En un universo de fantasía medieval, dominado por la magia ancestral y una destacable arquitectura gótica que se erige entre montañas y amplias llanuras, un mago convoca la esencia de antiguas tormentas más allá de la comprensión mortal para dar vida a un héroe. Se trata de un caballero que oculta un gran poder en su interior cuyo objetivo consistirá en purgar un reino de ensueño devenido en ruinas; eliminar una plaga que se extiende hasta donde alcanza la luz del sol, tratando de descubrir de esta manera su verdadera historia. Sin lugar a dudas, la puesta en escena de VOIN es bastante dramática y artística.
En VOIN la exploración conforma una parte esencial de experiencia puesto somos recompensados sustancialmente con cofres repletos de equipamiento para mejorar a nuestro héroe. El botín se compone de armas de melee de todo tipo, y también algunos ítems que proporcionan habilidades pasivas, tanto para el protagonista como su arsenal. En este sentido, lo mejor es que los mapas cuentan con una ambientación definida por sonidos ambientales y un puñado de melodías desenfadadas de fantasía. Pero la cosa se pone todavía más interesante cuando aparecen los primeros enemigos. Ahí es cuando el heavy metal entra en escena, portando puntos extra de adrenalina al combate. Ahora, si bien este recurso cumple con su objetivo, también nos deja con ganas de algo un tanto más furioso y ruidoso.
El arte conceptual de VOIN es muy bonito. Los escenarios son como una gran pieza de pintura compuesta por varios lienzos que se conectan entre sí a partir de la Ciudadela del Maestro, un punto desde el cual accederemos a distintas partes del mundo. El trabajo realizado por Nikita Sozidar con los entornos es increíble. Mucho más teniendo en cuenta que es el único desarrollador del juego. Destacan principalmente por su amplitud, pero también por su estilo sombrío. Podríamos decir que el universo remite mucho a Dark Souls, pero visto desde una perspectiva en primera persona recorriendo los escombros de un reino muy antiguo cimentado en espacios naturales que destacan gracias a sus accidentes geográficos e impresionantes montañas.
El eje central del título es el combate, que se sostiene gracias al ritmo de lucha y a las vertiginosas piruetas del protagonista. El nivel de respuesta y precisión en este aspecto es más que satisfactorio, sin delay entre ejecución y acción. Todas las acciones son sumamente precisas a lo que buscamos realizar, ya sea propinar un golpe o efectuar un salto detrás de otro. Debido a esto me es imposible imaginar la experiencia de este juego utilizando joystick. El título en sí requiere un buen nivel de destreza por parte del jugador ya que la mayor parte del tiempo vamos a tener que estar en movimiento, combinando todo tipo de acciones.
La combinación entre saltos, desplazamientos aéreos y terrestres, junto con ataques certeros que nos permitan alcanzar a nuestro objetivo e inmediatamente repetir el procedimiento, se siente genial. En papel suena desafiante, y en la práctica lo es. Pero el motivo por el cual es tan necesaria esta mecánica es porque la vida se recupera a base de golpes haciendo que el gameplay se sienta muy gratificante cuando logramos conectar combos sin recibir daño. Y es que al final del día, la práctica hace al maestro, por lo que cada enfrentamiento es una buena oportunidad para experimentar con el equipamiento y las diferentes criaturas que conforman el bestiario de VOIN.
Cabe destacar que en esta versión temprana del título, la variedad de enemigos se vuelve un tanto monótona y se siente poco inspirada. Si bien hay criaturas más complejas que otras, la mecánica es siempre la misma, por lo que es fácil acostumbrarse a los patrones de ataque. Sumado a ello, la inteligencia artificial es bastante básica y se evidencian sus limitaciones casi al instante. Como es natural, al encontrarnos en constante movimiento nos perseguirán incansablemente, pero al apartarnos de su rango de visión o al subir una zona muy elevada, ya no podrán alcanzarnos. Esto provoca que, en algunos casos, veamos comportamientos extraños o erráticos, como que un enemigo se frene en seco en su lugar.
No obstante, los combates son contundentes, rápidos y divertidos poniendo a prueba nuestra capacidad de forma constante. En este sentido, recuerdan en cierto modo a Doom, con nuestro protagonista ejecutando ataques veloces en picada y realizando esquivas para contraatacar con espectaculares golpes de gracia que ralentizan el tiempo dotando a estos momentos de gran espectacularidad. Ciertos efectos de daño en enemigos, los puntajes flotantes que indican el daño causado y destellos tanto en las armas como en la visión del protagonista aportan dinamismo a la acción en pantalla transmitiendo velocidad y potencia en nuestras acciones.
VOIN, es uno de esos títulos desenfadados que sirven para descontracturar en días difíciles. Destaca por su dinamismo en el combate, aunque, de todos modos, carga a sus espaldas con un contrapeso por demás mejorable. Un claro ejemplo de ello es la escueta variedad de enemigos y la inteligencia artificial que los impulsa. Y no solo eso, también en su abundancia ya que no es para nada proporcional a las dimensiones propuestas en los escenarios. El mundo que ofrece es enorme y sombríamente atractivo en términos generales. En más de una ocasión nos veremos obligados a frenar un instante para contemplar sus hermosas vistas.
Por todo lo dicho, será interesante ver qué depara el futuro para VOIN y estoy deseoso por seguir descubriendo este mundo. Eso sí, hace falta un abanico de enemigos más sustancial que ayuden a explotar la jugabilidad, combinándolos en enfrentamientos sumamente desafiantes que sólo se puedan superar con movimientos super precisos. También siento que necesita un mayor nivel de complejidad en términos de plataformeo. Segmentos que requieran de toda la destreza acrobática del protagonista, aprovechando al máximo el entorno y los elementos mágicos que lo pueblan. Por lo demás, estamos sin lugar a dudas ante un trabajo muy prometedor y en constante crecimiento por parte de Nikita, su único desarrollador.
Sobre Darío Gadea
Sniper de pura cepa. Fanatico del horror, la fantasia y la ciencia ficción. Adicto a los Metroidvanias, los RPG, la musica pesada y el synthwave. Cuando no esta leyendo algo perturbador esta jugando a Age of Empires II
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