Desde los inicios del videojuego, el Imperio Romano funcionó como fuente de inspiración para numerosas propuestas. Hablamos de juegos de acción en tercera persona, pasando por RPG postapocalipticos, e incluso aventuras gráficas. Sin embargo, el género más predominante es -sin lugar a duas- el de la estrategia. Ahora, a esta gran lista de nombres propios entre los que podemos encontrar el de la saga Caesar, nos llega Pax Augusta es un constructor de ciudades históricamente preciso lleno de detalles únicos desarrollado integramente por Roger Gassmann. Es una propuesta muy ambiciosa y peculiar con mucha personalidad, cuya experiencia se ve entorpecida debido a la presencia de numerosos bugs.
Cuando digo que Pax Augusta pretende plasmar el Imperio Romano hasta en el más mínimo detalle, no es una exageriación. El juego nos permite conocer cómo funcionan las clases sociales, infraestructura, comercio, política y entretenimiento. A través de múltiples modos, incluyendo un modo historia inspirado por los escritos de Tácito, el historiador romano más importante, podemos aprender todo acerca del funcionamiento del título. El argumento de la campaña es bastante sencillo: Nos cuenta como un patricio cuyos padres movieron influencias comenzó su carrera política. A partir de entonces, y cumpliendo con diferentes objetivos vamos a ver a nuestro protagonista gana poder mientras mejora su reputación.
El juego de Roger Gassman intenta abrazar la precisión histórica en prácticamente todos los aspectos posibles. Esto no es casualidad, dado que el creativo dedicó muchas horas de su vida a estudiar sobre Roma. Pero lo mejor es que desde su la página web del juego, invita a otros aficionados a ofrecer consejos o compartir conocimiento para mejorar aún más el juego en este sentido. Entonces, más que un simple constructor de ciudades, estamos frente a un ambicioso simulador del Imperio Romano al que todavía le queda trabajo por delante.
La camapaña es posiblemente el mejor modo de aprender las mecánicas del juego. En este sentido, el título nos enseña todo lentamente, sin agobiarnos, y ofreciendo además un contexto histórico detallado. Una vez logramos dominar todos los conceptos, es momento de pasar al modo carrera, la forma en que Gassman pensó para disfrutar a pleno del juego. Aquí comenzamos desde cero, a cargo de una pequeña colonia que debemos desarrollar y hacer florecer, mientras obtenemos puntos de influencia para mejorar a nuestro personaje. Gracias a ello, podemos avanzar en la jerarquía hasta llegar al senado, lo cual implica crear y abandonar varias ciudades.
En Pax Augusta podemos construir diferentes tipos de edificios, algunos de ellos habituales e incluso necesarios en su época. Tenemos casas, pero que dependiendo del tipo sólo pueden estar habitadas por ciudadanos de determinado nivel social. Es decir, la planificación es muy importante, porque no cualquiera puede vivir en cualquier lado. Por el contrario, solo un tipo de ciudadano en concreto puede habitar cada casa, las cuales incluso pueden contar con un huerto, que puede mejorar la producción temprana de comida.
estamos frente a un ambicioso simulador del Imperio Romano al que todavía le queda trabajo por delante
Cómo suele suceder dentro del género, diferentes tipos de ciudadanos demandan de distintos divertimentos y servicios. En Pax Augusta comenzamos con los Liberti y los Peregrinos, luego tenemos los Cives, y finalmente los Senadores adinerados. En la base del escalafón social, sólo bastará con ofrecer al pueblo un mercado y un lugar donde enterrar a sus muertos, además de una fuente de agua. Sin embargo, los habitantes de alta alcurnia demandarán acceso a una Arena, a tener una religión establecida con ceremonias incluidas, letrinas, baños, agua corriente por acueducto, murallas y mucho más. Y, por supuesto, todo demanda dinero.
Para conseguir hacernos de los Denarios necesarios, es necesaria una combinación de comercio y expansión. Por ejemplo, podemos producir ladrillos, vasijas, o extraer madera para exportar, y por contraparte importar todo aquello que nos haga falta para erigir diferentes tipos de estructuras. Pero además de ello, también existe un sistema de comercio de esclavos, necesarios para la extracción de mármol y la minería de hierro. Es en este tipo de detalles donde Pax Augusta evidencia un gran potencial, estableciendo diferentes mecánicas que no están ahí por mero azar, sino porque el título busca plasmar con presición histórica como era la vida en los días del Imperio Romano.
Pero los detalles no terminan ahí. Para abastecer agua, vamos a tener que poner pozos, pero también construir una eficiente red con los míticos acueductos para el cual se aplica todo un elaborado sistema de física con el que vamos a tener que jugar para hacer que llegue al lugar deseado. La explotación de diferentes materiales, tiene varias cadenas de producción cuestan dinero, algo que debemos aprender a gestionar. También es necesaria la creación de mercados para los habitantes y una aduana para importar o exportar materiales.
el título busca plasmar con presición histórica como era la vida en los días del Imperio Romano
No obstante, lo más importante en nuestra ciudad es el Foro. En dicho recinto, los senadores se reunen para debatir la política de la colona. Además la posición de esta estructura también determina el cardo y el decumanus maximus, las dos vías más importantes de toda ciudad romana que aquí permiten que varios edificios conectados a ellas reciban enormes beneficios. También es el punto desde el que podemos crear diferentes edificios, como basílicas en las que podemos conocer a importantes personajes de la época, u otros edificios que desbloquean nuevas tecnologías. Por ejemplo mediante la construcción del calendario, podemos producir comida, ya que la población puede saber cuando es mejor cosecuar y cultivar.
Aparte de la típica gestión de un juego de un constructor de ciudades como este, también tenemos un sistema de desarrollo de personaje, por decirlo de algún modo. Conforme progresa nuestra colonia podemos conseguir puntos de influencia para mejorar algunas caracteristicas. Por ejemplo, podemos tener acceso a un sueldo y con los logros en cada una de las colonias, pagar para subir en la jerarquía política y ganarnos un escanio en el senado. Pax Augusta tiene una premisa que atrapa, y durante sus primeras horas todo es descubrimiento y nostalgia por la saga Cesar. Lamentablemente, todo esto queda opacado por una gran cantidad de bugs.
En el estado actual del juego, me encontré con varios problemas, algunos tan graves que me obligaron a tener que recomenzar mi partida varias veces. Por ejemplo, al querer salir de la colonia para interactuar con el mapamundi y subir la jerarquía a mi personaje, terminé perdiendo todo el progreso en la colonia que estaba construyendo. También sucedió que al guardar la partida y querer regresar a jugar al siguiente día, el archivo de guardado no existía o estaba corrupto. Y ojo, que no estoy hablando de un juego en acceso anticipado. Al momento de redactar estas líneas, algunos inconvenientes están resueltos. Además, Roger Gassmann compartió un road map y con las futuras actualizaciones para el título, por lo que creo que merece una oportunidad. Eso sí, considero que es mejor esperar un poco para no tener malas experiencias.
Pax Augusta es un constructor de ciudades muy interesante, históricamente preciso y con varias mecánicas que lo hacen único. Además, cabe destacar el apartado gráfico, sumamente detallado, y una banda sonora que acompaña muy bien durante las partidas. Es una pena que los numerosos bugs que presenta el juego ahora mismo terminen por empañar la experiencia. Aún así, estoy seguro que dichas cuestiones pueden terminarán por solucionarse con el paso del tiempo. El potencial está ahí y Roger Gassmann está demostrando toda la pasión que siente por su trabajo. Al fin y al cabo, el Imperio Romano no se construyó en un día.
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Sobre Gastón Perez Plada
Soy un señor que juega juegos de rol, rpg, gestion y estrategia.
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