El videojuego que nos reúne en esta oportunidad es un simpático título de plataformas en 2D. Se trata de un juego simple, divertido y colorido, creado por el desarrollador independiente Josh Koenig. Pero el creativo no hizo esto solo, puesto que fue gracias al apoyo de sus seguidores a través de la plataforma Kickstarter que logró terminar y lanzar al mercado su opera prima: Super Ember Kaboom. Esta propuesta nos lleva a un universo súper «cute» en el que Grimoire, un demonio autoproclamado como «El Mago Más Grande del Mundo», ha capturado a los espíritus elementales. Sin la protección de estos, peligrosas bestias y monstruos comienzan a desatan el caos. Será entonces que Ember, una niña-zorro y heroína de esta historia, buscará frustrar los planes del malévolo villano.
Así damos inicio a la aventura, con un brevísimo tutorial que indica las acciones que Ember puede ejecutar. Nuestra protagonista puede puede saltar, atacar cuerpo a cuerpo o realizar una potente embestida en caída. Además, tras rescatar a los espíritus, podrá hacer uso de habilidades elemental que permitirán realizar efectivos ataques a distancia. Más temprano que tarde notaremos que ciertos detalles remontan automáticamente a aquellos títulos que inspiraron a Josh para diseñar el juego (Mario y Sonic). De hecho, uno de los ataques es similar al del erizo azul. Tal es así que Super Ember Kaboom nos traslada a una época en la que todo era más simple. A ese momento en que el entretenimiento en los videojuegos pasaba por avanzar lateralmente eliminando enemigos y rompiendo bloques del entorno.
Este sentimiento de nostalgia impregna el juego en muchos otros aspectos. Al igual que -por ejemplo- en Super Mario 3, aqui también nos desplazaremos a lo largo de un mapa con niveles a seleccionar. Generalmente, suelen ser bastante sencillos (fáciles, diría yo) y toman menos de 5 mintuos en completarse. Aun así, todos cuentan con un checkpoint a mitad del escenario por si acaso. Si Ember pierde todos sus corazones de vida o cae al vacío, agua o lava, muere instantáneamente. El objetivo en cada uno de los niveles es recolectar un total de 4 diamantes y llegar a la bandera final. En el trayecto, también está la posibilidad de recolectar frutas para obtener una vida extra. Teniendo en cuenta que el juego es bastante simple, con niveles cortos y muuuuchas frutas, es muy difícil perder todas las vidas.
Los niveles varian en bioma y monstruos. Hay niveles horizontales y otros verticales. Algunos de ellos exigen superarlos en menos de X cantidad de tiempo, mientras que otros deben completarse siendo perseguidos por una versión malvada de Ember que si nos alcanza no dudará en atacarnos. El juego puede ser completado en muy poco tiempo. Esto se debe al diseño de los escenarios, puesto que son tan simples que viene de fábula para hacer speedrun.
Eso sí, cabe mencionar que si bien su fortaleza radica en la simpleza, el diseño de niveles resulta muy sobrio y llegado a cierto punto se siente repetitivo. La dificultad aumenta progresivamente, pero no se vuelve tan exigente como uno podría llegar a esperar. Considero que en este apartado hay mucho márgen para mejorar. Puede ser que se habiliten más modalidades o niveles en un futuro, pero al momento de redactar estas líneas, es lo que es.
Otro punto flojo es el enfrentamiento con los bosses. Las peleas son extremadamente simples debido a que los patrones de ataque son muy fáciles de leer. Ademas, los jefes pueden ser eliminados en un abrir y cerrar de ojos gracias a las habilidades elementales que confieren los espíritus. Basta solo un par de ataques bien para deshacernos de ellos. Y dificilmente logren sacarnos más de la mitad de nuestra barra de vida.
Pese a lo mencionado, hay algunos niveles donde se ven destellos de lo que el juego podría llegar a ser. Por ejemplo, hay segmentos donde las plataformas en que debemos posicionarnos son destruibles. En estos segmentos es primordial esquivar y evitar hacer ataques con la cola de Ember para no destruir por error los bloques y precipitarnos al vacío. Otras mecánicas que puede dar lugar a niveles más desafiantes son la posibilidad de saltar de una pared a otra y el hacer uso de unas flechas posicionadas en puntos específicos para realizar saltos más extensos. Si se aprovecha bien todo esto, puede generarse algo muy similar a lo presentado por Extremely OK Games con su espectacular Celeste.
Gráficamente es muy agradable a la vista. Eso sí, con un zoom importante, aunque pasados unos minutos, uno se termina acostumbrando. Los sprites, además de bien animados, son sencillos y coloridos. Cuenta con una estética infantil muy linda que va de la mano de una banda sonora potente.
En resumen, Super Ember Kaboom es un entretenido fichin que engancha gracias a su simpleza y ritmo acelerado. El titulo tiene una duración de aproximadamente 2 horas, o al menos eso fue lo que me tomó terminarlo. Creo que si se tratara de un videojuego para celulares destacaría mucho más, pero no es el caso. El título de Josh Koenig logra llamar la atención desde un principio con su bonita estética, pero flaquea al momento de dar un verdadero desafío a los jugadores, con niveles más osados. Sin dudas tiene cosas para mejorar, principalmente en el diseño de los escenarios, para que el plataformeo se vuelva mucho más intenso. Aún así, es un indie recomendable, en especial si contas con poco tiempo para el ocio.
Sobre Darío Gadea
Sniper de pura cepa. Fanatico del horror, la fantasia y la ciencia ficción. Adicto a los Metroidvanias, los RPG, la musica pesada y el synthwave. Cuando no esta leyendo algo perturbador esta jugando a Age of Empires II
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