A veces sólo hace falta una interesante ambientación, un refinado arte pixel art y un trailer que toque las teclas justas para que un videojuego logre cautivar el corazón de los jugadores. Sin embargo, esto puede convertirse en un arma de doble filo, debido a las expectativas que ello genera. Desde su anuncio, Gestalt: Steam & Cinder anticipaba incertidumbre, pero también fascinación. Con cada avance, el trabajo de Metamorphosis Games, se antojaba hermoso e ilusionaba gracias a una música genial y unas animaciones muy bien cuidadas. Luego de una larga espera, llegó el momento de poder jugarlo y debo decir que me dejó algo insatisfecho, aunque -paradójicamente- con ganas de más. Resulta curiosa dicha dicotomía, puesto que es un buen juego, pero que no llega a explotar tanto como esperaba.
Gestalt: Steam & Cinder es un metroidvania cuyo enfoque principal se encuentra en la narrativa, con una jugabilidad que si bien no reinventa el género, aporta ciertos toques particulares que lo diferencian ligeramente de otras propuestas del género. La historia gira en torno a un suceso denominado ‘la calamidad’, en que el cielo se partió en dos abriendo un portal hacia el abismo. De esta dimensión surgieron horripilantes criaturas, desatando el caos. En un último y desesperado intento por sobrevivir, los humanos se vieron forzados a cruzar el umbral y, haciendo uso de el mismísimo poder de los demonios, crearon armaduras de acero y vapor. El detalle es que debieron renunciar a su humanidad en el proceso, pero logrando cumplir su cometido. Un prólogo bastante completo que cumple con su función de sumergirnos en este universo.
Como jugadores seguimos la historia de Aletheia, una mercenaria que se ve inmersa en una serie de enigmáticos sucesos vinculados al abismo, a su propio origen, y lo que tiene planeado el reino con respecto a lo acontecido en el pasado. Tal como mencioné, Gestalt: Steam & Cinder pone especial énfasis en la narrativa, y además de las peripecias de nuestra protagonista, también nos deja entrever que sucede con el resto de personajes que conocemos a medida avanza la trama. Sin lugar a dudas, la historia es el apartado más trabajado de la propuesta. Tiene giros bastante interesantes y una construcción de mundo excelente. La verdad es que me hubiese gustado explorar aún más todo esto. No obstante, sin ánimos de spoilear nada, es un deseo que puede llegar a cumplirse de cara a futuro.
En términos de jugabilidad, el título presenta algunos altibajos. La exploración, pese a que estamos frente a un metroidvania es bastante lineal. No hay zonas secundarias o secretas, aunque cuenta con los típicos objetos coleccionables -unos adorables Corgis- pero que no podemos obtener hasta adquirir una habilidad en concreto. También hay misiones secundarias, y los típicos tablones con encargos genéricos del tipo ‘matar X cantidad de determinado enemigo’. Si bien en conjunto contribuyen a extender la vida útil del juego, la verdad es que no hay mucho más por hacer. Diría que en términos de contenido, es algo escueto.
Por otra parte, nuestra protagonista cuenta únicamente dos armas: Una espada para combatir cuerpo a cuerpo, y un revólver para atacar a distancia. Esta última resulta bastante más interesante, ya que si bien los disparos están limitados, pueden regenerarse atacando enemigos. No obstante, lo mejor es que eventualmente podemos mejorar las balas, lo que permite romper el balance de los enemigos y aturdirlos con mucha mayor eficacia que hacerlo a espadazo limpio. Si bien el combate puede sentirse un tanto monótono en primera instancia, dicho sentimiento comienza a mitigarse a medida la aventura avanza. Esto se debe principalmente al sistema de parámetros y accesorios, además de las típicas habilidades del género, como el mítico doble salto.
En Gestalt: Steam & Cinder nuestro progreso está representado por diversos sistemas. Por un lado, tenemos un árbol de habilidades que gira en torno a nuestras armas y movimientos. Conforme avanzamos, recibimos puntos que podemos repartir, pudiendo escoger qué parámetros mejorar o qué movimientos desbloquear. Lo interesante es que dichos puntos pueden obtenerse de varias formas, ya sea subiendo de nivel, mediante la destrucción de unas esferas, o comulgando con puntos de guardado y viaje rápido.
Por otra parte, tenemos los accesorios, que van de la mano del anterior sistema. La diferencia es que estos nos otorgan bonos pasivos que aumentan nuestras estadísticas, pudiendo incluso combinarlos y mejorar su eficacia haciendo uso de la fragua del herrero. Dentro de todo, ambos sistemas encajan muy bien entre sí. También contamos con un tablón de recompensas, aunque no aporta demasiado. Cabe mencionar que mediante todo esto, podemos establecer distintas configuraciones que nos pueden facilitar mucho las cosas en las batallas contra los jefes más complicados. Durante dichas contiendas, la barra de balance y el aturdimiento se vuelven herramientas fundamentales contra algunos de ellos, lo cual le da algo más de dinamismo.
Gestalt: Steam & Cinder es un juego que sabe a poco, pero no porque falle en su planteo ni mucho menos, sino porque prácticamente no innova en ningún aspecto. Es un videojuego que cumple a lo largo de las 12 horas que puede tomar completarlo en su totalidad. Esto no es algo particularmente malo, porque indudablemente, el mayor inconveniente es que las expectativas que tenía por el desarrollo de Metamorphosis Games eran realmente altas. Al margen de ello, la experiencia en sí fue bastante grata, especialmente gracias a su fantástica ambientación steampunk, a un bellísimo apartado gráfico pixel art y a una banda sonora muy acorde con la ambientación. Un petit metroidvania que nos puede alegrar un fin de semana, puesto que no nos dejará escapar de sus garras hasta haberlo terminado.
Sobre David Cedres
Fanático del anime, la ciencia ficción y por supuesto los videojuegos, de preferencia indies.
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