muchas veces los RPG’s olvidan por completo lo que es un juego de rol. Me refiero a que en la mayoría de los casos lo único que parece importar son los números y las características de los personajes, dejando de lado la narrativa, las decisiones, y como estas pueden contribuir a dar forma a ‘nuestra’ historia. Sin embargo, en esta ocasión, Shiro Games propone con Wartales una mezcla de géneros, en donde la estrategia y el roleo se combinan. Es un título muy ambicioso que pone a nuestra disposición distintos sistemas muy bien amalgamados, que se retroalimentan y nos permiten interactuar con ellos sin abrumarnos. Pero sobre todo, ofreciendo muchas posibilidades que nos permiten ir de un extremo del espectro a otro.
En Wartales, nuestra aventura comienza con un reducido grupo de mercenarios al que podemos controlar. Son tan solo cuatro personajes, que crearemos desde cero, pudiendo elegir tanto su trasfondo, como rasgos, clase y atributos. Lo curioso es que son un grupo de ‘don nadie’ sin un camino definido a seguir. A partir de ahí, será decisión nuestra que rumbo tomar, tanto para el grupo, como para el juego en sí mismo. Y esta es una de las cosas que hacen destacar al trabajo de Shiro Games: la entrega total de la agenda a manos del jugador.
Al principio, el título puede parecer un tanto abrumador. Inmediatamente después de terminar de crear al grupo inicial, el juego nos tira en medio de la nada sin ningún tipo de trasfondo u objetivos. De hecho, casi no tenemos información acerca de lo que sucede, más allá de lo que hayamos escogido al momento de dar forma a nuestros personajes. Y esto hace que, la vastedad del mundo que se nos presenta, sumada a la gran cantidad de objetos que se muestran en la interfaz, sean -en primer lugar- intimidantes.
No voy a mentir: lo mencionado generó una impresión negativa en mi primer contacto con el juego. Especialmente porque a esta experiencia, a priori abrumadora, se añade una total falta de guía. Sin embargo, con el correr de los minutos, esta sensación se fue extinguiendo, y ese rasgo negativo pasó a convertirse en una de las mayores virtudes del título. Resulta ser que Wartales no explica todo desde un comienzo; por el contrario se toma su tiempo y lo hace con calma, a medida que vamos interactuando con cada uno de estos elementos. No abruma al usuario con doscientos mensajes de tutoriales cargados de información que olvidará al instante, sino que da un margen para interactuar con todos los sistemas a su propio ritmo.
El sistema de combate, por el contrario, se me hizo familiar. El mismo es por turnos y bastante clásico, con tropas que actúan por iniciativa. Al comienzo de la batalla, podemos acomodar a nuestros mercenarios en aquellas posiciones que consideremos ventajosas de acuerdo a la táctica que deseemos llevar a cabo. Lo curioso es que la victoria no solo se alcanza matando enemigos, sino también gestionando la moral del grupo. Es decir, perder demasiados hombres genera pánico, empeorando el rendimiento de todos, pudiendo derivar en una retirada. Pero ojo que esto también aplica a los rivales, que no dudarán en huir si las cosas se ponen feas.
Por cada acción llevada a cabo, sea en combate o fuera de él, recibiremos oro pero también otro recurso muy importante: Fama. Esta sirve como moneda de cambio, pero también como un indicador de que tanto se hace notar nuestro grupo. Ser ‘famosos’ abrirá camino a diferentes misiones que podrían ser asignadas por personajes destacados, o conducir a encuentros importantes al visitar grandes ciudades. Honestamente, hay mucho por ver y hacer, pero explicar cada uno de los sistemas extendería esta reseña en demasía.
Wartales es un juego complejo, pero tanto como nosotros queramos que sea. Como mencioné al comienzo, el título mezcla elementos de estrategia y rol. Ahora, qué tanto queremos que la experiencia vaya en una dirección u otra, va a depender siempre de nuestro deseo de interactuar con los distintos aspectos de este. Porque no solo se ofrecen opciones a la hora de ajustar la dificultad o de elementos como el manejo de recursos y el combate; también podremos, gracias a su estructura abierta, inclinarnos por un estilo de juego u otro.
Acá no tenemos una historia principal o una main quest, si no que la ‘aventura’ se desarrolla en un mapa dividido en territorios, cada uno con su propio conflicto que podremos resolver mientras exploramos y realizamos misiones secundarias. Pero lo mejor es que no hay un guion definido, sino que la historia la vamos creando con nuestras acciones. Entonces, lo que se pierde en cuanto narrativa o ante la ausencia de una trama definida, se gana en como podemos construirla de forma orgánica, a través de nuestro estilo de juego. De hecho, no hay una brújula moral, decisiones buenas o malas. Simplemente son elecciones, pero con peso para determinar el futuro de este mundo.
De esta manera podemos ir con un grupo reducido, de cuatro o cinco integrantes, y tener una experiencia más RPG, en donde la gestión de recursos y el tamaño de las escaramuzas es mínimo. Pero por otro lado, también formar toda una partida de guerra y jugar a gestionar nuestra compañía de mercenarios, procurando tener suficiente alimento, equipo, y oro para pagar sus sueldos. Y por supuesto, estar mucho mejor preparados para afrontar combates a mayor escala. Sea como sea, siempre seremos los que definamos nuestro papel en este mundo. Por ejemplo, podemos llevar un grupo de soldados que cumplen sus contratos al pie de la letra, o cambiar de bando según quien pague mejor; ayudar a quienes lo solicitan o jugar a ser bandidos; capturar prisioneros para entregarlos a la justicia o sumarlos a nuestras filas. La elección es nuestra.
Algo importante que vale la pena aclarar es que, si bien Wartales es complejo en cuanto a la cantidad de sistemas que pone en práctica, no quiere decir que sus mecánicas sean complicadas de entender. El juego nos deja administrar cada uno de los elementos del grupo, desde la progresión individual de los personajes, hasta la gestión del campamento. Hay profesiones, recolección de recursos, resolución de conflictos a través de diálogos, construcción de edificios y exploración. Para cada aspecto, para cada nuevo desafío, existe un nuevo elemento a tener en cuenta, una nueva forma de hacer las cosas. Por lo tanto, no es lo mismo pescar que cortar madera, o explorar el mapa que explorar un dungeon. Cada personaje tiene distintas clases, y cada una tiene su árbol de habilidades, incluso con sub-clases, que cumplen diferentes funciones.
Pero insisto: lejos de abrumar al jugador o agregar complejidad haciendo las cosas más difíciles o tediosas, sus sistemas funcionan para mantener el interés. Esto se logra gracias a que, si bien son muchas, cada una de estas mecánicas son lo suficientemente simples de aprender y rápidas de ejecutar. Y lo más importante, nunca se conviertan en un obstáculo para el disfrute de la experiencia general. El juego ofrece todo esto, no solo como opciones para complementar nuestro estilo de juego, si no también como pequeñas actividades con las cuales construir un ritmo y mantener la novedad de manera constante. Para no tenernos siempre haciendo lo mismo durante mucho tiempo.
He de aclarar que todo lo mencionado, son mecánicas que el título ofrece prácticamente desde su salida en diciembre de 2021, momento en que se encontraba en su etapa de acceso anticipado. En abril de 2023, Wartales recibió su actualización 1.0 cargada de muchísimo contenido. Hay detalles geniales, como la posibilidad de enterrar a los compañeros caídos en batalla, una nueva área del mapa y enemigos. También se añaden profesiones para los mercenarios, más opciones de dificultad y de personalizar la experiencia. Y todo contribuye a hacer de este, un juego muy particular y diferente dentro del género del RPG. Uno donde lo que más importa es como nuestras decisiones impactan y repercuten en el entorno.
Por supuesto que tiene cosas mejorables, como el apartado gráfico, que si bien es más que suficiente podría mejorar en cuanto a la variedad. Especialmente a la hora de personalizar a los personajes o de diversificar las diferentes zonas. También hay algún que otro problema de optimización, especialmente a la hora de navegar por el mapa o cargar ciertas animaciones. No obstante, el soporte por parte de la gente de Shiro Games a la hora de pulir la experiencia y crear nuevo contenido hace que sin duda el futuro sea prometedor. Especialmente con todo el espacio que deja el juego para agregar nuevo contenido. Porque creo que esta actualización, es tan solo el comienzo de algo mucho más grande.
Wartales ofrece una experiencia novedosa que deja en las manos del jugador que tan compleja y profunda puede llegar a ser. Es un título que si bien no brilla por su narrativa, destaca por permitirnos crear nuestras propias historias. Y este es probablemente el mejor cumplido que puedo hacer al juego de Shiro Games, que ha dado vida a una pequeña joya del género. Una que quizás tenga ciertos aspectos mejorables, es verdad, pero que aún así es más que digna de ser jugada. Es una propuesta que ofrece la suficiente variedad y estrategia para hacer que el viaje no solo sea agradable, sino también desafiante y gratificante.
Sobre Mariano Daneri
Me gustan las milanesas con fideos.
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