En lo personal, no soy muy fanático de las aventuras point & click, pero sí disfruto muchísimo de los juegos indie. Tenía mis dudas con respecto a Little Misfortune pero, al habérmelo recomendado varias personas, decidí darle una probada para ver qué tal. Y he de reconocer que es un juego que me entretuvo a lo largo de toda su historia. El título desarrollado por Killmonday Games AB, también creadores de Fran Bow, indudablemente es una propuesta muy peculiar. En especial destaca por su estilo de dibujo a mano, un humor particularmente oscuro y algo satírico, además de momentos que me hicieron sentir diversas emociones y sentimientos encontrados.
El juego se presenta como un clásico point & click, donde deberemos guiar a la pequeña protagonista, Little Misfortune, en su viaje en busca de la «eterna felicidad». El detalle es que a su vez, ella es guiada no sólo por el mismo jugador, que toma un papel desde más allá de la cuarta pared, sino también por un narrador. Este misteriosa voz hace avanzar la trama con una serie de misiones simples pero que tienen en común una moraleja muy predominante: las acciones tienen consecuencias.
A lo largo del juego, se nos irán presentando momentos donde se aplicará la mencionada moraleja, y tendremos que escoger entre dos opciones. Al principio pueden parecer decisiones sin importancia o simplemente graciosas, pero como bien nos informa el misterioso narrador, cada elección tendrá su propia consecuencia; sea benéfica para nuestra protagonista y quienes estén involucrados, o por supuesto perjudicial.
A medida que la aventura progresa, encontraremos incógnitas e incertidumbres con respecto a la historia y sus personajes. Más en concreto, acerca del el narrador, Misfortune y un enigmático zorrito al que perseguiremos en busca de dar respuesta a una serie de preguntas: ¿Es amigo, o enemigo? ¿Qué trata de comunicarnos? Y aún más importante, ¿Podremos acariciarlo?
En lo que respecta a su apartado visual, Little Misfortune es muy bonito y detallado. El estilo artístico dibujado a mano es encantador. Esto consigue que una de las características en las que destaca el juego sea poseer un aspecto tradicional, similar a un libro ilustrado. La banda sonora cuenta con variadas pistas musicales que ayudan a establecer el ambiente de cada situación. Desde melodías felices y animadas, hasta tensas y algo tétricas.
Cabe destacar, que el título cuenta con líneas de voz para casi todo diálogo (exceptuando un par de personajes), y de una calidad impecable; algo que no se ve todos los días en un juego indie, y que se agradece al cien por ciento. El apartado audiovisual está muy trabajado y deja entrever el esfuerzo de los desarrolladores en ese aspecto. Lo cual, en lo personal, considero que es clave en este género de videojuegos.
La jugabilidad por otro lado no tiene complicación alguna. Es la clásica de todo juego point & click. Nos podemos mover de izquierda a derecha y seleccionar objetos, entidades y demás para interactuar con ellos. Al realizar estas acciones, Misfortune nos compartirá sus pensamientos al respecto, y por lo general el narrador añadirá algún comentario acerca de ello. Al ser un estilo de juego tan sencillo, que no tiene absolutamente nada de malo, cualquier persona puede jugarlo y disfrutarlo sin problema alguno; un gran punto a favor.
Sin revelar detalles de la trama, es un juego peculiar, entretenido e interesante. Los cambios de tonalidad son geniales. Little Misfortune consigue pasar de lo humorístico a lo emotivo o de lo tétrico a lo feliz, logrando de este modo mantenerme jugando por un buen rato, ya fuera por curiosidad o por pura diversión. Es una historia corta que nos hace pensar dos veces con cada elección. El caso es que el resultado suele ser distinto y afecta el camino a seguir. Y por supuesto, también a las opciones que se irán presentando más adelante.
Para cerrar esta reseña, solo destacar que a pesar de no ser un asiduo jugador de aventuras point & click, Little Misfortune me ha gustado mucho. Como he mencionado, su apartado audiovisual es cautivador y la actuación de voz el broche de oro. El juego cuenta dos finales diferentes y varios logros para los coleccionistas, por lo que da pie a cierto margen de rejugabilidad. Solo decir que es un título que puede tomar cualquier persona y disfrutarlo. Porque si te gustan las historias agridulces, el humor fluctuante, los momentos emotivos, la toma de decisiones y, especialmente, las aventuras point & click, este es un videojuego al que deberías darle una chance.
Sobre David Cedres
Fanático del anime, la ciencia ficción y por supuesto los videojuegos, de preferencia indies.
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