por Franco Borgogna
A menudo, es muy fácil olvidar que en nuestro planeta convivimos con miles de especies animales que, al igual que los humanos, deben cubrir sus necesidades básicas. La Tierra no solo es el hogar del hombre, pero a este no parece importarle la destrucción que genera minuto a minuto. Endling – Extinction is Forever es un juego que invita a la reflexión y a pensar en estas cuestiones, con el objetivo de concientizar y de arrancarnos unas lágrimas en el proceso. Lo mejor de todo, es que el desarrollo de Herobeat Studios consigue esta profundidad emocional dejando de lado los diálogos. Lo hacen apelando a la crudeza, la empatía, a la necesidad de supervivencia y al amor. El amor de una madre por sus hijos. Este es el tipo de juegos que, desde los primeros segundos puedes intuir que te hará llorar en algún momento. Spoiler: no falla.
Endling – Extinction is Forever (Endling de aquí en más) nos pone bajo el pelaje de una zorra que huye despavorida en busca de un refugio a través de un bosque en llamas. No estamos solos en esta carrera de supervivencia. En nuestra huida, podemos ver a pequeños conejos y otros animales que buscan salvar su vida. También a un alce desesperado, con su cornamenta en llamas.
Finalmente, tras una larga carrera, llegamos a un precipicio con las llamas lamiendo nuestras patas. Es el final del camino. Es entonces que el alce irrumpe en pantalla con sus cuernos prendidos fuego, corcoveando furiosamente, tratando de apagarlos. En su frustración, carga contra la cánida protagonista, haciendo que ambos caigan por el borde del precipicio. Mientras la zorra aterriza sobre unas viejas bolsas de basura, el alce no tiene tanta suerte. Es un inicio trepidante, desgarrador e intenso, que marca el tenor de la producción.
Habiendo escapado del peligro, finalmente hallamos una pequeña cueva donde la zorra da a luz a cuatro cachorros. Un detalle es que la zorra que controlamos, no es cualquiera: Se trata de la última madre zorro en la Tierra. En fin, estos simpáticos animalitos -a los cuales podemos personalizar su pelaje- se convertirán en el centro sobre el que girará la acción del juego. Nuestra primera tarea será la de procurar comida para las crías. Para ello, estaremos obligados a abandonar la “seguridad” del refugio y salir en busca de alimentos bajo el cobijo de la noche. Pero estas no serán las únicas preocupaciones puesto que también tendremos que velar por la seguridad de los pequeños zorritos. En este mundo destrozado por la mano del hombre, acechan muchos peligros. Cazadores, peleteros y otros depredadores, son tan solo algunos de ellos.
El juego se desarrolla sobre un mapa 2.5D fijo. Es decir, nos movemos por caminos de derecha a izquierda, aunque hay varios giros e intersecciones que lo dotan de cierta profundidad. Esto hace que el mundo se sienta mucho más grande de lo que es. Además, la exploración eventualmente generará nuevas rutas y lugares que visitar. Por dicho motivo -y a pesar que rompe un poco con la inmersión- es que hay un mapa que permite realizar un seguimiento de las áreas desbloqueadas y los puntos de interés. A todo esto, hay un ciclo día/noche que influye en los peligros que podemos encontrarnos por el camino.
Mientras exploramos, podemos presionar un botón para olfatear roedores que cazar. Una vez hallamos nuestra presa, el cazarla requerirá de una aproximación sigilosa. Al fin y al cabo, son animales que también tienen instinto de supervivencia y si nos escuchan acercarnos, huirán despavoridos. Algo que me llamó la atención, es que si cazamos más de lo necesario, luego será más difícil hallar comida porque los animalitos no se regeneran. Es por ello que existen otras fuentes de sustento, como desperdicios que dejan los humanos en bolsas de residuos o frutas. Cualquier cosa es buena con tal de mantener el estómago lleno.
Esta primera parte funciona como un pequeño tutorial donde se aprenden las mecánicas básicas. Cuando el juego “realmente” comienza, es cuando nuestra familia se rompe. Quiero aclarar que esto no es un spoiler, sino lo que da sentido al desarrollo de la aventura. Lo que sucede, es que un trampero captura a uno de los cachorros. Es a partir de entonces, que además de cuidar a los otros 3 pequeños, tendremos que seguir el rastro de la cría desaparecida. Los rastros (que son bastantes) se presentan como recuerdos que nos permiten hacernos una idea de que sucedió. Es casi como ir armando un rompecabezas a lo largo de los 30 días en que transcurre el juego. Y honestamente, me encantó. Me sentí muy comprometido con la misión. Al fin y al cabo, salvo excepciones claro está, el amor de una madre es el sentimiento más intenso y cálido del mundo.
A medida que se siguen los rastros del cachorro capturado, también se irán desarrollando tramas paralelas. No todos los animales o humanos de este mundo son agresivos, sino que tienen sus propios problemas y preocupaciones. Hay un tejón con el que mantenemos una relación tensa, pero que poco a poco se irá fortaleciendo. También hay una niña que muy amablemente suele ofrecer alimentos para saciar el apetito de los zorritos. Otras veces podemos ver a gente reunida alrededor de fogatas, cantando alegres canciones, o también ser testigos de cómo algunas personas lloran a sus seres queridos.
El trasfondo narrativo de Endling resulta verosímil, creíble y está lleno de hermosos detalles que descubrir. Nada es blanco o negro. Son seres vivos intentando llevar sus vidas del mejor modo que pueden. Es triste notar durante la exploración como las fábricas continúan devastando los recursos naturales del planeta. El juego nos tira a la cara, sin ningún tipo de sutilezas, un mensaje ambiental para que tomemos conciencia ¡La extinción es para siempre! Y aunque este puede que no sea el estado actual del mundo, está claro que desde Herobeat Studios pretenden concientizarnos de que es esa la dirección a la que vamos.
Todos estos detalles también se notan en su jugabilidad, que si bien es simple, esconde algunos matices. Cuestiones como gestionar la rapidez con que se vuelve a la guarida cada noche, no alimentarse más de lo necesario, moverse sigilosamente para que los búhos no nos detecten o evitar las trampas para los osos. Todo esto tiene consecuencias negativas cuyo desenlace -por norma general- será que uno de los cachorros termine muerto. Pero a la misma vez, es el riesgo que se debe correr. Porque si se falla en nuestro objetivo, de igual modo serán los pequeños zorritos los que paguen el precio. Y te aseguro que eso no es algo que quieras que pase.
Cada decisión de diseño en Endling está meticulosamente pensada para encariñarse con los cachorros. Desde el poder elegir su color a las escenas que tienen lugar en la guarida que muestran cómo duermen junto a su madre o juegan entre ellos, hacen que nos preocupemos por su bienestar. A medida que el juego avanza, los zorritos van creciendo y cambiando su aspecto. Cada uno aprende habilidades únicas que pueden utilizar en la naturaleza, infundiéndoles con esto una suerte de personalidad.
Como una madre zorra, luchamos para protegerlos o calmarlos cuando están asustados. Realmente sentí una conexión ahí. Es por esto que perder tan solo a uno, se volvió inaceptable. La muerte es un tema que impregna a la producción, sí. Pero se sentía como un mazazo en el pecho cuando mis mejores esfuerzos no eran suficientes para cuidarlos. El título sabe como tocar esas fibras sensibles. Y todo se potencia con unas animaciones muy buenas que transmiten a la perfección las emociones de los animales.
Para terminar solo quiero mencionar que la dirección artística respalda este mundo de una forma singular. Gráficamente es simple, sencillo, pero visualmente hermoso. La paleta de colores escogida para cada segmento es excelente, puesto que establece un tono vivo en los bosques y uno bastante más lúgubre en las zonas industrializadas. Todo esto se complementa con una musicalización conmovedora. Las melodías se adaptan a cada secuencia y ayudan a construir momentos de paz, con una instrumentación a base de cuerdas, pero también de tensión con el estridente sonido de una guitarra eléctrica. Indudablemente, en este aspecto se nota un gran trabajo de diseño para hacer que el corazón se acelere, se calme o se hunda en la tristeza, según la situación lo amerite.
Endling – Extinction is Forever es una propuesta que esconde un poderoso mensaje, tanto en su narrativa como en su propio título. El trabajo de Herobeat Studios se cimienta sobre lo mencionado para ofrecer una historia llena de matices, con hermosas secuencias de amor, pero también con una crudeza trágica que sirve para respaldar el mensaje que busca transmitir. En mi experiencia, terminé el juego en medio de un mar de lágrimas. Contento, enojado, reflexivo. Es realmente conmovedor y sabe cómo transmitir mucho sin decir una palabra. En rsumidas cuentas, es una invitación a la reflexión acerca de lo codicioso que puede ser el hombre, aun cuando todo se va al carajo, y de cuánto podemos aprender de los animales.
Sobre Franco Borgogna
Periodista apasionado por los videojuegos que sueña en mundos pixel-art sin caídas de frames. Streamer a tiempo parcial, fundador de la comunidad “La Orden del Pixel”, amante de la series, las películas y los comics.
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