Si a esta altura no has oído hablar de Loop Hero, tenemos un problema. Bueno, en realidad ¿Qué problema debería de haber? Técnicamente ninguno ¿O quizá sí? Es raro que diga esto, pero sinceramente considero que el desarrollo de Four Quarters debería ser prohibido y considerado como una sustancia narcótica. Porque una vez que caes en sus garras, salir puede ser un poquito complicado. Es posible que luego de leer estas líneas piensen que estoy exagerando. Pero les aseguro que no es así. No se ustedes, pero en lo personal, que un título sea adictivo, extraño, oscuro e inventivo, son cosas que me encanta encontrar en un videojuego. Además, fue uno de nuestros candidatos a GOTY en 2021 y sigue siendo una excelente propuesta hoy día.
Loop Hero no es un juego especialmente nuevo. Lleva ya un buen tiempo dando vueltas por ahí. Concretamente desde el día 4 de marzo de 2021. Y pese a haber pasado ya dos años desde su lanzamiento, me ha sido imposible no regresar a este maravilloso videojuego. ¿El motivo de ello? Es el ser una de las experiencias lúdicas más originales que he tenido la oportunidad de disfrutar en los últimos tiempos. El trabajo de Four Quarters podría ser definido como un roguelike. Pero no como uno convencional debido a que a su fórmula incorpora gestión de recursos, construcción, cartas y elementos RPG. Dicho de este modo, puede sonar como que estamos frente a un juego por demás complejo, sin embargo la simplicidad de su ejecución lo convierte en una propuesta accesible para todo público.
El juego comienza con un héroe solitario que despierta en un mundo vacío. Al parecer, algún cataclismo misterioso ha caído en este universo y todo ha desaparecido: No hay civilización, tiempo o recuerdos. Solo un camino de forma irregular que no contiene nada más que unos pocos enemigos. No obstante, a medida que este héroe errante comienza a transitarlo, es fácil notar que en realidad es un bucle donde las cosas reaparecen una y otra vez. Pero lo más interesante, es que que al derrotar monstruos obtendremos cartas con las que es posible reconstruir todo: montañas, bosques, poblados, ríos y muchas cosas más.
Además, entre vuelta y vuelta, otros supervivientes saldrán de la oscuridad para formar un pequeño campamento y brindar todo tipo de ayudas. Acá es donde Loop Hero abre su faceta de gestión de recursos y construcción. En este sitio se pueden levantar edificios que brindan mejoras persistentes, desbloquear nuevas clases, mecánicas y cartas especiales que harán que cada run sea un poquito más fácil.
Algo que me gustó mucho de Loop Hero es la historia. Si bien comienza un poco lenta y confusa, hay mucho lore por descubrir, lo cual la hace muy interesante. Cada vez que se enfrenta a un nuevo enemigo suele haber una breve conversación con ellos antes de luchar. Algo similar sucede con los NPC del campamento e incluso con los jefes, que suelen brindar algunas pistas acerca de lo que sucedió en el mundo antes de intentar matarnos. Los diálogos, en general, son sorprendentemente divertidos, llenos de personalidad e introducen de una forma muy original a cada uno de los personajes del juego.
También me pareció encantador su apartado gráfico, claramente inspirado en los juegos de 8 bits. Si bien hay retratos bien dibujados para cada personaje y enemigo, reconozco que a simple vista no sea lo que se diga «atractivo» en términos generales. No obstante, es muy nostálgico y encantador, lo cual es lo suficientemente bueno, al menos para mí. Y la banda sonora ¡Por favor, que delicia! Está llena de melodías de corte chip tune increíbles y muy pegadizas. Definitivamente por encima de la media de las producciones indie.
A nivel gameplay, la verdad es que no logro recordar ningún juego que haya jugado que funcione como Loop Hero. En cierto modo, es como si fuera una especie de idle game, ya que al momento de transitar ese interminable camino, el héroe se mueve solito y combate con quien se ponga delante sin tener ningún tipo de intervención en la batalla. Entonces ¿Qué papel tenemos como jugadores? Bueno, básicamente equipar al héroe con mejores armas, armaduras y objetos, y colocar edificios y estructuras haciendo uso de las cartas. Algo que vale la pena mencionar es que todo, absolutamente todo lo que se construye tiene un efecto diferente en el circuito. Y ojo, porque los efectos pueden ser positivos, negativos o incluso ambos.
Por ejemplo, poner una carta de cementerio permite recolectar piedras para el campamento cada vez que el héroe pase por esa casilla. Pero el chiste es que en contrapartida también genera esqueletos a los que el protagonista habrá de enfrentar. Por otra parte, jugar una carta de aldea hará que gane salud cuando el personaje pase por ahí, pero también le encasquetará una misión que puede complicarle la vida. Se entiende por donde va la cosa ¿No?
Sin embargo lo más interesante, donde está la verdad de la milanesa de Loop Hero, es en las sinergias que se generan entre las cartas. Hay mucho que el juego no te cuenta de forma directa y que es extremadamente satisfactorio descubrir. Realmente disfruté mucho de experimentar con las cartas, buscando el modo de potenciar sus efectos, descubriendo en el proceso cosas realmente geniales y otras que me amargaron la existencia. Además, hay que tener en cuenta el detalle de que cada cosa que pongamos en el mapa hará que una barra se llene y, cuando esté al completo, aparecerá el jefe. Y créanme que es mejor estar preparados para cuando eso suceda.
Sea como sea, es fundamental poblar el mundo con tantos peligros como sea posible. Pero es igual de importante hacerlo de una forma cerebral como para que el héroe sea capaz de sobrevivir a los escollos que nosotros mismos ponemos en el camino y sus alrededores. En mi experiencia descubrí que un loop demasiado fácil no recompensa lo suficiente, mientras que uno muy complicado se me hizo frustrante. Al final, somos al mismo tiempo Ángeles Guardianes y Dungeon Masters, tratando de establecer un equilibrio muy delicado, lo cual no resulta para nada fácil. Y es justamente este punto el que convierte a este juego en uno muy adictivo.
A pesar de ello Loop Hero, no es perfecto y hay dos cosas que desde su lanzamiento me chirrían un poco. Primero es lo vago que es acerca de cómo se supone que se deben hacer las cosas. Este problema tiene dos caras, ya que –como dije- descubrir el modo en que funcionan las cartas en conjunto se traduce en una sensación increíble. Sin embargo, puede llevar a la frustración cuando no sabes cómo hacer para que aparezcan ciertos enemigos o cómo juntar determinados recursos. En este punto, la solución posible es incurrir al extenuante proceso de ensayo y error. Pero si esto no es lo tuyo, siempre podes recurrir a una wiki, aunque desde mi punto de vista, te estarías cargando parte de la experiencia.
La segunda ‘queja’ viene derivada del combate. Como mencioné, cuando el héroe pelea, lo hace en piloto automático. El tema es que esto a veces puede ser muy contraproducente, en especial cuando enfrenta a numerosos enemigos. A veces el héroe se enfrasca atacando al más fuerte, ignorando a los débiles que son los que terminan causando mucho daño por la velocidad con que golpean. La verdad que no hubiera estado nada mal que pudiera elegir a quien golpear, puesto que eso hubiera evitado que en más de una ocasión me acordara de varias deidades que nada tenían que ver con lo que sucedía en pantalla. De todos modos, son detalles que no arruinan en absoluto la experiencia de juego.
Loop Hero es una de las experiencias lúdicas más originales y adictivas de los últimos tiempos. Detrás de esa fachada de idle game, se esconde un roguelike que demanda de una cuidadosa gestión de recursos y de la capacidad de predecir los movimientos del héroe con antelación. No se me ocurre mayor elogio que admitir que mientras escribía esta reseña, tuve el juego abierto en segundo plano. Su simplicidad lo convierte en un juego accesible para todo el mundo, mientras que su complejidad es una verdadera prueba para los más veteranos del género. Y recuerden que la vida del hombre superior es circular como lo es la arena del circo romano, y en esa redondez vuelve a repetir sus alegrías. Pero la vida del hombre mucho más superior es cuadrada como un ring de boxeo, y en ese cuadrilátero vuelve a agarrarse a las piñas con la misma gente.
Sobre Franco Borgogna
Periodista apasionado por los videojuegos que sueña en mundos pixel-art sin caídas de frames. Streamer a tiempo parcial, fundador de la comunidad “La Orden del Pixel”, amante de la series, las películas y los comics.
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