Siendo 100% honesto, no tenía esperanzas en Lies of P. Lo veía como un juego que perseguía una moda que dio forma a un subgénero, el cual comenzaba a saturarse de propuestas que no llegaban a dar la talla del modelo original. El juego de Round 8 Studio pretendía subirse a ese tren construyendo un atractivo particular a través de su ambientación, anclada en el clásico Pinoccio del italiano de Carlo Collodi, aunque con un toque un tanto mas oscuro, en línea también a las tendencias de su época. Todos los elementos estaban ahí para convertirlo en un título olvidable, cuyo único interés residía en lo ridículo de su premisa, algo que me hizo girar los ojos de tal modo que pude ver mi nuca. Sin embargo, fue comenzar a jugar y sumergirme en su mundo como para encontrarme con uno de los mejores soulslike al día de la fecha.
Aún hoy, año y medio después de su salida, momento en el que se escribe esta reseña tardía, considero que Lies of P es uno de los mejores exponentes de este popular subgénero. Pero ¿Cómo pasó esto? ¿Como un título con una premisa así de risible logró convertirse en un referente? ¿Que tiene de especial? Sucede que es un videojuego increiblemente sólido, que no flaquea en ningún aspecto, construyendo en el proceso una identidad propia sin miedo a arriesgar, excediento en esos elementos únicos que pone sobre la mesa. Tal es así, que lo consideré como uno de mis juegos favoritos en 2023.
Por un lado está el combate, que tiene todos los elementos que podemos esperar amalgamados de una forma en la cual logra un equilibrio. Y sí, claro está que sus influencias se hacen notar pero eso no impide que el juego ostente mucha personalidad también en este aspecto. Los enfrentamientos son rápidos pero con peso, dinámicos, con un sistema de parrys exigente, que es parte integral de él pero con suficiente margen para que su uso no sea obligatorio. Los enemigos son variados y los jefes suponen un desafío pero sin tornarse frustrantes en ningún momento.
El sistema de progresión también se mantiene en la línea de lo tradicional con experiencia y atributos, pero añadiendo algunos giros de tuerca. Esto queda en evidencia gracias al Órgano P, ligado a la particularidad de nuestro personaje, el cual nos permite personalizar mejor nuestro estilo de juego. Dicho de otro modo, es como un árbol donde podemos desbloquear habilidades pasivas que influyen notablemente en la forma en que encaramos el juego.
A esto se suma también el que considero el ‘sistema estrella’: El ensamblado de armas. En Lies of P podemos combinar la empuñadura y la hoja de distintas piezas de equipo para dar forma a piezas de equipo personalizadas. Esto implica el intercambiando atributos con sets de movimientos, lo que nos permite definir aún más nuestra experiencia de juego según las necesidades o preferencias a la hora de luchar. En este sentido, el título ofreció algo único que hasta el momento de su lanzamiento no había visto en otras propuestas similares.
Aquí la mentira es un acto de pragmatismo o incluso de empatía, mientras que la verdad se antoja como un acto de crueldad
Todo el juego transcurre en la ciudad de Krat, y cada escenario se siente como una parte de ella
El otro elemento a destacar es la historia. La llamativa premisa que en un principio consideraba algo absurda, se convierte en uno de sus principales puntos a destacar. Lies of P ofrece una interpretación del clásico italiano que es mejor de lo que habría podido imaginar, con una vuelta de tuerca que va por el lado del horror cósmico. También es cierto que se desinfla un poco en su segunda mitad, pero plantea puntos interesantes respecto a la humanidad de nuestro personaje.
Además, como no podría ser de otra forma, en distintos momentos de su campaña estamos obligados a elegir entre mentir o decir la verdad. Estas decisiones tienen gran impacto en nuestro personaje y la historia en general. Lo interesante es que estas elecciones no se presentan como opciones morales entre blanco y negro. Aquí la mentira es un acto de pragmatismo o incluso de empatía, mientras que la verdad se antoja como un acto de crueldad. Lies of P se aleja del concepto del dilema moral, presentando esta mećanica más como algo intrínseco al ser humano.
El único punto negativo que puedo reclamar al título se encuentra en su estructura. Si bien contamos con múltiples finales, misiones secundarias y distintas decisiones que tomar a lo largo de la aventura, lo cierto es que la progresión general es bastante lineal. Vamos de un nivel a otro siempre en el mismo orden. Hay poco contenido fuera del camino principal. Nada de zonas secretas, jefes opcionales y cosas de ese estilo.
Dicho lo anterior, el diseño de los niveles en sí mismos es fantástico. Cada uno está perfectamente diferenciado de manera temática, tanto en su arquitectura como enemigos. La forma en que están planteados, casi como pequeños laberintos, con sus típicos atajos, idas y vueltas, les confieren una sensación de amplitud en cuanto a lo que podemos explorar dentro de ellos. Todo el juego transcurre en la ciudad de Krat, y cada escenario se siente como una parte de ella, único y sin caer en la repetición, siempre manteniendo su propia identidad.
Lies of P, del que nada esperaba, terminó por convertirse en uno de los grandes títulos dentro de su categoría. Es un juego que logró apropiarse de una propuesta familiar y la hizo suya, tomando una premisa arriesgada y desarrollándola con una sorpresiva seriedad. Como resultado, la experiencia en general terminó siendo mucho mejor en la práctica que en los papeles. Un videojuego que se ganó un lugar entre los grandes por mérito propio. Lo hecho por Round 8 Studios es algo más que una simple copia de madera; es todo un juego de verdad, hasta en eso de las mentiras.
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Sobre Mariano Daneri
Me gustan las milanesas con fideos.
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