Parece mentira que ya pasaron 6 años desde el lanzamiento de My Friend Pedro. Desde entonces, la industria del videojuego no cambió demasiado, seguimos teniendo una entrega anual de sagas como Call of Duty, FIFA y Assassin’s Creed, y poca innovación. Esto último igual tiene sus matices. En el ámbito del desarrollo independiente siempre hay lugar para videojuegos más experimentales o raros, que generalmente tienen la capacidad de sorprender. Y así como en su día DeadToast Entertainment ofreció una experiencia memorable con esa suerte de run ‘n’ gun protagonizado por una banana y un asesino a sueldo, ahora logra repetir la hazaña con Shotgun Cop Man.
A primera vista, Shotgun Cop Man no se antoja como una secuela más grande y ambiciosa del exitoso My Friend Pedro que tal vez muchos esperaban. Estamos hablando de un juego con una estética minimalista, cuya jugabilidad pasa de atravesar escenarios realizando una especie de danza de balas, a una propuesta de plataformas con una movilidad particular. Es un cambio bastante llamativo, pero con estos pocos elementos, DeadToast Entertainment consiguió dar vida a una experiencia increíblemente divertida y satisfactoria.
El título plantea una premisa simple y básica que sirve como el argumento perfecto para recorrer los más de 150 niveles que componen la aventura. Asumimos el papel de Shotgun Cop Man, un hombre que forma parte de un equipo policial de élite, cuya misión consiste en arrestar al mismísimo Satanás. Debido a la resistencia del malvado demonio, nos vamos a ver involucrados en una cacería que se extiende a lo largo de los 9 círculos del infierno disparando a quien se interponga en nuestro camino. Sólo hay un problema: Nuestro protagonista no es demasiado ágil, por lo que no puede saltar. Sin embargo, es posible suplir esta carencia gracias a una fiel escopeta y diferentes tipos de armas de fuego.
La jugabilidad es, al igual que el argumento, igual de sencilla. Estamos ante un juego de plataformas de desplazamiento lateral donde no hay botón de salto. En su lugar, debemos usar el disparo de la pistola que nos impulsa ligeramente hacia arriba y nos permite ‘flotar’ en el aire, o una ráfaga de escopeta que puede impulsarnos mucho más lejos. Dicho de otro modo, hacer un rocket jump, algo que todos los que ya peinan canas recuerdan con anhelo de sus días en Quake. Por supuesto, estas armas también están pensadas para abatir a los demonios dispersos por cada nivel. Cada bala disparada no es solo un impacto potencial en un enemigo, sino también una fuerza de impulso que nos mueve en la dirección opuesta.
Entonces, con un bucle de juego por demás elemental, DeadToast Entertainment se las arregló para engancharme descaradamente durante las 4 horas que toma terminarlo. La propuesta es ágil, rápida y adictiva. Pensar en los disparos y las plataformas no como acciones paralelas, sino como un yin y un yang que se entrelazan, es realmente fascinante. Además, la curva de aprendizaje, la forma en que los niveles introducen ciertas sutilezas que alteran la jugabilidad, es maravilloso. En poco tiempo, y casi sin darme cuenta, había aprendido cómo un disparo de escopeta podía matar a un enemigo y, al mismo tiempo, acercarme al siguiente, o cómo usar la pistola para evitar chocar contra una pared con pinchos. El flujo es simple, sí, pero muy satisfactorio.
El diseño de niveles es otro elemento a destacar en la propuesta. Cada uno de los 17 escenarios que componen cada segmento del infierno, están pensados al detalle. Nada está puesto al azar, sino que todo tiene un propósito. La idea es superarlos en el menor tiempo posible, aunque esa es una presión que uno mismo se pone como jugador, ya que el título nunca nos pone en apuros. Por el contrario, ofrece espacio para pensar y analizar cada movimiento antes de apretar el gatillo. Pero además de lidiar con púas y sierras, en Shotgun Cop Man también hay enemigos que disparan nada más vernos, lo cual implica esquivar balas mientras saltamos de un lado a otro.
Ahora, pese a que pueda sonar como un juego complicado, el trabajo de DeadToast es muy indulgente. De hecho, en ningún momento sentí frustración o ganas de dejar de jugar, sino todo lo contrario. Para empezar, no existe un límite de munición del que preocuparnos. El único detalles es que eventualmente es necesario tocar el suelo para recargar, acción que por cierto realiza el protagonista rápida y automáticamente. Esto se debe a que si bien la pistola se puede disparar varias veces en el aire, la escopeta solo cuenta con tres disparos. Eso sí, podemos gatillar de forma consecutiva y alcanzar una altura considerable. Pero siempre conviene tener esto en cuenta antes de lanzarnos hacia una horda de demonios armados.
Por otra parte, a pesar del ADN de plataformeo milimétrico que corre por las venas de Shotgun Cop Man, cuando nos alcanza una bala, una sierra o un pincho, en lugar de morir perdemos el corazón. Sin embargo, es posible recuperarlo y volver a la normalidad. Ahora, si algo nos vuelve a provocar daño mientras estamos sin ese punto de vida, la pantalla de game over aparece de forma inmediata. Pero aún así, el juego nos permite seguir prácticamente del punto en que caímos. Por supuesto, quienes deseen completar el desafío de pasar el nivel sin muertes pueden comenzar desde cero. Al fin y al cabo, cada pantalla puede tomar entre 2 y 5 minutos, como exageración. En lo personal considero que poder completar un nivel con estas pequeñas ayudas es un buen cambio de ritmo respecto a la dificultad habitual de este tipo de juegos.
DeadToast Entertainment consiguió dar vida a una experiencia increíblemente divertida y satisfactoria
Otro aspecto que encontré muy agradable, son los combates contra los jefes. Al llegar al final de cada ‘mundo’, debemos superar un enfrentamiento único. Estas batallas de algún modo involucran todas las mecánicas o variantes que se implementaron hasta ese momento. Cada encuentro resulta muy entretenido, dado que cada jefe tiene sus propios patrones que podemos memorizar mientras saltamos de un lado al otro con la escopeta. Todos ofrecen un desafío asequible y en ningún momento, ni siquiera al final, se siente como que la dificultad pega un salto irregular.
Del mismo modo, otro aspecto que cabe destacar es el apartado técnico. A nivel gráfico, estamos frente a un videojuego minimalista. Las balas son líneas blancas que resaltan sobre los fondos negros. Además, tanto nuestro protagonista como los enemigos a los que enfrenta se antojan como pequeñas pilas de píxeles antropomórficos. En cuanto a la banda sonora, es muy potente y repleta de graves, un poco en la línea de Hotline Miami y Anger Foot. Acompaña la acción perfectamente sin agotar o generar molestias. Y por si fuera poco, el título incluye un editor de niveles para crear y compartir nuestros mapas a través de Steam Workshop, alargando la vida útil del juego indefinidamente.
Shotgun Cop Man es un juego atípico y muy particular que ofrece una experiencia muy entretenida, tanto para quien desea pasar unas horas saltando y eliminando demonios, como para aquellos que buscan un plataformero bien hardcore. La mecánica de movilidad basada en disparos de escopeta, los niveles cortos pero intensos y los enfrentamientos contra los jefes conforman un combo espectacular. Además, aventurarse a realizar los retos adicionales de eliminar a todos los enemigos, evitar daños o completar niveles dentro de los límites de tiempo, aportan un nivel de desafío adicional. Un gran acierto por parte de DeadToast que en lugar de apostar a algo más grande y ambicioso, eligió la senda del minimalismo, dando vida a una propuesta muy divertida y llena de adrenalina.
Suscríbete a nuestro Newsletter
Sobre Franco Borgogna
Periodista apasionado por los videojuegos que sueña en mundos pixel-art sin caídas de frames. Streamer a tiempo parcial, fundador de la comunidad “La Orden del Pixel”, amante de la series, las películas y los comics.
Artículos más recientes