GUAYOTA – Análisis

GUAYOTA – Análisis

Casi tan canario como el 'muyayo'

Con Guayota, Team Delusion nos invita a un viaje por las Islas Canarias, con una aventura que gira en torno a la resolución de puzles y a los mitos y leyendas de los indios Guanches


Suele hablarse de las Islas Canarias como un lugar fascinante al que acudir a vacacionar. Sus playas, la comida, los carnavales, sus habitantes y el encantador acento con que hablan, convierten a este lugar en una suerte de paraíso en la tierra. Sin embargo, más allá del turismo y todo lo que ello conlleva, la isla de Tenerife (una de las más populares del archipiélago), posee una rica mitología proveniente de los indios Guanches. Y es justamente de estos mitos y leyendas que Team Delusion toma el nombre para su primer trabajo: Guayota, un videojuego de rompecabezas desafiante, pero accesible y bastante divertido.

Guayota busca arrojar un poco de luz acerca de la historia y la cultura de las Islas Canarias, que han tenido algunos períodos brutales en su historia. Indudablemente, el más sangriento sucedió en la época de la conquista, cuando el extinto Imperio Español arrasó con la población local. No obstante, a pesar de ello, los mitos y leyendas aún perduran hasta el día de hoy, en este caso oficiando como fuente de inspiración para un videojuego. Eso sí, el equipo de Team Delusion toma algunas licencias, pasando a su trabajo por un prisma lovecraftiano con el objetivo de enriquecer la historia y dotarla de un tinte esotérico.

La historia comienza con una tripulación que navega hacia Tenerife en busca de la mítica isla de Saint Brendan (también conocida como ‘Isla de San Borondón’), llamada así por el monje que la pisó por primera vez. Lo curioso es que sólo es posible llegar a este lugar cuando uno no se lo propone. Entonces, en un acto que haría sentir orgulloso a Guybrush Threepwood, nuestro protagonista, un explorador de la Corona Española, hace lo único que considera racional: ponerse a dormir en medio del océano. De más está decir que esto funciona inesperadamente bien. Y en un ‘abrir y cerrar de ojos’, comenzamos a deambular por las arenosas playas de la isla con el objetivo de desvelar el misterio que allí se esconde.

En términos jugables, Guayota es un juego de rompecabezas. No hay enemigos a los que hacer frente, ni jefes contra los que luchar. Por el contrario, el desafío se encuentra en buscar la forma de emplear las mecánicas que poco a poco introduce para superar cada escenario. Es uno de esos juegos en los que tan sólo basta con un par de horas para comprender los matices lúdicos que plantea la jugabilidad. Entonces, equipado con una antorcha, nuestro protagonista se adentrará en una serie de templos compuestos por diferentes salas. Al superarlas, se nos recompensa con un fragmento de historia, aunque primero tendremos que resolver complejos e ingeniosos puzles.

La progresión es bastante lineal, puesto que cuanto más avanzamos por las cuevas, más complicados se tornan los acertijos. Eso sí, la mecánica de los rompecabezas se mantiene en la misma línea a lo largo de toda la partida. Básicamente consiste en iluminar una serie de altares mágicos que nos permitirán abrir puertas a nuevas zonas, mientras esquivamos todo tipo de trampas mortales. Lo interesante del asunto es que pese a que no existen enemigos, eso no quiere decir que nuestro protagonista no pueda morir. Por el contrario, si nos golpean tres veces, nos iremos al más allá, literalmente.

Guayota Análisis

Morir no marca el final de la aventura. Al caer, un espíritu nos resucita, aunque nos transporta a un plano completamente diferente. Es decir, cuando estamos vivos, nos movemos por el mundo real, y cuando la vida se agota, aparecemos en el Plano de la Oscuridad. Esta mecánica confiere a Guayota cierta rejugabilidad, puesto que para descubrir el misterio de la isla y ver los dos finales que el juego ofrece, será necesario explorar ambas dimensiones.

El cambio más notorio entre los dos planos es que en el mundo real abundan las trampas, mientras que en la oscuridad tendremos que lidiar con muros invisibles y otros tantos elementos que obstaculizan el progreso. De cualquier modo, e independientemente de la dimensión en que nos encontremos, los rompecabezas nos pondrán a pensar, analizar y experimentar. Nunca son demasiado fáciles, pero tampoco exageradamente difíciles como para no poder resolverlos. Cada uno de los tres primeros templos introduce nuevas mecánicas y las pone a prueba. El objetivo es que cuando lleguemos al cuarto templo contemos con el conocimiento necesario, puesto que ahí todas las mecánicas comienzan a mezclarse.

A pesar de ello y aunque se introducen varias mecánicas a lo largo de la aventura, Guayota gira sobre una misma estructura. Llegado el final, es fácil notar que lo único que realizamos fueron diferentes acciones para resolver acertijos que emplean las mismas reglas. A veces el número de altares a iluminar al mismo tiempo puede aumentar. En otras ocasiones, es necesario prestar más atención a las trampas, que dicho sea de paso, se sienten injustas y molestas, particularmente en las instancias finales. Pero más allá de eso, el bucle se mantiene inalterado: Cruzar una puerta, resolver el rompecabezas, obtener la recompensa y pasar a la siguiente habitación.

Independientemente de la jugabilidad, Team Delusion realizó un trabajo notable a la hora de plasmar la historia. Poder conocer parte de la cultura aborigen de las Islas Canarias es realmente interesante. En este sentido, el equipo de desarrollo realizó un trabajo de investigación muy bueno. No sólo por dar visibilidad a los mitos Guanches, sino por fusionarlos con una narrativa lovecraftiana que aporta un toque muy particular y único.

Guayota Review

Guayota tiene todos los elementos de una gran aventura de rompecabezas: un entorno mitológico único, buena variedad de acertijos, y una historia muy interesante. Además, las mecánicas se incorporan progresivamente, otorgando un balance amigable en términos de dificultad. Sin embargo, este se rompe de cara al final, donde las trampas se tornan bastante frustrantes y la jugabilidad comienza a perder algo de fuelle debido a la repetitividad. Pese a ello, el juego logra sostenerse gracias a que ofrece una experiencia sólida que se deja disfrutar a nuestro ritmo, sin prisas ni estrés.


FICHA TÉCNICA:

Compartir artículo:

Cebanos un Matecito

Sobre Franco Borgogna

Periodista apasionado por los videojuegos que sueña en mundos pixel-art sin caídas de frames. Streamer a tiempo parcial, fundador de la comunidad “La Orden del Pixel”, amante de la series, las películas y los comics.


Artículos más recientes

Buscar