A veces, trabajar revisando juegos tiene momentos fantásticos. Entre las docenas de títulos que jugamos al año, un puñado nos sorprende genuinamente y nos devuelve la ilusión que teníamos cuando éramos niños. Estas excepciones son las que nos mantienen alerta y alimentan la esperanza cada vez que algún desarrollador que seguimos anuncia un nuevo proyecto. Francisco Téllez de Meneses es uno de esos desarrolladores que siempre consigue sorprenderme. Desde hace más de una década, junto a un equipo de colaboradores talentosísimos, viene creando juegos fantásticos. Y aún cuando cambia de géneros nunca defrauda. Pampas & Selene: The Maze of Demons es su nuevo trabajo, un metroidvania de corte clásico que abraza las raíces del género, ofreciendo una experiencia sublime en todos los frentes.
Pampas & Selene: The Maze of Demons es una secuela no oficial de Knightmare II: The Maze of Galious, un clásico de MSX desarrollado por Konami, publicado en 1987. Los protagonistas de esta aventura son los hijos de Popolón y Afrodita, los héroes legendarios de dicho juego que están muy viejos para volver al ruedo. El humor característico de Fran atraviesa toda la propuesta y, aunque no está tan presente como en UnMetal, se nota en cada momento. El título en sí es una obra de amor, lo cual se nota gracias a añadidos como el manual de la versión de MSX2 y en la atención a los pequeños detalles que ofrece. Desde diferentes versiones de la banda sonora, compuesta por el gran Gryzor 87, pasando por las mascotas o las skins de regalo, hasta cómo describe las habilidades y los ítems.
La aventura está protagonizada por Pampas, un caballero ansioso por demostrar su valía y su hermana menor Selene, una hechicera que aún no se ha graduado pero está lista para salvar el día. Mientras el primero recibe menos daño, gracias a su armadura, y ataca con su espada y un arco; la segunda hace un daño brutal con sus bolas de fuego y tiene un rango extendido con su ataque de rayos. Cada uno cuenta con diferentes habilidades de desplazamiento que deberemos combinar para superar ciertos desafíos y sortear obstáculos dentro del castillo. Si jugamos en solitario será cuestión de presionar un botón para cambiar de personaje en cualquier momento. Pero si tenemos un amigo para acompañarnos, podemos jugar en cooperativo tanto local como online. Es uno de los pocos exponentes del género que ofrecen una experiencia coop tan pulida y amena.
De buenas a primeras estamos ante un metroidvania clásico. Y cuando digo clásico me refiero a un castillo con un mapeado grande, repleto de enemigos diferentes para derrotar y 10 calabozos con jefes originales. Es una aventura que nos lleva a codearnos con los dioses griegos y a cumplir sus misiones para ganar su favor. En el camino podemos recolectar más de 40 ítems ocultos que otorgan habilidades pasivas mientras aprendemos a desentrañar los secretos del juego. Paredes falsas, cofres ocultos, secciones plataformeras para habilidosos y una jugabilidad tan pulida como irresistible. No exagero cuando digo que es un título difícil de soltar, puesto que atrapa a lo largo de las 7 horas que dura. Tal es así que lo terminé en un fin de semana en el que no quise jugar a otra cosa.
En primera instancia, parece un juego simple, y de cierta manera lo es. Sin embargo, a medida que avanzamos obtendremos habilidades y equipamiento que sumarán una capa de complejidad más que bienvenida. La progresión está balanceada y nunca llega a abrumarnos con información innecesaria, a la vez qye nos sumerge en sus mecánicas y la exploración. Lo mejor de todo es que podemos explorar a nuestras anchas, puesto que el juego nos brinda los ítems necesarios para avanzar, desafiando nuestras habilidades pero sin llegar a frustrarnos. En lugar de niveles y estadísticas de personaje, cuando llenamos la barra de experiencia sumamos unos puntos de salud máxima y nos curamos toda la vida. Para prevenir el farmeo, ambos personajes tienen un límite de puntos de vida que sólo podremos incrementar al derrotar uno de los 10 jefes, aunque sólo uno de los héroes recibirá el beneficio.
Este tipo de detalles son los que mantienen el interés en la aventura. Si lo tomamos como un hecho aislado puede parecer anecdótico, pero se nota que hay un sentido detrás de cada decisión de diseño. Además debemos tener en cuenta que es un título concebido para MSX2, por lo que la configuración de botones y las características técnicas están adaptadas a dichas limitaciones. Sin embargo, de alguna manera mágica, Unepic Fran y su equipo se las arreglaron para que cada uno de los enemigos pueda otorgarnos una habilidad única coherente con sus propias características. La ambición de algunas mecánicas es sorprendente. En especial porque la experiencia podría haber sido igual de gratificante con muchísimo menos. De todos modos, se agradece el gran abanico de opciones que ofrece a quienes estén dispuestos a experimentar con el sistema de combate.
Los dioses nos darán consejos de cómo derrotar a los jefes. Algunos pueden sonar obvios, pero pueden salvarnos la vida y, potencialmente, varias horas de juego. La mayoría están bien diseñados y ofrecen un desafío balanceado. Hay algunos sencillos como para tomar confianza, pero es necesario prestar atención para salir victoriosos. Por suerte, los puntos de guardado están a mano y permiten ver la cantidad de munición, antídoto y agua que tenemos para que nuestra única preocupación sea sobrevivir al combate. La única excepción es el jefe final que, aún con todas las mejoras y poderes desbloqueados, representa un desafío atroz. El pico de dificultad que no guarda relación con el resto del juego. Cuenta con dos barras de vida, recibe poco daño, tiene ataques muy complicados de evadir y requiere de mucha habilidad en los controles. No es imposible, pero es un cierre frustrante para una aventura casi perfecta.
Pampas & Selene: The Maze of Demons es una aventura que todos deberían jugar. Si fuiste niño en los noventas, disfrutas de los clásicos de antaño o simplemente si sos amante de los metroidvanias, el nuevo trabajo de Unepic Fran y su equipo ofrece horas de diversión. Es un título que invita a la exploración, la cual recompensa con generosidad y aún después de haberlo terminado ofrece algunos cuartos secretos requerirán una gran creatividad de nuestra parte si queremos encontrarlos. Salvo el endiablado enfrentamiento final, la progresión pulida y gradual, incita a seguir jugando. Está repleto de herramientas que mejoran la calidad de vida, como un teleport accesible y tiendas de consumibles a precios módicos. Pero aún así, logra conservar el desafío hasta el último minuto. Sin lugar a dudas es de lo mejor que jugué en el año y ha conseguido un lugar entre mis metroidvanias favoritos.
Sobre Sebastián Cigarreta
Periodista especializado en gaming, amante de los juegos incomprendidos y eterno enamorado de los clásicos noventosos. Tengo debilidad por todos los MegaMan, siempre Vega main y soy eterno caballero de Boletaria.
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