DOME KEEPER – Primer Contacto

DOME KEEPER – Primer Contacto

Domo arigato, misuta Robotto

Dome Keeper es la culminación de un proyecto creativo que tuvo su génesis en una Game Jam, el cual se presenta como un título concebido con mucho cariño


Impresiones basadas en la versión demo de Dome Keeper probada en Gamescom 2022. Para más información, te invitamos a leer el análisis completo.

Lo he dicho mil veces y, sin temor a quedar reiterativo, lo vuelvo a decir: Me encantan los juegos indie y me gusta el pixel art. Me es imposible no quedarme maravillado ante un bello grupo de coloridos píxeles animados. Y lo peor, es que cada vez que veo un juego de ese estilo, automáticamente se va a mi lista de deseados de Steam. Ya habrá tiempo para revisar que tan buena o mala es la propuesta, lo importante es tenerlo en la mira. En mi paso por Gamescom, vi títulos tremendamente prometedores y muchos de estos -sea por cuestiones presupuestarias o por simple gusto- apelan por hacer uso del citado estilo artístico. Dome Keeper es uno de esos videojuegos. Una propuesta que, además, me recuerda muchísimo a Kingdom (Lo cual es genial), pero con un plano de juego vertical.

Antes de meterme de lleno en el juego, comentar que inicialmente Dome Keeper tenía otro nombre: Dome Romantik. No estoy seguro del porqué de este nombre, pero se me hace que es por la pasión que tiene el equipo de desarrollo por los videojuegos. Todo comienza cuando Bippinbits, estudio indie compuesto por Anne y René (Un matrimonio afincado en Alemania) comienzan a concurrir a eventos de “Game Jams”. Principalmente a la Ludum Dare. En lo que fuera su décima participación en dicho evento, es que surge el proyecto con su nombre original.

El caso es que este prototipo se volvió tan popular que decidieron seguir adelante con el desarrollo. Fue así que luego de que el nombre cambiara a como lo conocemos ahora, se incorporaron los talentos de Cameron Paxton para hacer música para el juego y Martin Kvale para el diseño sonoro. Posteriormente también se sumaron John Watson para ayudar con la programación y Brandon Schenk con las animaciones. Finalmente Raw Fury vió que acá había talento y fin del cuento. Una historia muy bonita, sin lugar a dudas.

Dome Keeper combina muchos elementos diferentes que me gustan y me pareció bastante intrigante cuando lo probé por primera vez. Vergüenza debería darme que se me haya pasado por debajo del radar. Es un juego de gestión de recursos y exploración, que choca con una vertiente tower defense a la que se añaden elementos roguelike. Básicamente, el objetivo es explorar las profundidades de un planeta, minar recursos (Hierro, cobalto y agua) y defender un domo que nos protege contra las amenazas del mundo exterior. Parece sencillo -y técnicamente lo es- pero, conseguir un balance entre cada actividad, requiere de práctica. Mucha práctica.

Por si se lo están preguntando, el desarrollo de Bippinbits nos lleva a un planeta ¿Que planeta? No lo sé. Llámemosle X. Nuestro personaje -un astronauta- parece estar en alguna especie de misión de exploración, o quizá sea el último sobreviviente de esta. En la superficie hay una pequeña cúpula que tendremos que defender de ataques perpetrados por criaturas sumamente hostiles. Los enemigos son una especie de sombra o similar. Algo indescriptible que hasta de pronto se lo podría considerar casi lovecraftiano. Estos seres son muy agresivos y su objetivo es muy claro: Destruir el domo a como dé lugar. Para defendernos contamos con una especie de rayo láser que se dispara mediante un cañón que puede moverse de izquierda a derecha. Es muy importante tener en cuenta que esta es la única arma de la que disponemos, por lo que hay que usarla de forma bastante estratégica.

Quizá se pregunten ¿Pero qué onda el domo? ¿Por qué los bichos esos quieren destruirlo? ¿Qué hace el personaje en este planeta? Bueno, para contestar a todo eso, quizá habrá que esperar a que el juego salga completo, porque la demostración no estuvo enfocada en la historia, sino en el gameplay. En fin, que entre ataque y ataque, disponemos de una cantidad de tiempo limitada para hacer otras cosas, como por ejemplo, minar.

Esos segundos se vuelven el recurso más valioso de todos y un factor crucial que puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Minar tiene su truco, porque no es solo romper piedras y listo, tenes el recurso disponible. No. Acá hay que extraerlos y llevarlos hasta una especie de trituradora que hay en el domo, para recién ahí disponer de ellos. Pero guarda que hay truco: Los materiales pesan y la fuerza de nuestro personaje es limitada. Hay toda una cuestión de gestión que es mucho más elaborada de lo que pueda parecer a simple vista. Y es genial.

Es muy interesante el planteo de Dome Keeper, porque entre cada ataque es imprescindible cavar debajo de la superficie para conseguir recursos valiosos. Gracias a ellos es que se pueden comprar mejoras. Por ejemplo, podemos aumentar la salud de la cúpula, la velocidad de extracción de materiales, la fuerza de transporte y velocidad de vuelo. Hay varias ramas de mejoras y todas son igualmente importantes, por lo que hay que elegir sabiamente en cuál invertir los recursos. Eso sí, siempre, ¡Siempre! hay que tener un ojo puesto en la barrita del tiempo para volver a la cúpula y estar preparados para cuando llegue la próxima ola de ataque.

Ahí es cuando surgen cuestiones como ¿Qué tan profundo se va a poder excavar la próxima vez? y más importante aún ¿Cuánto se puede tardar en volver? Honestamente es mucha tensión para un juego -aparentemente- simple. Añadir que hay otros factores que pueden complicar las cosas de sobremanera y que hacen que las mejoras, por mínimas que sean, marquen una gran diferencia. A medida que más profundo se excava, la roca también se vuelve más dura.

Un detalle a tener en cuenta también que los materiales pesan, el tiempo se agota y los enemigos son implacables. Además, el hecho de que los niveles se generan aleatoriamente hace que cambie mucho la estrategia a seguir. En virtud de ello, a veces puede ser mejor invertir en la resistencia del domo, mientras que otras veces, es posible que lo indicado sea aumentar la potencia del láser. Sin embargo, sin importar que sea lo que se haga, el objetivo es el mismo: Sobrevivir.

Por suerte no todas son contras y para mi fortuna descubrí que también hay algunos dispositivos que cambian las reglas del juego. Por ejemplo, en una run encontré una especie de teleport que me llevaba directamente a la base tanto al personaje, como a los recursos que llevara encima. Este tipo de dispositivos se sienten muy poderosos porque tienen un gran impacto en el gameplay. Según me comentaron sus responsables, hay otros dispositivos igual de útiles, que hacen que invertir un par de segundos de más excavando, valga la pena.

Dome Keeper Defensa del Domo

Dome Keeper tiene todos los condimentos para ser un “come horas”. No solo es un juego desafiante, sino que su banda sonora es muy buena, al igual que su estilo artístico. Es una propuesta interesante, muy sencilla en apariencia, aunque bastante difícil en general. Hay mucho micromanagement y entender cómo todo funciona, puede tomar -cuanto menos- un par de intentos. Bueno, es lo que a mi personalmente me tomó. Se nota que hay mucha atención al detalle por parte de Bippinbits y esto se percibe no sólo en términos de mecánicas, sino en las animaciones, los colores y variedad de entornos. Creo que, si como yo, son de aquellos que disfrutaron con Kingdom, este es un interesante título al que darle un vistazo ¿Qué “porque”? ¡No hay porqué! Bueno, en realidad sí: ¡Es un juego bastante divertido!


FICHA TÉCNICA:

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Sobre Franco Borgogna

Periodista apasionado por los videojuegos que sueña en mundos pixel-art sin caídas de frames. Streamer a tiempo parcial, fundador de la comunidad “La Orden del Pixel”, amante de la series, las películas y los comics.


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