THE KNIGHT WITCH – Análisis

THE KNIGHT WITCH – Análisis

Brujería shoot'em up

The Knight Witch es una aventura ambientada en un colorido mundo que combina la acción bullet hell con toques metroidvania para dar vida a una propuesta sólida y muy atrapante


Los juegos indies me encantan y, en la medida de lo posible, trato de dar seguimiento a todo lo que más puedo. El tema es que se anuncian tantos títulos que se me hace virtualmente imposible. Afortunadamente, eventos como el Steam Fest dan visualización a esas propuestas que suelen pasar completamente inadvertidas en mi radar. Así fue como me encontré con The Knight Witch, un videojuego que me cautivó por su arte y me conquistó con su jugabilidad. Habiendo probado tan solo la demo sentí una gran atracción por el trabajo de Super Mega Team. Algo que definitivamente se potenció cuando pude disfrutar de la versión completa. Fue una conexión especial donde el efecto de «juego un ratito más y largo» se hizo presente, al punto de quedarme viciando al punto de mirar hacia la ventana y ver los rayos de luz comenzaban a colarse por detrás de las cortinas.

The Knight Witch es un metroidvania un poco diferente al resto. Aquí no hay saltos dobles o habilidades con las que romper paredes. Ahora que lo pienso, podría decir que el aspecto “metroidvaniesco” es anecdótico, porque en realidad este juego es un bullet-hell. Uno con mucha acción y una dificultad que, en determinadas instancias se vuelve demencial, al punto de que me hizo querer reventar el joystick contra el suelo. Pero también he de reconocer que es un título ingenioso. Un videojuego con un precioso apartado gráfico dibujado a mano y una banda sonora fenomenal que también hace un gran trabajo a la hora de contar su historia.

El juego comienza de una forma bastante espectacular. El mundo se encuentra al borde del colapso debido a un cataclismo ambiental ocasionado por un desmedido consumo de los recursos naturales. En medio de este caos, el tiránico emperador Erebus etiqueta a Robyn – la líder de las Knight Witch- como una eco-terrorista. Por su parte, ella señala lo contrario, acusando al soberano de ser el causante del desastre. Esto desemboca en una batalla de proporciones titánicas que concluye cuando un estallido desgarra el cielo, lo cual hace que la tierra se irradie, volviendo la superficie inhabitable. Convenientemente, la explosión también genera un cráter que deja al descubierto las ruinas de una civilización antigua. En ese momento, ya sin nada que perder, ambos bandos deponen las armas y comienzan el éxodo hacia la ahora bautizada Dungeonidas, una ciudad que cuelga sobre el núcleo del planeta.

The Knight Witch Robyn

Después de este trepidante inicio, el juego avanza 14 años en el tiempo para presentar a la verdadera protagonista: Rayne, una aspirante a Knight Witch, que por falta de poder no pudo luchar junto a sus hermanas ¿Que por qué? No te preocupes, ya te lo cuento. La capacidad de batalla y los poderes no son algo que aparecen porque sí. Estos provienen del Link, que es -básicamente- la fé o confianza que las personas tienen en las heroínas. Me gustó mucho cómo este concepto se hace presente en toda la aventura. Más que nada porque le da a las misiones secundarias y objetivos opcionales cobren un sentido diferente. Dedicar tiempo a ayudar a otros hace que el link aumente y con ello se puede acceder a una nueva mejora que tiene un impacto bastante notable a la hora de luchar.

Luego del fin de la guerra, Dungeonidas vive un presente bastante agradable. Si bien los ciudadanos extrañan el sol y la vida en la superficie, nada les impide ser felices. Lamentablemente, esta paz y tranquilidad llega a su fin cuando los golems de guerra del difunto emperador Erebus vuelven a atacar. Entonces, ante la imposibilidad de contactar con Robyn y el escuadrón de las Knight Witchs, Rayne se verá obligada a responder al llamado de ayuda. La misión, además de salvar a nuestros amigos y vecinos, será la de reparar una compleja máquina que hace las veces de soporte vital de la ciudad subterránea.

The Knight Witch Rayne flying

Las misiones, aunque son bastante sencillas, nunca se me hicieron aburridas. Me encantó acompañar a Rayne a través de los 6 niveles del juego, volando, disparando y esquivando proyectiles enemigos. Cada zona tiene sus propias características y tipos de criaturas También hay muchos secretos e incluso hasta se introducen algunos conceptos diferentes como por ejemplo pilotar un pequeño submarino o resolver puzzles. Y por si se lo preguntan, sí, hay combates contra jefes. Estos son bastante desafiantes debido a que se vuelven -literalmente- un infierno de balas donde hay que hacer gala de reflejos felinos a fin de evitar ser dañados.

Pero ojo, que no todo se resume a disparar y esquivar. The Knight Witch añade a su fórmula un sistema de construcción de mazos. Ya sea a modo de recompensa por matar a un jefe o comprándolas, a medida que la aventura progrese conseguiremos cartas mágicas. Estas confieren habilidades especiales, tanto defensivas como ofensivas. Podemos, por ejemplo, invocar escudos que absorben disparos, bolas con pinchos que dañan a todos los enemigos en pantalla, modos de disparo secundarios, un haz de luz que barre con todo lo que toca o invulnerabilidad temporal, entre otras tantas cosas. Hay una variedad de poderes muy amplia y les aseguro que todos son tremendamente útiles dependiendo de la situación. Esta mecánica me pareció genial, porque no sentí que se agregó a las apuradas y porque ofrece la posibilidad de personalizar a Rayne con un enorme arsenal.

Por supuesto, los naipes añaden mucha variedad y potencian el combate tipo shoot’em up que plantea el juego. No es raro que la pantalla esté casi completamente cubierta de proyectiles lo cual me obligó a estar en constante movimiento a la vez que intentaba apuntar y disparar. Es increíble como una situación aparentemente fácil puede volverse un dolor de cabeza cuando se juntan varios enemigos que disparan en ráfagas. Especialmente cuando estos enfrentamientos se dan en espacios cerrados donde se vuelve virtualmente imposible evitar el daño. La mejor táctica que encontré fue la de eliminar enemigos uno por uno, comenzando por los más débiles para seguir con los más duros. Pero no siempre es posible. Y debido a ello morí bastantes veces. Incluso en muchas ocasiones de formas injustas.

Y es que The Knight Witch no te lleva de la mano cuando se trata de combate. Aprender a esquivar, a cómo se comportan los enemigos, a qué cartas son más útiles que otras en determinados momentos, todo eso se logra a través del ensayo y error. De hecho, las dos o tres primeras horas de juego sirven para aprender. Y más vale hacerlo, porque la dificultad pega una escalada bastante notable. Por lo tanto, como no seas un bailarín danzando entre proyectiles para la mitad de la aventura, lo vas a pasar un poco mal. Lo digo por experiencia.

Eso sí, hay muchos pequeños trucos que hacen que combatir sea mucho más fácil, como por ejemplo el apuntado automático. Si bien no lo mencioné antes, Rayne se controla con los dos sticks del mando: Con uno hacemos que vuele por ahí y con el otro se apunta. Ahora, si decidimos no apuntar, esta disparará al enemigo más cercano de forma automática, aunque las balas harán un poco menos de daño. Puede que parezca una tontería, pero les aseguro que es una mecánica que se agradece de sobremanera. Más que nada cuando la pantalla se llena de cosas volando por aquí y por allá, te queda solo un corazón de vida y esquivar se vuelve una prioridad.

The Knight Witch Lasers

Como resultado, The Knight Witch termina siendo una combinación de construcción de mazos, shoot’em up y toques de metroidvania. Pero su mezcla de estilos de juego no es el mayor atractivo de la propuesta. Como mencioné más arriba, los poderes de Rayne provienen de hacer crecer su vínculo con los ciudadanos de Dungeonidas. Esto se consigue liberándolos de las prisiones en que los tienen retenidos los golems de guerra y completando misiones opcionales. Cuanto más hagamos por la gente, más poderosas serán sus habilidades. Sin embargo, el Link también crecerá en base a la imagen que se va creando en torno a la protagonista.

Al finalizar cada una de las misiones principales, Rayne volverá al castillo de Dungeonidas para dar una conferencia de prensa. Aquí podremos contarle a la gente La Verdad o “la verdad”. Es decir, podemos elegir entre ser completamente honestos y transparentes o pintar una falsa realidad en base a la omisión de detalles. Si bien no hay una implicancia directa con el gameplay, al margen de conseguir más o menos Link, me pareció un añadido maravilloso. Queda en uno mismo la decisión de formar parte de un circo mediático o mantenerse fiel a sus principios. También me parece muy buena la forma en que el juego hace una mirada crítica a cómo se manipula la información y a las figuras públicas que la transmiten. Al modo tan maquiavélico que se comportan aquellos que están en las sombras y de cómo mediante el sesgo comunicativo se moldean las realidades.

The Knight Witch Magic Cards

Para terminar, solo añadir que The Knight Witch tiene dos finales: Uno bueno y el otro insatisfactorio. Es decir, no es malo, pero al menos a mi me dejó con una sensación extraña. Eso sí, he de advertir que el jefe final, ese al que hay que reventar para sacar el mejor final, es extremadamente duro. Que digo duro ¡Es una locura! Honestamente, no sé en qué estaban pensando en Super Mega Team al momento de diseñarlo.

El salto de dificultad de este combate está ubicado entre esa línea que separa lo demencial de lo absurdo. Si les soy sincero, creo que pasé unas 3 horas intentando vencerlo, hasta que desistí y opté por la salida fácil. Pero como dije, eso lleva a que la aventura concluya con Rayne atormentada por una pregunta: «¿Hubo algo más que podría haber hecho?». Sin lugar a dudas, un duro recordatorio de que de huir hacia adelante en lugar de luchar las batallas más duras, puede conducirnos al arrepentimiento. En el juego podemos volver atrás, pero en la vida no.

The Knight Witch Rayne

En resumen, The Knight Witch es un shoot’em up muy sólido con un ligero toque metroidvania que le sienta de maravilla. Es un título al que pocas cosas puedo recriminarle debido a que todo funciona muy bien y cumple con lo que promete. Su encantador mundo y la banda sonora se combinan a la perfección con una jugabilidad frenética al más puro estilo bullet hell. Además, el sistema de cartas invita a la experimentación y a probar diferentes habilidades dependiendo de la situación. Todo esto, empaquetado con una historia bien construida, donde se hace una interesante bajada de línea a los medios, a las figuras públicas y a cómo se manipula la información. Como dije al comienzo, una propuesta que me enganchó y que no pude largar hasta que se me hizo presente la necesidad de dormir un poco.


FICHA TÉCNICA:

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Sobre Franco Borgogna

Periodista apasionado por los videojuegos que sueña en mundos pixel-art sin caídas de frames. Streamer a tiempo parcial, fundador de la comunidad “La Orden del Pixel”, amante de la series, las películas y los comics.


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