EXPEDITIONS: ROME – Análisis

EXPEDITIONS: ROME – Análisis

Para el Cesar, lo que es del Cesar

Expeditions: Rome es un RPG de corte clásico con emocionantes combates por turnos y una hermosa historia para experimentar en la antigua Roma.


Expeditions: Rome es un claro ejemplo de que un videojuego, sin una buena campaña de marketing, es como gritar debajo del agua: Nadie te hace caso. Y la verdad que es una pena, porque Logic Artists, mismo estudio responsable de Expeditions: Vikings y Expeditions: Conquistador, ha demostrado tener buen gusto a la hora de escribir historias interesantes. De todos modos, he de ser sincero, puesto que la primera vez que vi el juego, lo miré de reojo y con cierto escepticismo. Sin embargo, que feliz estoy de haberle dado una oportunidad, puesto que se ha convertido en uno de mis juegos favoritos de este 2022.

Es realmente notable como Expeditions: Rome salta entre géneros tan fácilmente como salta entre continentes. Su historia nos lleva a las orillas del Mediterráneo, pasando por Grecia y Egipto, hasta llegar a la Galia, sin olvidar las calles de la reluciente Roma. Algo similar sucede con sus mecánicas de juego que van desde la estrategia y la gestión de recursos, al combate táctico. Pero lo mejor de todo, es que cada uno de sus sistemas se engloba bajo un robusto RPG, donde no solo hay estadísticas y habilidades que mejorar, sino un desarrollo de personajes complejo que dependerá enteramente de nuestras decisiones. Todo este conjunto, hace un excepcional trabajo para contar una historia de venganza, donde las conspiraciones y la política juegan un papel fundamental.

He de reconocer que si bien algunos de estos sistemas me resultaron simples con el paso de las horas, el juego no nunca llega al punto de extralimitarse. Es decir, el mapa estratégico donde marchamos con la legión, asediando pueblos y asegurando recursos, es muy fácil de comprender. Por su parte las zonas que se pueden visitar para interactuar con distintos personajes y aceptar misiones secundarias, son muy similares a las de cualquier RPG clásico. También hay un campamento, que hace las veces de hub central donde podemos ponernos al día con nuestros compañeros. Allí podemos hablar acerca de sus asuntos personales, conocer su punto de vista respecto de las decisiones tomadas e incluso forjar lazos más estrechos dando inicio a un romance.

Expeditions: Rome Combate

La historia de Expeditions: Rome nos pone en los pies de un joven acaudalado, cuya familia se ve parcialmente destruida por una serie de eventos desafortunados. Sin ahondar demasiado en detalles, lo que sucede es que el padre del protagonista muere en extrañas circunstancias y su presunto asesino se queda con todas sus posesiones. Para evitar que el “héroe” del cuento cometa una locura, es exiliado y puesto en tutela bajo un alto cargo militar, que será quien nos enseñe cómo funciona cada una de las vertientes del juego. He de decir que no hay demasiadas opciones de personalización, estando limitadas al sexo, apariencia y elección de un rasgo principal. También se puede optar por una de 4 clases disponibles, todas dentro de los arquetipos clásicos, que cuentan con tres ramas de especialización.

Como todo buen juego de rol que se precie, Expeditions: Rome introduce a cinco compañeros que nos acompañan durante toda la aventura. Además de cubrir toda la gama de clases disponibles, estos personajes tienen tramas propias que irán avanzando conforme lo haga el juego. A todo esto, también se nos da la posibilidad de contratar hasta 8 unidades “genéricas” adicionales que, tarde o temprano, serán de vital necesidad. Esto más que nada porque si bien los compañeros principales son necesarios para la mayoría de las batallas que conforman la historia, algunas misiones secundarias solo permiten enviar a uno de ellos. Esto obliga a completar el resto del escuadrón con estas unidades adicionales.

Volviendo a los personajes principales, al inicio de la aventura eran un poco raros, ajenos y distantes. Sin embargo, con el paso de las horas, sentí que los iba conociendo y que esa brecha que me separaba de ellos se iba acortando. Y la verdad es que me sorprendió y disfruté mucho siendo testigo del crecimiento y el cambio de cada uno de ellos. Tal fue el apego que, sobre el final de la partida, noté que las decisiones que tomaba, eran pensando en lo mejor para ellos. También los ayudé cada vez que tenían algún problema o necesidad. Lo genial, es que algunos de ellos establecen relaciones de amistad entre sí, y a partir de eso pude ver como su forma de pensar, la perspectiva respecto de la vida y su visión del futuro iba cambiando. De más está decir que esto hizo que me encariñara mucho más con cada uno de ellos.

Respecto a esto, una de las interacciones de personajes que considero que se llevó a cabo de forma espectacular durante toda la partida y hasta el final del juego, fue la que se produjo entre el «héroe», uno de sus compañeros y el antagonista, Vitellius Lurco. Esta relación en concreto termina con un clímax sensacional que no voy a detallar, porque no quiero hacer spoilers de ningún tipo. Solo remarcar el hecho de que es fantástico.

En cuanto al antagonista, la forma en que se introduce está muy bien lograda. Al comienzo es como que se mantiene al margen de la historia, como un espectador. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo y la trama evoluciona, su participación se vuelve más integral y complicada. Lo que más me gustó, es que en lugar de ser explícitamente malvado o corrupto, resulta ser un tipo de persona cuya personalidad es incompatible con la de nuestro protagonista. De hecho, algunos de sus rasgos por momentos me hicieron pensar en “Hey, este tipo no está equivocado en lo que quiere”. Aunque su soberbia y frialdad, me hicieron detestarlo profundamente. Y lo curioso, es que pareciera ser que el título sabía que iba a generar esta dicotomía, llegando a ponerme en medio de una alianza incómoda con Lurco, la cual claramente, terminó escalando a un punto crítico.

Expeditions: Rome Barco

Si bien la historia y la dinámica de los personajes fueron muy agradables, hay algunos detalles de Expeditions: Rome que no me gustaron demasiado. Me refiero concretamente a cuestiones inherentes a la gestión de mis unidades con respecto al equipo. A lo largo de las diferentes campañas, es muy común encontrar nuevas armaduras y armas las cuales están divididas por niveles. Es decir, hay una calidad para cada artículo, como Usado, Regular, Bueno o Impoluto. Pero además, hay un nivel numerado asignado a cada pieza de equipo, como por ejemplo un Gladius Usado II es más fuerte que un Gladius Usado I. La calidad de un arma determina las características únicas que podría tener, mientras que el nivel representa la fuerza o daño.

Sin embargo, aunque en general me gusta la gestión de inventario en la mayoría de los juegos, la falta de opciones de clasificación y una interfaz de usuario algo torpe, hicieron que esto fuera una tarea engorrosa cada vez que quería actualizar o cambiar el equipo de mis tropas. Las opciones para organizar el inventario solo se limitan a ordenar el equipo por antiguo, nuevo o nombre, pero no por rareza o nivel, lo que habría tenido más sentido. Además de eso, en varios momentos del juego, por cuestiones narrativas, el equipo de las unidades es removido automáticamente.

Esto claramente se tradujo en que en más de una ocasión estuve obligado a navegar por el inventario, intentando recordar qué espada, escudo o armadura tenía equipado cada uno. Al final, a fin de sanear el inventario, lo que hice fue destruir todo el equipo que no usara, ya que tampoco se puede vender. También sentí que la forja, que permite actualizar y modificar el equipo, se desbloquea demasiado tarde y no pude sacar mucho provecho de un sistema que hubiera sido de mayor utilidad en etapas más tempranas.

Expeditions Rome Inventario

La otra arista principal de la propuesta es la Conquista de la Legión. En un punto de la aventura, tomaremos el control de la legión Victrix. Esto da lugar a una nueva mecánica de corte estratégico, que tiene lugar en el mapa mundial. La legión puede ser enviada a distintos asentamientos que pueden ser conquistados. Claro que tomar control de estos lugares no será sencillo y habrá que plantar batalla, en una especie de “mini-juego” con cartas. Es decir, en lugar de controlar directamente a las unidades en la batalla, como podría suceder en cualquier juego de estrategia, las legiones se enfrentan entre sí en batallas automáticas en las que podemos interceder cada cierto tiempo. El resultado se define en función de la fuerza general de la legión, teniendo en cuenta la cantidad de soldados, experiencia de batalla, la moral y las capacidades del centurión elegido para liderar la legión.

En cuanto a nuestra participación en estos segmentos, se limitan tan solo a cuatro interacciones donde se seleccionan diferentes estrategias (Cartas) que defienden el comportamiento de las tropas. También pueden modificar la moral, la cantidad de soldados heridos e incluso el botín que se conseguirá con la victoria. Si bien estas batallas son bastante numerosas y frecuentes, suelen ser rápidas e incluso pueden acelerarse o resolverse automáticamente. Cabe destacar que es una mecánica que no puede pasarse completamente por alto, ya que es importante para conseguir los recursos que nos permitan mejorar el campamento principal. Desafortunadamente, toda esta capa de estrategia no llega a tener un peso contundente en el juego. A ver, no es que esperara un Total War, pero ni en el nivel de dificultad “Difícil” tuve problema alguno con la gestión de raciones, soldados o dinero necesario para mantener la legión completamente operativa.

Ahora, los segmentos de combate donde controlamos al personaje principal y sus compañeros, ese es otro cantar. Los mapas ofrecen una amplia gama de posibilidades tácticas, como coberturas o el aprovechamiento de la altura. Pero también hay objetos que pueden ser utilizados, como por ejemplo barriles de aceite con los que dar inicio a un incendio. Además, cada mapa resulta ser bastante grande y, en ocasiones, incluso abarcan varias ubicaciones, cada una con un objetivo específico. Un detalle que me gustó, es que a veces, hay unidades aliadas controladas por IA que luchan junto a nuestro grupo, potenciando la sensación de escala, desde una escaramuza hasta una batalla multitudinaria. Pero cuidado, que en ocasiones los enemigos también pueden pedir refuerzos, aumentando la urgencia de cumplir con el objetivo en cuestión, haciendo que el estilo de juego conservador, cambie por uno mucho más agresivo. Como resultado, cada encuentro se siente dinámico y muy entretenido.

Podría extenderme mucho más hablando de Expeditions: Rome y sus mecánicas. Sin embargo, cualquiera que haya jugado a un título táctico tipo XCOM, conocerá de sobra cómo funcionan los combates. Realmente, el punto más álgido de la producción está en el esfuerzo que pone en contar una historia que se siente única y que puede variar de acuerdo a las decisiones tomadas. Además, hay una particular mezcla de eventos y personajes históricos reales, pero que pueden tener un final prematuro de acuerdo a las acciones que llevemos a cabo. Todo esto, no solo modifica la forma en que se desarrolla la trama, sino también en los desenlaces de esta. El juego tiene al menos 5 finales, pero solo para el protagonista, porque de acuerdo a lo que hayamos hecho, los arcos de los compañeros o de otros personajes variarán, haciendo que siempre esté esa espinita de “¿Que hubiera pasado sí…?”.

Expeditions Rome Legión Invicta

Como dije al comienzo, Expeditions: Rome se convirtió en uno de mis juegos favoritos de este año. Disfruté mucho del desarrollo de cada uno de sus personajes y su evolución, puesto que todo ello contribuye a redondear una trama sorprendentemente convincente, llena de intrigas, complots políticos y mucho misterio. Además, la variedad de entornos y la profundidad de su sistema de combate táctico, compensan con creces un manejo de inventario torpe y su modo legión que, si bien no está nada mal, se siente un poco desaprovechado. Para concluir, solo diré que el desarrollo de Logic Artist es muy recomendable para cualquiera que disfrute de los RPGs y de los combates por turnos, incluso si no sienten suficiente apego por un setting como el de la antigua Roma. Les aseguro que este juego me demostró que no siempre hacen falta caballeros, brujas y dragones para contar una historia sumamente épica en un RPG.


FICHA TÉCNICA:

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Sobre Franco Borgogna

Periodista apasionado por los videojuegos que sueña en mundos pixel-art sin caídas de frames. Streamer a tiempo parcial, fundador de la comunidad “La Orden del Pixel”, amante de la series, las películas y los comics.


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