Mientras el equipo de desarrollo a cargo de Monster Hunter Wilds prepara todo para su lanzamiento el próximo 28 de febrero de 2025, Capcom dio inicio a una beta abierta que permitió a un gran número de jugadores comenzar a degustar el título antes de tiempo. La versión anticipada de uno de los títulos más esperados nos permitió acceder a la misión misión introductoria de la campaña y probar el renovado sistema de combate contra un puñado de monstruos. Las sensaciones en general fueron mixtas, particularmente por el apartado técnico, pero mantenemos grandes esperanzas respecto a todo lo demás.
La nueva entrega en la franquicia Monster Hunter ofrece una mezcla de lo mejor de los últimos episodios. Una suerte de mix de lo que supimos ver tanto en World como en Rise, a la vez que añade nuevos elementos al menú. El combate baja un par de cambios y adopta un ritmo más lento y metódico, algo muy característico de la serie. A todo esto, no podemos dejar de destacar la inclusión de un mundo abierto. Una adición más que importante en la saga que nos invita a planificar nuestras cacerías de una forma mucho más metódica.
En cuanto a los elementos de las anteriores entregas, de Monster Hunter Rise retoma la idea de poder desplazarse velozmente por el mapa con la incorporación de los Seikrets, unas monturas parecidas a los Palamutes. Por otra parte, de World se queda con el sistema de combate técnico y pesado, pero añadiendo variaciones para los diferentes tipos de armas. Sin embargo, lo más destacable en este aspecto es el nuevo modo de apuntado llamado Focus Mode. Dicha mecánica nos permite dirigir nuestros ataques en una dirección específica, añadiendo toda una nueva capa de posibilidades aunque sin cambiar radicalmente su filosofía.
Los Seikrets son una de las flamantes adiciones de Monster Hunter Wilds, los cuales llegan de la mano de la gran característica que define a esta entrega: Su estructura de mundo abierto. Si bien anteriormente Capcom había coqueteado con la idea, ofreciendo mapas grandes divididos en áreas, aquí se abraza completamente este nuevo concepto, permitiéndonos navegar libremente entre asentamientos y zonas de caza. Este cambio también hace que todo se sienta mucho más orgánico, pudiendo aceptar misiones de manera mucho más dinámica y fomentando la exploración junto a otros jugadores.
En este nuevo escenario, los Seikrets nos no sólo facilitan la tarea de navegar por el mundo, sino que también nos permiten cambiar de armas en combate, introduciendo el concepto de armas principales y secundarias. Gracias a dicho cambio, se añade toda una nueva capa de estrategia a la hora de armar nuestras builds y planificar las cacerías. Cómo resultado, se sacrifica la velocidad que supimos ver en Rise, pero a cambio tenemos una nueva funcionalidad muy interesante.
En un comienzo la estructura del mundo abierto no parecía ofrecer una experiencia muy distinta a las anteriores. Pero luego, viendo como las misiones explotaban esta idea, y como el sistema de lobbies y grupos entre jugadores funciona, todo empezó a tener sentido. Los monstruos se mueven en manada e interactúan mucho más con su entorno, haciendo que el escenario en general y el uso que hagamos del mismo cobre mayor importancia a la hora de planificar las expediciones y durante las cacerías.
El combate se siente tan pesado como en World, aunque las armas carecen del impacto de las entregas anteriores, aunque no al nivel de Rise. Tal vez este sea el aspecto más flojo de Monster Hunter Wilds en cuanto al combate. Algo de que definitivamente se espera que arreglen de cara al lanzamiento. Particularmente por que es un detalle importante que hace que no se sienta bien al 100%. Como si algo estuviera fuera de lugar. A pesar de ello, es bueno, con nuevos combos y herramientas que ofrecen un amplio abanico de posibilidades.
Un aspecto que deja muchas dudas es el rendimiento en PC, el cual no es el mejor. Cierto que todavía faltan meses para la versión final del juego, y que estamos hablando de una beta, pero el consenso general es que el juego es muy exigente y no está bien optimizado. Aun con máquinas que cumplen o superan los requisitos, Monster Hunter Wilds presenta dificultades para encontrar estabilidad en los 60fps. Cuando lo hace, la calidad es despareja, y aún con opciones gráficas al máximo, se pueden apreciar varios errores, especialmente en las texturas e iluminación. De hecho, algo curioso es que las texturas HD parecían convivir con otras en muy baja resolución, o modelos con bajos polígonos. Es de imaginar que, de cara al lanzamiento, el trabajo de Capcom estará centrado en pulir ese aspecto.
Si bien la beta solo nos permitió acceder a un capítulo de la historia, es suficiente como para darse cuenta que el juego pone mucho énfasis en la misma. El título se antoja mucho más profundo en este sentido, con cinemáticas y diálogos elaborados. Incluso nuestro protagonista ahora tiene una personalidad marcada, interviniendo con voz propia en las conversaciones. Más allá de los altibajos en cuanto a su rendimiento, esta pequeña pincelada de Monster Hunter Wilds brinda un interesante pantallazo para lo que se viene en febrero de 2025. Una entrega que promete mucho, y por la cual estamos contando los días hasta su salida.
Sobre Mariano Daneri
Me gustan las milanesas con fideos.
Artículos más recientes