Al momento de escribir mis primeras impresiones acerca de Dome Keeper, comentaba que tenía todos los condimentos para ser un “come horas”. Spoiler alert, no estaba equivocado. Una cosa es probar un juego en un evento durante unos minutos y otra muy distinta es disfrutarlo desde la comodidad del hogar. Esto permite que uno pueda revisar, estudiar y analizar las mecánicas con una perspectiva diferente. Acá no hay una “build” pre-armada ni tampoco tenés a los desarrolladores contandote secretos para hacerte la vida más fácil. Es uno contra el videojuego en su versión final. Pero ¿Saben que? Las impresiones no han cambiado, puesto que me lo he pasado estupendamente bien con el trabajo de Bippinbits. El caso es que muchas veces, las ideas sencillas suelen ser las mejores.
Dome Keeper plantea el roguelite desde un enfoque duradero y muy satisfactorio. Es un juego que, ya con su apartado técnico, estimula los sentidos. Luego, toma los conceptos del género, los empaqueta en un formato muy ameno, añadiendo un factor de supervivencia y gestión confiriéndole un toque único. Todo esto hace que la experiencia de juego sea efectiva, pero también tensa, ya que el factor riesgo-recompensa puede marcar el final prematuro de una run. Lo mejor, es que esa sensación de saber que todo se pudo hacer mejor, hace que uno se sumerja en esta propuesta durante horas. Y esto lo digo no como una expresión de lo que podría ser, sino de lo que es. Es un juego que sin tener turnos, consigue ese efecto de “una más y me voy a dormir”. Cósmico.
En lo que fue mi primer contacto con Dome Keeper, hacía mención a que de la historia sabía poco y nada. Eso sigue igual. Por cierto, perdón de antemano por referenciar al texto anterior, pero este análisis también está construido en base a dichas impresiones. Aclarado esto, sigo. El juego comienza con nuestro personaje cayendo en picado a bordo de una cápsula. Al aterrizar sobre la superficie del planeta “X”, se crea una cúpula, la cual tendremos que defender a toda costa. Técnicamente caemos sobre un habitante de este mundo que, aterrorizado, contempla los últimos minutos de su vida antes de morir aplastado. Esto me lleva a pensar que si el motivo por el cual somos atacados se trata de una especie de vendetta por parte de sus amigos y familiares. Bueno, mejor la corto acá, porque si me pongo a fantasear y elaborar hipótesis, la review se extendería demasiado.
Dome Keeper presenta dos modos de juego: “Cazador de reliquias” y “Prestigio”. El primero de estos -que fue el que probé en Gamescom- consiste en excavar las entrañas de la tierra con el fin de hallar una poderosa reliquia. Esta búsqueda es sobre la que se articula el loop del juego. Básicamente consiste en taladrar bloques, obtener recursos para fortalecer las defensas del domo y mejoras que agilicen el proceso. Por su parte, la segunda modalidad va de aguantar el máximo tiempo posible y obtener la mejor puntuación antes de escapar del planeta o perecer en el intento. La mecánica jugable es exactamente similar. La diferencia es que se añade un contador de puntos que determinará la posición que consigamos en un ranking global.
En ambas modalidades los recursos son tres: Hierro, cobalto y agua. El hierro se utiliza para mejorar las defensas, los puntos de vida de la cúpula y a nuestro personaje. Eso sí, se requiere de planificación para sacar el máximo provecho al recurso más importante de todos: El tiempo. Ahí es cuando se entra en ese circuito de ¿Gasto hierro en mejorar el domo para que aguante más golpes? ¿O mejor los gasto en mejorar el arma con que repeler a los enemigos? ¿Quizá lo ideal sea mejorar la fuerza del taladro o la capacidad de carga del personaje? La forma en que se gasten los materiales, puede establecer que tan fácil o difícil sea la run. Porque como digo, el tiempo es primordial, sí, pero hallar un balance es igual de fundamental.
En medio de todo esto, también entran en juego los artefactos. Estos son objetos que dan acceso a “mejoras extra”. Hay varios, como por ejemplo un explosivo que puede destruir varios bloques de un saque, una especie de criatura que ayuda en la excavación y hasta una torreta defensiva que aturde a los enemigos que resulta ser de extrema ayuda. Aquí entra en juego el agua que, junto al hierro, aumentará la efectividad de dichos dispositivos. Finalmente, el cobalto, es el único medio que el juego ofrece para reparar la cúpula. Como dije, conseguir un balance es indispensable porque los recursos son limitados y hay muchas formas de gastarlos. Vale la pena tener los tres, aunque a corto plazo, el hierro es el más útil y -por suerte- también el más abundante.
Honestamente, me resultó muy emocionante eso de estar buscando recursos frenéticamente mientras mantenía un ojo enfocado en el temporizador que marcaba el próximo ataque alienígena. Que por cierto, esto no es algo que esté por defecto, sino que este marcador ha de ser comprado invirtiendo un poco de hierro. Nada es gratis y toda mejora, aún si es para el HUD, tiene su precio. Pero todas son útiles y no hay material que se gaste en vano. Naturalmente, que un ataque esté próximo significa tener que dejar de minar y volver rápidamente hacia la cúpula. Porque si nosotros no la defendemos ¿Quién lo va a hacer? Ya te lo digo yo: Nadie. Que una run salga bien o mal, además del RNG, dependerá exclusivamente de la gestión del tiempo de quien tenga en sus manos los controles.
A diferencia de la versión anticipada que probé, ahora hay dos sistemas defensivos. Por un lado tenemos un láser, que es exactamente lo que su nombre dice. Este rayo se dispara mediante un cañón que se mueve por el contorno de la cúpula. Es bastante efectivo tanto para los enemigos que vienen por tierra como por aire. Las mejoras consisten en aumentar su poder destructivo y acelerar el movimiento, pero poco más.
En cuanto al otro sistema, es una espada que funciona de forma muy diferente. Se trata de una hoja cortante que también se mueve sobre el domo, pero que tiene más variantes. Es decir, puede cortar, apuñalar e incluso hacer parrys. Si, se que suena loco, pero así es. Si los enemigos se acercan mucho a la cúpula, el corte es lo más efectivo. Pero si atacan por aire, la puñalada es el mejor modo de repelerlos. Básicamente porque se puede disparar la hoja y clavarla en los enemigos. Con el parry se puede cancelar parte del daño y devolver proyectiles.
Si bien es cierto que la espada es mucho más difícil de usar que el láser, también es más poderosa y puede destruir a más enemigos a la vez. Por supuesto, las oleadas atacantes serán más y más fuertes a medida que se avance. Así que, independientemente del arma que se use, mejorarla será vital para sobrevivir. Ah, un detalle es que tanto la espada como el modo prestigio se pueden desbloquear luego de una run exitosa. Lo que honestamente no es tan difícil de lograr. Sin temor a equivocarme, diría que en mi experiencia fueron tres intentos como mucho.
También se pueden desbloquear otros aspectos de juego, como mapas de mayor tamaño y dispositivos defensivos para el domo. El predeterminado es un escudo que absorbe daño y que además puede generar una descarga eléctrica aturdidora. Luego se puede conseguir otro -en mi opinión es el más inutil- que consiste en una especie de árbol que da un fruto que aumenta la fuerza y velocidad del personaje temporalmente. Por último, hay un tercero que es una especie de repelente que mantiene a raya a los enemigos y debilita su ataque. Este en concreto me fue de suma ayuda en los mapas grandes, porque otorga unos valiosos segundos extra para excavar. Ah, también se puede conseguir una nueva clase de personaje. Aunque, en realidad, esto último todavía no está disponible pero llegará en una próxima actualización. Lo cual quiere decir que Bippinbits todavía sigue trabajando en Dome Keeper.
El tamaño de un mapa puede hacer que la duración de la partida varíe sustancialmente. Uno pequeño puede tomar de 20 a 30 minutos, mientras que en uno grande se llega a la hora fácilmente. Siempre, claro está, teniendo en cuenta la habilidad, la capacidad de gestión. Y por supuesto, el RNG. Sucede que no siempre tendremos que hacer frente al mismo tipo de enemigos, y les aseguro que este detalle cambia el curso de una run como no se dan idea. Los que usan ataques cuerpo a cuerpo, son relativamente fáciles de repeler. Pero los que vienen por aire son otra historia debido a su movilidad. Ni hablar cuando aparecen de forma combinada, ya que ahí el dolor de cabeza se vuelve mayúsculo.
En definitiva, considero que todos estos elementos hacen de Dome Keeper uno de los roguelites más interesantes que he jugado en 2022. Bippinbits hace un trabajo realmente fantástico en términos de mecánicas, llegando a ser tan simples de entender y ejecutar que, con una mano se puede controlar al personaje y, con la otra, tomar una cerveza. De hecho, así fue como lo jugué. Es un título sencillo de jugar, fácil de comprender y con un punto de tensión que le confiere un balance fantástico. Y es justamente esa simplicidad que mencioné al comienzo del análisis la que lo convierte en una propuesta genial. En un despiadado e inmisericorde come horas. Siendo completamente honesto, llegado este punto, añadir algo más, sería redundar sobre lo mucho que he disfrutado con este videojuego.
Sobre Franco Borgogna
Periodista apasionado por los videojuegos que sueña en mundos pixel-art sin caídas de frames. Streamer a tiempo parcial, fundador de la comunidad “La Orden del Pixel”, amante de la series, las películas y los comics.
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