No recuerdo un boom tan sonoro y contundente como el que han tenido los superhéroes durante los últimos años. Desde expertos en artes marciales a millonarios equipados con costosas armaduras, pasando por seres superfuertes hasta otros que pueden recibir balas sin ningún daño, hemos visto cómo han permeado en la sociedad, sin importar las edades. Atrás quedaron aquellos días en que esto era cosa de niños y me alegro. Como buen fanático que soy de los comics, tengo una fuerte debilidad ante las viñetas y cualquier arte que me remita a ello, capta mi atención de forma inmediata. Así fue como descubrí Superfuse, un juego del que honestamente no había escuchado hablar, pero que me alegro de haber conocido.
El desarrollo de Stitch Heads Entertainment estuvo presente en Gamescom 2022, dentro del booth de Raw Fury (Editora del título) y, luego de varias idas y vueltas, tuve el placer de poder probarlo. Lo mejor de esto, como suele suceder en estos eventos, es que estuve en compañía de parte del equipo de desarrollo: Douglas Walker y Tim Baijens. Estos dos veteranos de la industria fueron muy amables y se tomaron el tiempo necesario para explicarme varios de los aspectos de su trabajo. Porque sí, a simple vista puede que Superfuse sea otro Diablo más. Sin embargo, detrás de su bonita estética, esconde un elaborado sistema de progresión con el que experimentar.
Pero ¿De qué va Superfuse? Bueno, la historia es bastante sencilla y, aunque no recuerdo con exactitud todos los detalles, haré mi mejor esfuerzo por contarla. El mundo ha caído en una suerte de decadencia, ocasionada por una élite corporativa a la que poco parece importarle el destino de la humanidad. Mientras que la mayoría de los habitantes del planeta buscan el modo de aferrarse a la vida, los poderosos nadan en el lujo y la opulencia. Para más inri y no conformes con causar el apocalipsis, extienden sus vidas y aumentan sus capacidades con superpoderes. Básicamente, se convierten en dioses a sí mismos.
Claro está que estas deidades no se van a manchar las manos así como así. Por lo que cuando una amenaza conocida como «La Corrupción» aparece, deciden emplear a alguien para que haga el trabajo sucio. Es así que estos autodenominados Dioses crean a los Enforcers, a su imagen y semejanza. Bien bíblico todo. Lo que hacen es tomar a un grupo de personas y otorgarle poderes para convertirlos en los defensores del planeta. Nosotros somos uno de ellos. He de decir que la historia tiene su toque de epicidad y, ahora escribiendo estas líneas, se me hace buen argumento para un cómic.
Quizá pequé de inocente, pero mi primera pregunta fue ¿Por qué superhéroes? Creo que en mi interior conocía la respuesta, pero ya que tenía la oportunidad, preferí escucharla de boca de sus creadores. Los creadores de Superfuse se definen como personas a las que les gustan los héroes. Por otra parte, el que esta tendencia siga en auge, los animó mucho más a apostar por esta temática. De hecho, mencionaron que en parte también se influenciaron en series como por ejemplo The Boys, lo cual me parece genial. Y creo que esto último un poco se deja ver en su trasfondo el cual, si se piensa, es bastante oscuro.
En cuanto a lo jugable, no hay mucho misterio. Es un hack’n slash de toda la vida, pero con un hermoso aspecto tipo comic. Básicamente tenemos una especie de hub central donde interactuar con los NPC’s para obtener misiones, comerciar o acceder a las mazmorras generadas de forma aleatoria. La versión de prueba que jugué contaba con dos personajes. Uno era un fiero Berserker, y el otro una Elementalista con destructivos poderes de hielo y fuego. Me decanté por este segundo, ya que sus responsables me comentaron que las animaciones y efectos de esta heroína eran muy buenas. Y no mentían porque se veían geniales.
En cuanto al combate, lo de siempre: Con el clic izquierdo se ataca y con el derecho se ejecuta una habilidad especial. También se pueden asignar superpoderes a las teclas Q, W, E, R. Como no podía ser de otro modo, los portales hacia la ciudad y las pócimas curativas o de “maná”, están presentes. Todo se siente muy familiar y simple. Aunque no hay que confiarse, porque los enemigos son duros y si no se presta atención, te revientan en un abrir y cerrar de ojos. Y es que la creación de Stitch Heads Entertainment recuerda a la obra de Blizzard, hasta en el típico loot de diferentes colores. En este aspecto, Superfuse definitivamente no reinventa la rueda.
De todos modos, la verdad sea dicha, me lo estaba pasando bien jugando. Tanto Douglas como Tim iban respondiendo a mis preguntas, lo cual enriqueció mi experiencia. Pasados 15 minutos de juego, pensé que ya lo había visto todo, pero, lo mejor estaba por llegar. En un punto de la partida se me pidió que accediera al menú de habilidades y ¡Papá! Ahí estaba aquello que definitivamente aparta a este juego del ARPG en que se inspira.
Superfuse ofrece una mecánica que permite prácticamente crear nuestros superpoderes y combinarlos entre sí para crear otros completamente nuevos. Para poner un ejemplo, el ataque especial de la Elementalista es una especie de patada descendente que genera una hilera de estacas de hielo que estalla cuando alcanza su máxima longitud. Sin embargo, con una serie de modificadores, podemos hacer que este ataque se ramifique, que aumente su rango, que haga zigzag o que se duplique en forma espejada. Hay un márgen muy amplio para la experimentación y los efectos conseguidos son de un poder destructivo inimaginable. No hubo enemigo que se resistiera. Me sentía casi como Homelander dando rienda suelta a su sadismo, destruyendo todo lo que se me pusiera por delante.
Los diferentes modificadores, o “Fuses” como se los conoce en el juego, ocupan una cantidad diferente de espacios en un campo compuesto por hexágonos dentro del superpoder que queramos potenciar. Es como una especie de puzzle en el que se van acoplando los efectos. Eso sí, la cantidad de modificaciones es limitada, pero puede ampliarse en la medida que uno se especializa en el uso de determinado poder. Y por si fuera poco, también hay un árbol de talentos que mejora el rendimiento del personaje. Todo esto, combinado con el sistema de botín, logra una interesante fusión de lo antiguo y con lo nuevo. Tiene mucho potencial en este aspecto y estoy seguro de que tendrá buena aceptación por aquellos jugadores que disfrutan de armar builds.
Tengo la sensación de que Superfuse es uno de esos juegos que se puede disfrutar mucho con amigos. Porque sí, es cooperativo. Ya me puedo imaginar el caos que pueden generar los héroes lanzando poderes en simultáneo, llenando la pantalla de efectos coloridos. Eso puede ser una locura. Por ahora no hay una fecha de lanzamiento definida, pero el equipo de Stitch Heads Entertainment me comentó que el juego saldrá en acceso anticipado. En su salida contará con mucho contenido, aunque se irá ampliando con sucesivas actualizaciones de cara a su versión final. Quizá, como dije, no sea un videojuego que busque revolucionar el género, pero se nota mucho cariño en la producción. Y su elaborado sistema de habilidades, lo convierten en uno de esos títulos a tener en el radar.
Sobre Franco Borgogna
Periodista apasionado por los videojuegos que sueña en mundos pixel-art sin caídas de frames. Streamer a tiempo parcial, fundador de la comunidad “La Orden del Pixel”, amante de la series, las películas y los comics.
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