Bloober Team es un estudio polaco que hoy en día se encuentra en la cima del éxito. Tal es así que son los encargados de revivir la saga Silent Hill, con una remake de su entrega más popular. Sin embargo, en 2016 cuando salió Layers of Fear, el estudio todavía estaba demostrando sus capacidades. No tengo pruebas pero tampoco dudas de que, en aquel entonces, la historia del pintor y su drama personal aprovecharon el boom del cancelado ‘Silent Hills’. Por lo tanto, entiendo que inspirados por aquel inolvidable ‘P.T.’, se tiraron de cabeza a la pileta del terror psicológico.
Layers of Fear tuvo dos capítulos extra como DLC y una secuela en 2019 que, más allá de la tibia acogida del público, supo mantener una dirección estética y narrativa coherente. Ahora, mientras Bloober Team trabaja en el juego que definirá su futuro, se tomó la licencia de relanzar la saga completa en un mismo paquete. Es una ‘nueva’ entrega, con un puñado de mecánicas interesantes, un nuevo hilo narrativo que conecta los dos juegos y un apartado visual que hace gala del espectacular Unreal Engine 5. Sin embargo, la pregunta acá es ¿Vale la pena esta pseudo remake?
De buenas a primeras debo responder que sí. Layers of Fear (2023) es sin duda la mejor forma de experimentar esta saga. No sólo porque el apartado técnico es brillante, en especial los efectos de iluminación en tiempo real y la magia que derrocha el nuevo motor de juego, sino porque el agregado de un objeto tan trivial como una linterna cambia radicalmente la experiencia. Esta, además de aprovechar las bondades del Unreal Engine 5, alivia la frustración derivada de los cuestionados segmentos de persecución de la segunda parte. Básicamente sirve para frenar al ánima que persigue al protagonista en determinados segmentos. Además, el nuevo hilo narrativo (La historia de la escritora) aporta una conexión más tangible entre ambos juegos, otorgándole protagonismo a ‘La musa’ y, por qué no, allanando el terreno para una posible tercera entrega.
El problema de esta nueva versión es que no aporta cambios significativos para quienes ya jugaron los títulos originales. Claro, el espectáculo visual está garantizado y mejoras en la calidad de vida como poder acceder a los capítulos desbloqueados para ver cómo cambia el juego según las decisiones tomadas, está bárbaro. Además, es innegable que la trama de la escritora suma un tanto para la reedición. Sin embargo, cada historia se desarrolla casi de la misma forma. Los más experimentados notarán algunos cambios en los puzzles, en las notas que ahora cuentan con doblaje propio, y en el uso de la linterna para progresar. Pero, salvo que sean acérrimos fanáticos de la saga, no hay demasiadas razones para volver a jugar todo.
Layers of Fear (2023) presenta, a través de una narrativa segmentada, la historia de una escritora amateur que gana un concurso de literatura contra grandes autores. El público, motivado por un componente racial y machista, no lo toma a bien. No obstante, y a pesar de todo, ella enfrenta las críticas y se propone a demostrar su valía a través de la máquina de escribir. Entonces, aprovechando que el premio incluía el privilegio de hospedarse en un faro abandonado (propiedad de la editorial), con todos los gastos pagos para tener la libertad creativa y el tiempo necesario, se dispone a escribir su novela. A dar forma a lo que probablemente sea la obra de su vida.
La historia avanza de a poco, con llamados telefónicos que la presionan para terminar el libro. Esta situación, sumado a lo mucho que extraña a su hijo y al bloqueo de autor, no ayudan en absoluto. Pero todo cambia cuando recorriendo el faro, de repente le llega la inspiración en la forma de ‘La musa’. Es entonces que se sienta a escribir y es de este modo que nos sumergimos en lo que sería el primer juego de la saga. En la historia del pintor, vemos como este lucha por enfrentar una tragedia personal y la de su familia. Todo se va contando a cuentagotas y a fuerza de escenas inolvidables. A medida que avanzan los capítulos de dicha trama, vamos a regresar al faro para ver como la escritora va superando sus problemas y, a su vez, experimentar su aventura.
Por otro lado, la historia del actor tiene un componente visual distinto. La segunda entrega juega con la claustrofobia de estar encerrado en un buque en altamar. Es un miedo más específico que seguro resonará con cierta audiencia. Tiene una hermosa estética de la edad dorada de Hollywood que brilla y, tal vez, falla en oprimir al jugador tanto como la casa abandonada. Hacia la segunda mitad del juego todo cobra un tinte de oscuridad que recupera el clima y termina por generar una tensión que corta el aliento, en especial cuando se perciben los minúsculos cambios que se dan en la forma de expresarse del actor y cómo evoluciona hacia el desenlace. Esta historia es más arriesgada, incluye componentes jugables más variados y en líneas generales debería ser el mejor juego. Pero a veces, la suma de las partes no representa un producto mejor.
Cómo saga, Layers of Fear utiliza un puñado de recursos que las primeras veces causan una angustia pocas veces vista. Corredores que se achican generando claustrofobia, voces guturales, risas a la distancia o pasillos sin salida que cambian su mapeado al darse vuelta. Todo contribuye a generar esa sensación de agobio que, tanto la historia del pintor como la del actor intentan transmitir. Lamentablemente, al jugar las dos entregas de corrido, la implementación de lo mencionado se vuelve predecible y pierde de a poco su efecto. En mi caso, para cuando llegué al segundo juego, estaba inmunizado contra la mayoría de los sustos, haciendo que ese terror orgánico que sentí durante la trama del pintor fuera tan solo un vago recuerdo.
Mi recomendación para esquivar el agotamiento es fácil: darse tiempo y jugar otra cosa entre las dos historias principales. Ahora, más allá del desgaste, me quedo con la historia del pintor. Creo que es muy sólida y tiene tintes más tradicionales que facilitan su disfrute. Incluso para un público más amplio que no sea tan asiduo al género. La casa abandonada es aterradora de por sí y la narrativa es más directa. Es fácil poder intuir cuál es el drama del pintor desde los primeros capítulos y toca fibras sensibles. O al menos aquellas que hacen que sea más fácil empatizar con el personaje.
Lo lindo de Layers of Fear (2023) es la posibilidad de experimentar estas historias con un apartado técnico fantástico. Con modos de rendimiento o calidad, al menos en Xbox Series X y PlayStation 5, y el agregado jugable que aporta la linterna. Pero lo mejor es la posibilidad de vivir (o revivir) estas historias tan dolorosas y darse cuenta de que no hace falta un componente sobrenatural para sentir miedo. A fin de cuentas, algo tan real como el duelo puede ser una fuente de horror y de dolor indescriptible. Y es justamente ese sentimiento el que atraviesa la obra tanto como las mecánicas repetidas, pero conecta con nuestro lado más sensible. Porque sabemos que, irremediablemente, está a la vuelta de la esquina. Es sólo cuestión de tiempo.
Sobre Franco Borgogna
Periodista apasionado por los videojuegos que sueña en mundos pixel-art sin caídas de frames. Streamer a tiempo parcial, fundador de la comunidad “La Orden del Pixel”, amante de la series, las películas y los comics.
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