Tengo una debilidad por los juegos indies. Siempre voy en busca de esa “joya del Nilo” que por “H” o por “B” pasan completamente desapercibidas, muy por debajo del radar. Siendo completamente honesto, esto es algo bastante común debido a que cada semana se cuentan por docenas los videojuegos pertenecientes a este nicho. En fin, que esto no se trata de una crítica a la industria o a lo difícil que se hace descubrir un juego en Steam. Aquí estoy para hablar de una de las propuestas que, para alguien que creció con juegos de acción de 8 bits, logró entusiasmarme con un simple trailer. Por si no lo habías descubierto, sí, estoy hablando de Infernax.
Como ya he mencionado en otros análisis, los ochenta supusieron para mi una época de buena música. Pero también del descubrimiento de aquellos videojuegos clásicos en que tanto se inspiran los desarrolladores actuales. Berzerk Studio es uno de estos estudios, quienes buscan recuperar parte de la vieja gloria con Infernax, un juego de aventuras y plataformas, con un inconfundible sabor retro. La verdad es que a pesar del entusiasmo inicial, pensé que tan solo estaba frente a otro clon de Castlevania. Sin embargo, al poco de comenzar a jugar, descubrí con alegría que su maravillosa banda de sonido y su llamativo apartado gráfico eran tan solo la punta del iceberg de un juego mucho más profundo.
Antes de proseguir, solo quiero mencionar y anticipar qué Infernax se ha ganado un lugar -de momento- en mi Top 10 de lo mejor que he jugado en este 2022. Claro, esto siempre puede cambiar, pero definitivamente ocupará un lugar privilegiado. Esto se debe a que mi experiencia con este título ha sido por demás satisfactoria. La simpleza de su propuesta, las vibras retro que transmite, pero con pequeños añadidos que le dan un giro de tuerca por demás interesante, lo convierten en algo único. O al menos, en algo con bastante personalidad.
La historia de Infernax nos pone en los pies del duque Alcedor, quién regresa a su reino después de haber estado mucho tiempo fuera. El caso es que, lejos de encontrar la paz y tranquilidad que esperaba, se encuentra con una tierra invadida por demonios de la noche, cultistas profanos y fuerzas que escapan a su comprensión. Todos los habitantes de los muchos lugares que componen este reino necesitan que el duque los ayude con diversas tareas. Para ello, nuestro héroe se deberá embarcar en una épica búsqueda, llena de misiones secundarias, mientras batalla contra feroces criaturas con el objetivo de romper los cinco sellos que contienen un mal ancestral en la Ciudadela de Urzon.
Lo que no se puede negar, es que acá hay una inspiración en Castlevania, concretamente en Simon’s Quest. Ojo, que esto no es algo necesariamente malo. Pero desde el combate, su aspecto visual, e incluso la música que acompaña, se conjugan en lo que podría definir como una aventura de “terror gótico” muy bien hecha. Si, quizá eso de “terror gótico” suene extraño, pero es que el diseño de los enemigos -especialmente el de los jefes- es maravilloso. Desde el primer zombie apestoso que nos cruzamos al poco de comenzar, hasta criaturas más imponentes como el demonio Alastor, generaron en mí una inexplicable sensación de incomodidad. El caso es que parecen criaturas arrancadas de un mal sueño, extremadamente detalladas y espeluznantes. A todo esto, se suma una excesiva cantidad de gore que no le sienta para nada mal a la producción.
Como no podía ser de otro modo, Berzerk Studio apuesta por una tradicional estructura metroidvania. Nuevamente y a pesar de que últimamente haya una gran cantidad de títulos encasillados en este género, no encuentro nada malo en ello. Si bien es cierto que en este aspecto el diseño no alcanza las cotas de originalidad como por ejemplo en Axiom Verge 2, tiene su encanto. Salvo por contadas excepciones, el mundo está prácticamente abierto a la exploración. De hecho, tan solo hay cuatro habilidades principales necesarias para poder desbloquear casi todo el mapa. Aquí hago una salvedad, porque Infernax esconde múltiples secretos y revelar algunos de ellos requiere de prestar atención al entorno, como así también a los usos alternos de algunos poderes o hechizos.
El mapa en sí no es exageradamente grande, pero es variado. No es que haya biomas en plan “la zona de fuego”, “el pantano”, “el área de hielo”, pero cada entorno tiene características únicas, siendo el factor predominante el plataformeo. También hay diferentes mazmorras, las cuales tendremos que visitar para cumplir con nuestra misión. Estas están custodiadas por un gran jefe o demonio mayor al que tendremos que derrotar. Cada criatura actúa de manera diferente, por lo que se debe apelar a todos los recursos que tengamos a disposición para poder derrotarlos. Y lo mejor es que cada victoria se siente como un momento triunfal, considerando que algunos de estos enemigos son bastante complicados.
En fin, que las mejoras se pueden obtener luego de explorar diferentes mazmorras o comprándolas en algunas tiendas. Las habilidades principales serán esenciales para avanzar en la historia, mientras que las demás -como dije- ayudarán a revelar secretos. Algo que debo mencionar respecto a esto es que, al igual que cualquier metroidvania que se precie, aquí también hay backtracking. El tema es que muchas veces, desandar un camino recorrido puede volverse bastante complicado, ya que un pequeño error durante el plataformeo puede tirar atrás todo el progreso realizado. De cualquier modo, y aunque esto sucedió varias veces durante mi partida, hubo ocasiones en que la culpa había sido mía. Es decir, retroceder es exigente pero por el propio diseño de los niveles, no porque el control falle o se den situaciones injustas.
Y hablando de control, estos son muy simples y efectivos. Hay un botón para saltar, otro para usar objetos curativos, uno destinado a las interacciones y otro con que revolear la maza que el protagonista usa como arma. El feedback es bastante bueno y la sensación de aplastamiento de cráneos muy satisfactoria. De hecho, es genial ver como los demonios sucumben ante la fuerza contundente de un golpe, transformándose en un amasijo de vísceras. Además, un detalle que me encantó, es que luego de reventar a un enemigo poderoso, se desata un festín hemoglobínico dejando nuestro personaje cubierto de sangre. Son estas pequeñas minucias las que marcan una gran diferencia.
Sin embargo, lo que más me gustó de Infernax, es su mecánica de decisiones. Es esto lo que marca la principal diferencia entre este título y otras aventuras de acción en 2D de 8 bits. Al poco de comenzar la aventura, se me presentó la posibilidad de tomar una decisión moral. La cuestión es que encontré a un humano poseído por un demonio que nos ruega por su muerte. Ahí uno tiene la opción de utilizar la maza y poner fin al asunto o intentar salvar al desafortunado aldeano. Y es todo lo que diré de la situación. No quiero hacer spoilers y arruinar la experiencia de quién decida darle una chance al juego. Solo decir que ambas elecciones tienen resultados muy diferentes, los cuales impactarán en la narrativa.
Lo interesante, es que el juego tiene un sistema de moralidad oculto y de acuerdo a las decisiones tomadas, podremos abrir diferentes caminos y misiones. Porque si bien se nos presenta al duque Alcedor como el “héroe”, una seguidilla de canalladas puede cambiar esta percepción drásticamente. Si bien está bastante claro hacia donde apunta una elección u otra, esta mecánica añade gran cantidad de variantes a un juego tan pequeño. Es que las elecciones no solo afectan al final de la aventura, sino también los hechizos que se pueden adquirir, como así también el acceso a algunos enfrentamientos secretos. Puede que sea simple, pero el impacto de cada elección es bastante más notorio en este juego que en varias producciones AAA.
Para ir terminando, solo resta mencionar que Infernax es difícil, pero no injusto. Dicho de otro modo, es un juego demandante como sus inspiraciones de 8 bits. En mi experiencia, al principio se me hizo bastante cuesta arriba. En especial porque tomé un camino que me llevó a uno de los jefes más exigentes de la aventura. De todos modos, conforme fui comprando mejoras, la balanza comenzó a inclinarse a mi favor. Además, existe la posibilidad de cambiar la dificultad a un modo un poco más accesible. Estoy seguro que esto permitirá que los jugadores menos experimentados poder disfrutar del juego.
Infernax es una canción de amor para quienes disfrutan de los juegos de plataformas en 2D. Berzerk Studio logra recrear una experiencia similar a la de antaño, pero añadiendo mucha sangre y una historia decente que logra enganchar durante las 6 horas que dura la aventura. A nivel técnico y jugable es muy bueno, divertido y variado, pese a tomar un concepto que se viene replicando con bastante énfasis en el ámbito de los videojuegos independientes. Además, el sistema de moralidad y la mecánica elecciones que viene aparejado con ello, es algo que no se ve todos los días en un título como este. Y lo mejor de esto, es que intrínsecamente añade a la experiencia un valor de rejugabilidad que no se siente barato o artificial. Definitivamente, este es el modo en que los desarrolladores modernos deberían abordar las ideas antiguas. Tome nota, alumno Konami.
Sobre Franco Borgogna
Periodista apasionado por los videojuegos que sueña en mundos pixel-art sin caídas de frames. Streamer a tiempo parcial, fundador de la comunidad “La Orden del Pixel”, amante de la series, las películas y los comics.
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