Pregunta: ¿Cuándo fue la última vez que se sentaron a jugar simplemente por diversión? No me refiero a la actividad lúdica de iniciar un videojuego. Estoy hablando de completar un desafío, un nivel o hacer una carrera solamente por el simple hecho de pasar un buen rato. Esa forma de jugar, tan esquiva en la industria moderna, viene de la mano de cierto tipo de juegos y en gran parte de nuestra edad. Una parte de la ecuación está fuera de nuestro alcance, pero por suerte la variedad de propuestas está a la orden del día. Hot Wheels Unleashed 2 – Turbocharged ofrece la plataforma ideal para dejar salir a nuestro niño interior, corriendo carreras y coleccionando autitos simplemente porque es divertido.
El nuevo arcade de carreras del estudio Milestone no se detiene en cinemáticas ostentosas, narrativas irrelevantes o sistemas de personalización minuciosos. Por el contrario, nos invita a un mundo de fantasía en el que los protagonistas pueden reducirse con un rayo para conducir autitos coleccionables favoritos y, de alguna manera ridícula, salvar el día de la amenaza de unos monstruos sacados de un cómic de clase Z. Esta mezcla bizarra se traduce en un juego irreverente, frenético y sencillo. Una propuesta ligera que resulta ideal, tanto para pasar una tarde con amigos, como para jugar un par de carreritas cuando tenemos un rato libre.
Que la propuesta sea simple no significa que le falte contenido para disfrutar. De hecho, en la versión de lanzamiento, disponemos de más de 120 autitos desbloqueables y decenas de pistas temáticas con diferentes estilos y objetivos que cumplir. Hot Wheels Unleashed 2 nos da la bienvenida con una breve introducción que nos pregunta con qué auto queremos empezar. Una vez escogido nuestro bólido y luego de un par de carreras ágiles y coloridas, sabremos todo lo que necesitamos saber para disfrutar al máximo.
Las reminiscencias a los legendarios juegos de Micromachines de 16 bits nos remontan a una era más simple, pero esta vez dan paso a diseños geniales. Las pistas están ubicadas en lugares cotidianos como escritorios, restaurantes, jardines y hasta un campo de minigolf. Son el escenario ideal para dejar volar la imaginación o poner a prueba nuestro auto favorito. Una de las novedades de esta secuela es el debut de los vehículos todoterreno y las motos. Estos nuevos vehículos se incorporan al resto de las categorías de siempre para sumar variedad. Los primeros facilitan la tracción fuera del asfalto, son ideales para cuando corremos cerca del pasto, mientras que las motocicletas ofrecen una aceleración vertiginosa a costa de maniobrabilidad.
Las pistas son variadas y ofrecen un desafío más que interesante, con un poco más de dificultad para quienes busquen cumplir los objetivos secundarios. Por lo general están separadas por estilo, para que sepamos de antemano qué tipo de Hot Wheels es el más adecuado. Sin embargo, les recomiendo que no se dejen llevar por las categorías y confíen en sus instintos. Más de una vez perdí una y otra vez intentando superar un nivel de Drift con el “auto adecuado” sólo para ganar en tiempo récord usando mi moto favorita. Para compensar este tipo de diferencias, es vital aprovechar las herramientas de personalización de vehículo.
Al ganar eventos y desafíos conseguiremos todo tipo de recursos, desde dinero o puntos de habilidad hasta ítems especiales para modificar nuestros Hot Wheels. Los vehículos cuentan con un escueto árbol de progresión con habilidades pasivas para desbloquear, pero que realmente impactan en la jugabilidad. Una moto con el perk para ignorar obstáculos terrestres es un bólido imparable, ya que podemos olvidarnos del botón de saltar y directamente chocar los bloqueos sin perder velocidad. Otros compensan desventajas de clase como aceleración, maniobrabilidad y velocidad final, algo que puede transformar por completo la experiencia jugable.
El dinero también se puede usar para comprar nuevos vehículos en la tienda, cuyo stock se va actualizando regularmente, y es la mejor forma de conseguir modelos raros. También hay una ruleta diaria con premios al azar, que van desde dinero hasta coches exclusivos. De hecho, las tiradas extra son una de las recompensas más codiciadas del modo historia. Por supuesto, también se pueden comprar con dinero real packs coleccionables, incluidos en las versiones más caras del juego. Pero la economía in-game se siente balanceada y bastante justa.
Las carreras tienen los clásicos loops y los aceleradores propios de la marca, pero también modificadores que refrescan la experiencia. Hay módulos que invierten la gravedad, haciéndonos correr por el techo mientras nuestros oponentes van por la pista regular. También hay atajos de todo tipo: “mientras toquemos los puntos de control vale todo” y es una libertad más que bienvenida. Si a esto le sumamos la posibilidad de saltar para evadir obstáculos o alcanzar ciertos lugares y el dash lateral para chocar otros autos, la propuesta jugable se vuelve intuitiva y variada.
El juego de Milestone no es perfecto, pero está bien pulido y por lo general funciona muy bien. Es cierto que, en medio de tantas acrobacias, la física puede fallar y hasta volverse un poco loca. A veces una pequeña rampa nos catapulta girando por el aire como si no hubiera gravedad o un simple borde nos deja fuera de competencia. Aún así, son ocurrencias raras y se solucionan con un simple reinicio de evento. Las carreras son cortas y rápidas, incluso los pequeños eventos que hacen las veces de “batallas contra jefes” se resuelven en menos de 3 minutos, por lo que uno de estos errores no nos hará perder más que un instante de progreso.
Hot Wheels Unleashed 2 no es una maravilla técnica pero consigue una experiencia visual cuidada, colorida y original, manteniendo una tasa de cuadros por segundo constante a una velocidad envidiable. Es una propuesta arcade, orientada a la diversión rápida pero con una gran cantidad de vehículos y pistas que garantizan su longevidad. Y como si esto fuera poco, también cuenta con un modo de creación de pistas sumamente completo que nos permite compartir nuestros diseños a través de internet y un modo multijugador sencillo pero cumplidor. Tiene todos los ingredientes para asegurarnos una tarde de risas y diversión, sin pretensiones, más allá de divertirnos.
Sobre Sebastián Cigarreta
Periodista especializado en gaming, amante de los juegos incomprendidos y eterno enamorado de los clásicos noventosos. Tengo debilidad por todos los MegaMan, siempre Vega main y soy eterno caballero de Boletaria.
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