La famosa técnica del ‘Show, don’t tell‘, aplicada en varios videojuegos a lo largo de los años, brinda a quien toma el controle, la posibilidad de experimentar una historia a través de acciones y sentimientos. Es algo que me encanta, porque -cuando bien hecho- siento que una obra me trata como un adulto que puede llegar a sus propias conclusiones. No recuerdo muy bien cuando fue la primera vez que vi a Planet of Lana. Pero si tengo presente, que me cautivó al instante gracias al apartado gráfico y especialmente a su ambientación que me llenó de intriga. No hizo falta que me cuente nada para saber que me iba a encantar. Es un título que invita a vivir una odisea fantástica, tomando el papel de una joven que, acompañada de una simpática criatura, intentarán anteponerse ante la adversidad y poner fin a la amenaza que se avecina.
Como mencioné al inicio, la historia de Planet of Lana es una de esas que no se cuentan, sino que se muestran. El desarrollo de Wishfully, sigue la aventura de Lana: una pequeña habitante del colorido planeta en el cual transcurre el juego. Al inicio, nos encontraremos en su villa, donde poco a poco se nos enseñan los controles básicos (correr, saltar y agacharse) mientras seguimos a su hermana mayor de aquí para allá. Todo es paz y armonía hasta que, de repente, el cielo se ve rasgado por unos enormes objetos cayendo en la distancia. Pronto seremos testigos de la identidad de estos fenómenos: unos gigantes robots que parecen haber invadido el planeta, quienes prontamente secuestran al resto de los aldeanos, dejando a nuestra protagonista totalmente sola.
En su desesperación, Lana persigue a los invasores, abriéndose paso entre los boscosos caminos de la zona, hasta toparse con el otro personaje protagonista: un curioso y adorable animalito negro. Se trata de una especie de manchita de tinta negra, con ojos blancos y orejitas, que nos seguirá. Con la ayuda de este nuevo acompañante, la joven protagonista emprenderá una odisea con el objetivo de rescatar a los aldeanos y a su hermana, pero no será fácil. El planeta está lleno de secretos del pasado, una fauna peligrosa y enemigos interplanetarios. Es una historia que me encantó de principio a fin, aunque no sea del tipo convencional (al ser no narrada). Cuenta con diversos momentos, que van desde lo adorable (gracias al querido animalillo) y cautivador, hasta lo tenso y emocionante; un ‘menjunje’ de emociones del cual me empapé con gusto, y que me dejó super satisfecho.
La jugabilidad es la de un side scroller con controles muy sencillos. Podemos movernos de un lado a otro, saltar sobre plataformas que encontramos en el camino y operar mecanismos. Sin embargo, el giro que le da este juego a todas esas mecánicas, es que podremos pedir a nuestro adorable acompañante que nos ayude, dándole indicaciones de lo que queremos que haga. Por ejemplo, decirle que active un interruptor al cual no podemos alcanzar, que nos arroje una liana para escalar, o que se quede en algún sitio en concreto para llamar la atención del enemigo. La ayuda de esta criatura es clave y, conforme progrese la aventura, habrá nuevas formas en que ambos puedan interactuar. Además, esta cooperación es recíproca ya que muchas veces nos tocará a nosotros, como Lana, activar dichos interruptores para poder reencontrarnos con este bichito.
Otro aspecto que enriquece la experiencia de Planet of Lana son los rompecabezas. Los hay de distintos tipos, pero en su mayoría son muy sencillos y dan pie a un avance orgánico. Quizás alguno te haga pensar más que otro, aunque es poco probable quedarse trabado en uno de ellos. También hay secuencias de sigilo, donde habrá que evitar ser vistos para escapar de una muerte segura. Porque no sólo tendremos que lidiar con los invasores, sino también con criaturas salvajes y hostiles que quieren comernos. Aún así, y si bien podemos eliminar a algún que otro enemigo, casi no hay encontronazos directos. Todo este conjunto de mecánicas da como resultado un apartado creativo, algo simple en algunos aspectos, pero sumamente entretenido. Añadir que hay algunos quick time events, aunque quienes así lo deseen, pueden desactivar esta mecánica desde el menú de opciones del juego.
El trabajo de Wishfully es realmente muy sólido en términos jugables. Pero lo mejor, es que dicha característica se extiende hacia otros aspectos de la obra. El apartado visual es bellísimo, compuesto por una estética colorida que remite a las producciones de Studio Ghibli. Los fondos y entornos parecen pintados con acuarelas, enfatizando el detalle en algunas zonas, los personajes y enemigos. Cada escena ayuda a crear un ambiente de ficción, mostrando campos desolados, cementerios de huesos gigantes o junglas que esconden vestigios de imponentes civilizaciones que cayeron con el paso del tiempo. Todo tiene un aire hermoso a la par que catastrófico, por momentos. Es un apartado muy bien amalgamado, desde las hojas de los árboles y arbustos, hasta las enormes criaturas robot asomándose en el horizonte. Y estas diferencias se mezclan para mostrar un mundo acogedor y cautivador, pero que tiene su peligro donde se lo busca.
La banda sonora, por otro lado, es un deleite gracias al fenomenal trabajo de Takeshi Furukawa. Planet of Lana es otro desarrollo que hace que quede enamorado de este apartado. Cuenta con varias melodías de todo tipo, siendo algunas más tensas acompañadas del clásico violín, mientras que otras, donde suena un piano o una guitarra, son más relajadas. Hay una canción en especial que cuenta con vocales, y eso siempre me puede; me encantó. Los efectos de sonidos, las vocecitas de Lana y de la criaturita simplemente encajan, y aunque hablan en otro ‘idioma’, expresan muy bien sus intenciones. El ambiente que se crea entre el apartado visual y sonoro es excelente, yendo a un ritmo que balancea los diversos momentos del juego perfectamente; dos apartados que brillan por sí mismos, pero en conjunto destacan muchísimo más.
En conclusión, Planet of Lana es un juego que irradia esfuerzo, con apartados muy elaborados y cuidados, que ayudan a generar muchas emociones. Experimenté momentos super tensos que me erizaron la piel, dándome cuenta de lo inmerso estaba en la aventura, y otros que me sacaron una sonrisa. Es una obra llena de detalles, como cuando Lana habla en susurros con la criaturita cuando hay enemigos cerca, que pueden parecer simples, pero a la vez muy bonitos. Por su parte, los rompecabezas me gustaron bastante, aunque no sea el más fanático de ellos. Y por sobre todo, amé al gato (ya sé que no sé si es un gato, déjenme, pero es increíblemente adorable sea lo que sea), a Lana, y poder acompañarlos en su aventura. Es un juego que me dejó muy satisfecho con todo. Lo recomiendo totalmente a quienes quieran experimentar una encantadora odisea de ciencia ficción.
Sobre David Cedres
Fanático del anime, la ciencia ficción y por supuesto los videojuegos, de preferencia indies.
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