FORT SOLIS – Análisis

FORT SOLIS – Análisis

Un thriller sci-fi en tus manos

En un futuro cercano, una inspección repentina en una base minera en Marte da pie a Fort Solis, una aventura cinemática densa, agobiante y visualmente espectacular


La industria del gaming siempre tuvo una gama de juegos centrados en ofrecer una experiencia narrativa por sobre el resto de sus elementos. Desde aventuras de texto, pasando por las queridas aventuras gráficas, e incluso los RPG’s. Sin embargo, en parte gracias a Telltales y su modernización del género, otros estudios vieron que existía una veta comercial para proyectos experimentales. Algunos debatirán si, al carecer de componentes lúdicos tradicionales, pueden considerarse o no como «juegos». Pero en mi opinión toda experiencia interactiva que persiga el fin del entretenimiento debería considerarse como tal. Fort Solis es justamente eso.

Fort Solis es una experiencia interactiva enfocada primordialmente en el aspecto narrativo, con un puñado de puzles que resolver y algunos quick time events. Pero lo que en verdad importa es la historia. Sin caer demasiado en spoilers, porque en este caso arruinarles una sorpresa sería imperdonable, voy a darles brevemente el contexto argumental. El juego de Fallen Leaf y Black Drakkar Game es un thriller de ciencia ficción, ubicado temporalmente en un futuro cercano. Concretamente en uno en el que la humanidad ha llegado a Marte para establecer una extensa estructura de bases en las cuales se investiga la posibilidad de desarrollar nuestra forma de vida en el planeta rojo.

La historia nos pone en los zapatos de Jack Leary, un ingeniero que está preparándose para salir de vacaciones a medianoche. Durante una inspección de rutina, junto a su compañera Jessica Appleton, recibe una señal de alerta desde la base minera Fort Solis y decide ir a investigarla. A partir de ese momento, en realidad desde el primer instante en que tomamos control del personaje, el juego utilizará todos los recursos a su disposición para avanzar en la narrativa. Éste es el punto más fuerte de la propuesta. Muy pocos títulos están dispuestos a sacrificar los estándares de movilidad modernos en pos de generar una sensación o propiciar una atmósfera.

En este sentido, el trabajo de los equipos de desarrollo ha sido soberbio. Aprovechan las bondades del Unreal Engine 5, que deslumbra visualmente con sus efectos de iluminación y reflejos en tiempo real, para crear un entorno realista y creíble sin la necesidad de recaer en los viejos trucos del género. Fort Solis no tiene sustos repentinos, ni nos va a apagar la linterna en el peor momento. Por el contrario va a generarnos la ansiedad necesaria a fuerza de una soledad abrumadora y las implicaciones de una historia que se irá desentramando a medida que exploramos la base minera.

Fort Solis podría definirse como un walking simulator, ya que hacemos poco más que caminar y revisar documentación. Habrá tiempo para ver videologs, revisar grabaciones de cámaras de seguridad e interpretar algunas pistas sueltas por el mapeado. También para situaciones que proponen pequeños eventos interactivos que acentúan momentos dramáticos. Pero, en general, es un título orientado a la exploración y a la reconstrucción narrativa de lo que sucedió en la base que le da nombre al juego.

El disfrute de la propuesta depende de cuán largo, e incluso tedioso, nos resulte el período de adaptación al ritmo de juego. La barrera más grande que deberemos atravesar es la imposibilidad absoluta de correr. Jack siempre se moverá a la misma velocidad y habrá que aceptarlo. Esto, lejos de ser un error, es una forma de contarnos que el protagonista está haciendo una revisión de control. Un medio para hacernos entender que no hay motivos para ir corriendo como un poseso en un ambiente con oxígeno limitado. A medida que la narrativa avanza puede cambiar su perspectiva y los controles se adaptan a la situación, pero a lo largo de los 4 capítulos que conforman el juego encontraremos varias decisiones de diseño afines.

Jack cuenta con una herramienta de diagnóstico, como si fuera una computadora personal, en forma de brazalete. Allí leeremos una buena parte de los textos, correos y videos que hacen avanzar la aventura. Todo lo demás lo veremos en computadoras regulares, pero nunca pasaremos a pantalla completa. De hecho, la tercera persona está para marcarnos que somos un observador y también se entiende como algo deliberado. Este tipo de limitaciones están para encauzar la historia, así entendemos que no se trata de un juego con libertades que podemos modificar, sino de una experiencia curada y dirigida con recelo.

Fort Solis muestra su mejor faceta cuando nos dejamos llevar por la narrativa. Cuando desistimos de los impulsos de querer ir corriendo a todos lados. Es mejor abrazar la idea de que vamos a pasar la mejor parte de las próximas 4 horas leyendo correos, observando situaciones turbias y deduciendo el desenlace de la historia. Por suerte, los diálogos están enriquecidos por el excelente trabajo de Roger Clark, en el rol de Jack, Julia Brown como Jessica y de Troy Baker como el Dr. Wyatt Taylor. La exploración en soledad se vuelve más amena gracias a la química tangible que hay entre los protagonistas. Al final del día, parece que estuviéramos escuchando una conversación real entre dos conocidos.

Es difícil apreciar este tipo de experiencias interactivas cuando estamos tan acostumbrados a gamificar todo lo que tocamos. A lo largo de la aventura me encontré intentando correr, por costumbre, y me debatí entre reiniciar o no una sección porque el juego no me dejaba volver a revisar un sector. Sin embargo, cuando aprendemos a soltar ese impulso de coleccionar cositas o pretender una vuelta de tuerca tras cada revelación, Fort Solis logra transmitir una tensión agobiante que nos mantiene al borde del asiento hasta el mismísimo final. Hay un factor de rejugabilidad poco evidente, no es tan lineal como parece, pero prefiero dejar que lo experimenten por sus propios medios. Si buscan acción o un juego tradicional, no encontrarán nada por acá. Pero, si están dispuestos a dejarse llevar por este thriller interactivo, seguro van a pasarlo muy bien.


FICHA TÉCNICA:

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Sobre Sebastián Cigarreta

Periodista especializado en gaming, amante de los juegos incomprendidos y eterno enamorado de los clásicos noventosos. Tengo debilidad por todos los MegaMan, siempre Vega main y soy eterno caballero de Boletaria.


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