por Exequiel Nieto
Con el diario del lunes es fácil observar porqué esta historia trascendió el lenguaje que la vio nacer. Ahora, con su serie en HBO que expande el fandom y renueva su público, dentro del cual me incluyo. PlayStation parece haber hallado una fórmula combinado el estreno de la serie con el lanzamiento del juego en PC, algo que repite con The Last of Us Part II Remastered. Es una experiencia que en lo personal viví con mucha emoción y que me dejó con ganas de más. Ver que esa historia que me enamoró se propaga hacia otros medios es genial. Del papel a un videojuego, y de este a una serie. Es bienvenido, y por supuesto, nunca será posible satisfacer a todos, como así tampoco saciar nuestro frenesí consumista. Siempre vamos a buscar el modo de encontrarnos con nuestros personajes favoritos y adentrarnos en sus mundos una y otra vez.
The Last of Us pasó a formar parte de la cultura popular y su narrativa es referencia, una especie de catedra para la creación de personajes y de como abrir la posibilidad de ver una misma historia desde diferentes ángulos. Pero ¿Por qué? ¿Qué es lo que hace que sea lo que es? ¿Porqué atrapa y genera fascinación? ¿Cómo logró llegar a otros medios?, y más importante aún ¿Qué se puede decir de este nuevo contexto y el lanzamiento de esta remasterización?. Lo primero que debo aclarar es que mi acercamiento a esta saga se dio hace muy poco. Comenzó con la primera temporada de la serie y luego pegué el salto a los juegos.
En este sentido tuve experiencias renovadas de cosas viejas. Por ejemplo, con el nuevo ecosistema de préstamo familiar de Steam se hace nuevamente posible comprar o compartir juegos con amigos. Algo similar a lo que sucedía en aquellas épocas de infancia donde uno iba a la casa de alguien para pasar una tarde jugando y de paso pedir prestados algunos juegos de PlayStation. De este modo es que pude jugar por primera vez a The Last of Us Part I y reencontrarme con la experiencia de un juego atrapante, inmersivo, cinematográfico y profundamente desgarrador. Algo que nunca antes había experimentado.
Además, algo más sutil aún, fue encontrar cierta añoranza en la música del juego. Y claro, todo cobró sentido cuando me enteré que la banda sonora estaba compuesta por Gustavo Santaolalla. Este músico argentino -si mal no recuerdo- musicalizó una pauta publicitaria televisiva que se emitía nacionalmente durante mi infancia. La misma mostraba diferentes partes de la Argentina, como la Patagonia o las orcas en Ushuaia, transmitiendo con ‘De Ushuaia a La Quiaca’ esa frescura inhóspita e inconmensurable de la naturaleza. En el caso particular de The Last of Us, hizo uso de un ronroco en tempo 6/8 de malambo con ese tono blusero existencialista por detrás, manifestando la inclemencia de un contexto apocalíptico como la melodía compañera de esta aventura.
Ahora, volviendo a The Last of Us Part II Remastered, lo que para muchos es un juego con gráficos más detallados, para mi es la primera experiencia con el título. De hecho, agradezco a PlayStation por esta nueva tendencia de liberar los exclusivos de consolas y permitir al público de PC disfrutar de las experiencias que ellos proponen. Pero ¿Qué ofrece este remaster? Básicamente aprovecha el hardware y las tecnologías actuales explotar técnicamente al título más allá de las posibilidades con que fue concebido. En este caso hablamos de soporte para monitores ultrawide, altas resoluciones y escalado de frames con DLSS, FSR e Intel XeSS, además aprovechar la tecnología háptica de los mandos DualSense. Además, como dato no menor, en ningún momento tenemos una demora molesta o pantalla de carga por compilados de shaders. Estamos frente a la vanguardia de experiencias visuales e inmersivas a todo trapo.
The Last of Us Part II Remastered deslumbra, en especial durante el primer tercio de la aventura donde da muestra de la evolución que este título representa en todos los sentidos. Es la parte más movida de la montaña emocional que propone el juego. Se establecen las nuevas dinámicas de relaciones entre los personajes que se desarrollan a lo largo de toda la historia posicionando a Ellie y Abby como ejes. En poco tiempo pasamos por varios lugares, desde Jackson a Seattle, y transitamos de diferentes formas la ciudad. También vemos el juego dinámico que se propone con la cronología de los acontecimientos. Es decir, todo está dispuesto para sentir ese aire de viaje y descubrimiento.
nos habríamos perdido de mucho si un trabajo de esta magnitud no hubiera recibido una remasterización
Lo primero que llamó mi atención es el combate, pero por lo brutal y visceral. Ahora se disfruta realizar esquives y lanzar puñetazos limpios, con un gameplay que representa al detalle la violencia en cada animación de gestos, golpes, cortes, sangrados y muertes. Una brutalidad que, en mi opinión, en conjunto a otros detalles, supera a otros títulos como por ejemplo The Calisto Protocol, o incluso al propio Dead Space, que hacen bandera de ello. No es precisamente un videojuego para un público sensible. Naughty Dog nos arroja a un mundo violento y las historias que aquí encontramos son igual de crudas. Cada nota encontrada, como la de Simon Vickers, o la seguidilla del ‘arquero mata chasqueadores’, son un par de muestras del paso constante entre la esperanza y la desesperación absoluta.
De cualquier modo, el sigilo también es necesario y gracias a ello el gameplay se resignifica completamente. Esta secuela también profundiza la exploración dedicando todo un nivel a recorrer estas ciudades postapocalípticas de forma interactiva con un mapa en papel, algo que se sentía pendiente en su antecesor y que conforma una parte clave en la trama. Además ampliar las mecánicas de salto y poder columpiarse nos permite llegar a nuevos lugares virtualmente inaccesibles. Y más allá de la jugabilidad, esta entrega añade el modo ‘Sin Retorno’, una suerte de roguelike que es aparte de la historia y brinda el campo perfecto para experimentar con las diferentes mecánicas. También es el modo de juego ideal para probar las diferentes dificultades, siendo “realista” la máxima expresión para quienes buscan una experiencia sumamente intensa.
El nivel de detalles de los escenarios, el maquetado, la arquitectura de los edificios, los objetos en los espacios cerrados, el paisaje en el campo abierto, los distintos climas, es increíble. El fotorrealismo en las iluminaciones, el diseños coherente de cada interior/exterior de acuerdo a cada contexto, y todas las interacciones con el entorno, hacen que uno se sienta mimado. De hecho me llegué a preguntar ‘¿Hicieron todo esto por mi?‘. Y si, efectivamente es un título absolutamente abrumador con la experiencia que ofrece. Es, a todas luces, un estándar de excelencia y obsesión al detalle. Es por esto que considero que nos habríamos perdido de mucho si un trabajo de esta magnitud no hubiera recibido una remasterización. Y espero que cuando el estándar sea realidad virtual con trajes de sensaciones, The Last of Us Part II también tenga una reedición para eso.
The Last of Us Part II Remastered es el amante perfecto y merece nuestro tiempo para reconocer sus gestos
Por otra parte, es hermoso Naughty Dog maneja los ritmos. Estamos frente a un juego que cuenta con todo lo necesario para un entretenimiento satisfactorio muy propio del lenguaje lúdico. Los momentos ‘eureka’, redescubrir mecánicas en nuevos desafíos, o enfrentarse a un enemigo que propone algo diferente. En medio de todo ello tenemos los desmembramientos y explosiones, secuencias cinematográficas emocionantes y momentos de una cálida intimidad increíblemente conmovedores. Este juego tiene todo eso, pero el ritmo decae con el tiempo y, en lo personal, el desarrollo del arco de Abby me resultó algo tedioso, y solo esperaba ver con que se compensaba el foco narrativo.
Sin embargo no soy capaz de definir si esa sensación de agobio es emocional porque en el arco de Abby, Naughty Dog también gestiona otras cosas. Por ejemplo, ‘¿Abby tiene miedo a las alturas?’ Bueno, la ponemos en lo más alto y que crucé por ahí. Genial. ‘¿Que no es suficiente con los bichos comunes?’ Ahí tenes, este es para satisfacer tu exigencia: Un rey rata gordinflón. Tremendo enfrentamiento. ‘¿Ahora querés variedad en los enemigos normales?’ Sin problemas, ahí te ponemos la muestra de lo que es capaz Tommy con su sniper. Brutal guerra. ‘¿No es suficiente con un enemigo extraordinario?’ Ok, enfrentamiento masivo de facciones en tu cara, vos contra todo en el medio, militares y serafitas, y un combate sangriento cuerpo a cuerpo secuenciado. Espectacular. ‘¿Qué querés más detalles en el mundo?’ Mira cómo incluimos la fe religiosa con grafitis, objetos y santuarios. Buenísimo.
Viéndolo así, parece que la fatiga no es más que el hecho de pasar toda la campaña de seguido. Es como un encuentro amoroso espectacular donde llega un punto que la diversión duele, y ni hablar si se extiende hasta el desayuno. Pero The Last of Us Part II Remastered es el amante perfecto y merece nuestro tiempo para reconocer sus gestos. Tiene mayor duración que el primero y cada elemento dispuesto no desaparece hasta agotarse. Incluso podemos ver en los extras un par de capítulos eliminados y cómo se desarrolló todo un nivel para justificar la presencia del trauma de Ellie que le hace sentir aprehensión en la cacería de un jabalí. Es decir, para disfrutar de tanto mimo y amor, debemos darnos tiempo porque de una sola sentada todo va a dar igual y nos vamos a perder de la verdadera experiencia que ofrece el título.
The Last of Us ofrece una historia impactante. Me impresiona encontrarme totalmente virgen a la experiencia de ver la serie y jugar el juego, sin tener spoilers. Pero si algo tiene una buena historia es que nos afecta diferente. Cada uno refleja algo de sí mismo en ellas, y cualquier cosa que digamos habla más de cómo vemos las cosas a como son realmente. Si tuviera que sintetizar el primer juego diría que se trata de una promesa por que ¿Qué es lo que le da sentido a la vida sino una promesa o esperanza?. Lo que ahí vemos es un hombre destruido, Joel, que solo existe en modo supervivencia, y a una niña, Ellie, que es un paquete que debe llevarse del punto A al B. Sin embargo, esto deriva en el camino al resurgimiento de una vida nueva que busca consolidarse a cualquier costo, sin importar el sacrificio.
Pero ¿Cuál sería esa promesa?. Bueno, considero que la de Joel, de mantener a salvo a aquello que adquirió un significado invaluable para él: La niña que le devolvió el sentido a su vida. Es una promesa hacia el mismo, de perdón y de no permitirse el perder la vida que pretende reconstruir. Esa vida, antes incompleta y sin valor, que ni Tess pudo solventar. El vacío de la pérdida de su hija cambia abruptamente gracias a Ellie, quien sin siquiera proponerlo consigue vulnerar y transformar la mirada de este hombre destruido. Esto queda graficado elegantemente cuando Ellie visita la casa de Joel, y podemos ver sus cosas, el reflejo de sus hábitos, gustos y hobbies. Nos muestran a una persona que consiguió volver a su eje. A alguien que consiguió su paz.
el juego consigue mostrarnos la vulnerabilidad de la vida frente al salvajismo, no existen lugares seguros
Este arco es casi una clase de logoterapia de Viktor Frankl; encontrarle el sentido a la vida, hallar algo por que luchar. Joel y Ellie se complementan. Avanzan juntos como míticos personajes del calibre de Sancho y el Quijote, de Romeo y Mercucio, Dante y Virgilio, o Aquiles y Patroclo. Una mezcla de amor filial y fraternal. Que en este caso representan una pareja arquetípica de padre e hija. Una relación que vemos constituida cuando Joel comienza, por primera vez, a proyectar a futuro en este nuevo mundo. Esto es lo que logra conmover hasta las lágrimas en The Last of Us Part I. Todo ignorando que los deseos de Ellie que siempre fueron imitar el valor de sus heroínas de cómics, pretendiendo entregar su vida por otros, algo que Joel le niega.
En The Last of Us Part II, la lógica de personajes cambia y solo destacan Abby y Ellie. Cada una va por su lado y sus historias se entrelazan por la imposibilidad de soltar, perdonar y vivir la vida. En este mundo no hay lugar para cómics, sino para una colección de cartas de héroes y villanos. Se nos desafía a ver a cada quién con un rol determinado. Se termina de distanciar a Ellie de su versión optimista e ingenua que sueña con ir al espacio. Crece y se convierte en la idea de mujer instaurada en la actualidad, fuerte e independiente que no quiere ni necesita la ayuda de nadie. Especialmente si es de un hombre. Esta nueva forma de relacionarse la lleva a un profundo páramo de angustia. Es desgarrador ver el auto sabotaje de su historia hasta hacer realidad su peor miedo: Quedarse en absoluta soledad.
Por su parte Abby es como el primer Joel, el monstruo, consecuencia de las condiciones de este mundo incivilizado donde la justicia la dicta el más fuerte. Aquí nos queda más claro porque Joel hizo lo que hizo en el hospital: Porque pudo. Es el mismo motivo por el que Abby hace lo que hace en Jackson. Porque puede. El apocalipsis, la pandemia, la peste, diría Artaud, es el contexto donde las acciones responden a una medida paralela de la realidad, no existe un orden normal de las cosas, instituciones o leyes que valgan. Cada quien es protagonista en el modo de resolver sus crisis y conflictos, en este caso la venganza sin medida. Todos valen lo mismo para la muerte y el juego consigue mostrarnos la vulnerabilidad de la vida frente al salvajismo, no existen lugares seguros, incluso la ‘mesa de trabajo’ puede convertirse en sitio de emboscada.
The Last of Us Part II Remastered llega para permitirnos disfrutar una vez más de esta historia conmovedora, pero de la forma más espectacular posible. Quien lo haya jugado, recomiendo que mire la serie, y si ya la vieron, entonces jueguen a esta entrega. Disfrutemos del placer de participar como espectadores de la reconstrucción de este mundo en distintos lenguajes. Estos personajes serán eternamente nuestros, aun cuando la edad nos magulle las manos y no podamos mover el stick. Ahí recordaremos a Ellie, al poder de las historias bien contadas y posiblemente nos preguntemos si encontramos una razón por la cual luchar y si logramos la paz con nosotros mismos en el final de nuestras vidas. Estas y otras preguntas mantendrán viva la propuesta de Naughty Dog. Pero, a corto plazo, la pregunta más afín a este momento de éxito de la franquicia es: ¿Habrá una Parte III?
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Sobre Exequiel Nieto
Lic. en Artes Escénicas. Stremer y profesor, me gusta la filosofía, lo audiovisual y los placeres de la vida. De La Rioja, Argentina.
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