NOREYA: THE GOLD PROJECT – Análisis

NOREYA: THE GOLD PROJECT – Análisis

Fiebre por el oro

Con Noreya: The Gold Project, Dreamirl plantea un creativo giro de tuerca al género metroidvania, con una aventura interesante que destaca por un cuidado apartado técnico


Hacernos tiempo para jugar a todo lo que deseamos o nos resulta atractivo, puede llegar a convertirse en una tarea sumamente ardua y difícil. Esto se debe a que se publican tantos videojuegos a diario, que estamos obligados a volvernos extremadamente selectivos. Por tanto, si a golpe de vista las capturas de pantalla carecen de atractivo, el género está sobreexplotado, y el título no cuenta con una demo como para tener una idea clara de qué va, lo más probable es que lo terminemos pasando por alto. Lo peor, es que este tipo de situaciones, conllevan a que perdamos la posibilidad de disfrutar de interesantes propuestas, tal como lo es Noreya: The Gold Project, un metroidvania 2D con un pixel art muy agradable a la vista y algunas ideas que aportan un refrescante giro de tuerca.

Noreya: The Gold Project nos pone en la piel de Kali, una guerrera que se dirige a la ciudad de Lemia en lo que podríamos definir como una peregrinación. Sin embargo, lo que a priori se presenta como un viaje pacífico, pronto se convierte en un completo infierno cuando nuestra protagonista y sus acompañantes, son atacados y masacrados por criaturas de la oscuridad. Este evento parece marcar el final del camino para la joven guerrera, pero lejos de ello, despierta con nuevos poderes, mientras dos dioses opuestos, el de la Luz y el Oro, nos suplican por que les rindamos culto. 

Para rendir pleitesía a dichas deidades, Kali puede entregar parte del oro recibido luego de eliminar enemigos. Esto no sólo nos recompensará con nuevas habilidades, sino que también afectará el desenlace de la aventura, como así también la disposición del mapa. Dicho de otro modo, inclinarnos hacia la luz o la oscuridad, abrirá nuevos senderos y zonas que podremos explorar, las cuales esconden numerosos secretos. A decir verdad, no es frecuente que los metroidvanias ofrezcan al jugador esta capacidad de decisión. Y en este sentido el trabajo de Dreamirl logra diferenciarse ligeramente de otras tantas propuestas dentro del género.

Alinearnos con un dios específico, nos permite acceder a diferentes habilidades que nos permiten personalizar -ligeramente- nuestro estilo de juego. No obstante, también existe una rama de progresión ‘neutral’, a la que estamos forzados a prestar atención, ya que será el modo de acceder a funcionalidades, como por ejemplo el viaje rápido. Cualquier jugador asiduo al género entenderá que dicha mecánica es indispensable en cualquier metroidvania, puesto que el backtracking está garantizado. Y Noreya: The Gold Project, no es la excepción. No invertir puntos de habilidad para conseguir este tipo de mejoras, se traduce como extender artificialmente las horas de juego, puesto que nos veremos obligados a recorrer el mapa caminando de punta a punta.

Si bien el juego nos brinda opciones, al final casi que nos obliga a invertir puntos en determinadas mejoras en concreto. Como resultado, la intención es buena, pero no termina de cuajar a la hora de ofrecer esa ‘libertad’ que pregona. Al margen de ello, donde el título realmente consigue brillar, es en la exploración, pero más concretamente en el planteo de sus puzles. Al igual que en cualquier metroidvania, eventualmente obtendremos habilidades permanentes, sumamente útiles para acceder a nuevas áreas. No obstante, hay una en específico que está muy bien aprovechada: el poder convertirnos en fantasmas.

Gracias a esta capacidad, podemos dejar atrás nuestro cuerpo físico para explorar la zona en que nos encontremos. De este modo, es posible eliminar a determinados enemigos cubiertos por un aura de oscuridad, y abrir nuevos caminos activando mecanismos espectrales. Este concepto resulta sumamente interesante y, en cierto punto, original. Además, conforme avanzamos y obtenemos diferentes poderes de desplazamiento, como el dash o el doble salto, los puzles comienzan a tornarse mucho más difíciles, pero también sumamente gratificantes cuando conseguimos resolverlos.

Noreya: The Gold Project  Review

Algo que se echa en falta, es la capacidad de poder atacar a distancia. Se hace particularmente notorio en algunos biomas plagados de enemigos voladores que se mantienen flotando a una distancia fija por encima de nuestra cabeza. La única forma de poder eliminarlos consiste en esperar a que dejen de bombardearnos con proyectiles, aprovechando esa pequeña ventana para saltar y encajar dos o tres golpes. Estos bichos en concreto, pueden resultar muy molestos y frustrantes. Afortunadamente, el juego es generoso con los checkpoints y, en caso de morir, siempre podemos reaparecer en la entrada de la zona en cuestión. 

En cuanto a los jefes, no son demasiado complicados, aunque pueden darnos algún que otro dolor de cabeza. Pero nada que no se pueda remediar mediante la obtención de algunas mejoras de vida o poder de ataque. El tema es que varios presentan patrones de ataque algo erráticos, haciendo que dichas batallas se tornen un poco más difíciles de lo que deberían. De todos modos, la dificultad no es artificial, sino que se siente como si faltara algo de pulido en general.

Cabe destacar que técnicamente el juego es muy sólido. La banda sonora, compuesta por Sarys y Xavier Dang (MisterMV), es muy buena, acompaña a la perfección y como detalle adicional, cambia y evoluciona de acuerdo a la devoción con los dioses. Visualmente, presenta un apartado pixel art sumamente encantador. Los fondos contrastan sumamente bien con la protagonista y los enemigos, acentuando las animaciones, de forma extremadamente prolija.

Noreya: The Gold Project Análisis

En resumen, Noreya: The Gold Project es un metroidvania bastante agradable que plantea algunas ideas muy interesantes. La posibilidad de elegir entre adorar a dos deidades, y en base a ello no sólo definir los atributos de la protagonista, sino también la exploración del mapa, no es algo frecuente de ver dentro del género. En este sentido, Dreamirl consigue plasmar un elemento diferenciador que el estudio definitivamente debería explotar en una hipotética secuela. Y si bien es cierto que algunos elementos denotan una falta de pulido, al final del día no terminan por impactar en el disfrute de un título técnicamente atractivo, que ante todo, aboga por la creatividad.


FICHA TÉCNICA:

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Sobre Franco Borgogna

Periodista apasionado por los videojuegos que sueña en mundos pixel-art sin caídas de frames. Streamer a tiempo parcial, fundador de la comunidad “La Orden del Pixel”, amante de la series, las películas y los comics.


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