DIABLO IV – Primer Contacto

DIABLO IV – Primer Contacto

Decile "chau" a tu tiempo libre

Diablo IV es el regreso de la aclamada saga RPG de acción de Blizzard, añadiendo muchísimas novedades pero tomando las sólidas bases de la segunda entrega casi como punto de partida


Impresiones basadas en la beta cerrada de Diablo IV

Mi relación con Blizzard, es una que se ha ido desgastando con el paso del tiempo. Muchas cosas han pasado desde el lanzamiento de Warcraft III (el original) que han hecho que pierda ese amor que sentía por esta compañía. Es por dicho motivo que las expectativas y el hype que tenía por Diablo IV eran completamente nulos. En primer lugar, porque la tercera parte de este RPG de acción me decepcionó un poco; y en segundo, porque Diablo Immortal me pareció un despropósito. Uno que ni siquiera me tomé la molestia de jugar, porque valoro mucho mi tiempo. Y todo esto sin mencionar la gran polémica que rodea a este emblemático estudio, de la que poco se habla últimamente. Sea como sea, luego de haber podido acceder y probar la beta de la cuarta entrega numerada, las impresiones con las que me he quedado, no podrían ser mejores.

Una de las primeras cosas que llamó mi atención en Diablo IV, es que está más cerca de ser un MMO que de un RPG de acción tradicional. Se que Diablo III ya se había inclinado hacia dicha vertiente, pero acá va un escalón más arriba. En primera instancia, es un juego que requiere loguearse y estar siempre en línea. Luego se implementan sistemas y mecánicas típicas de este tipo de propuestas: chat global, gestos para comunicarse y la creación de clanes a los que invitar a otros usuarios. También hay eventos especiales y batallas contra los jefes de mundo, donde todos los jugadores deben colaborar para salir victoriosos. Acá no hay servidores privados o eso de poder invitar a tus amigos a «tu mundo». Te guste o no, vas a ver a otros aventureros dando vueltas por ahí, aunque colaborar con ellos o no, dependerá de cada quien.

Luego, lo siguiente que me cautivó, es su atmósfera y ambientación. A diferencia de su predecesor, ahora todo se siente más oscuro y solemne. No hay tanto colorido, sino que los entornos son más grises y desolados. Desde los pequeños poblados hasta las grandes ciudades, todo se percibe como si el mundo estuviera al borde del colapso. Y me parece genial, porque el hecho de que un mal ancestral, como lo es Lilith (la antagonista de esta entrega), no es algo menor. También me impactó muchísimo la calidad de las cinemáticas y la forma en que se cuenta la historia. Hay mucho lore y diálogos para quienes deseen profundizar en la trama, pero si se quiere pasar por alto todo ello, se puede disfrutar y entender todo lo que sucede perfectamente. Gracias a esto, Santuario se siente más profundo e interesante que nunca.

Otro aspecto que cabe destacar, es que ahora el mapa de juego es enorme y con una estructura similar al de un mundo abierto, que le sienta muy bien. Hay cinco regiones que descubrir, cada una dividida en varias zonas interconectadas. Esto es algo que me gustó mucho, ya que otorga a Santuario una dimensión completamente diferente. Cada área cuenta con numerosas mazmorras (más de 100, que pueden tardar hasta 30 minutos en completarse), misiones secundarias y muchas cosas más. Explorar hará que ganemos «Renombre», lo que se traduce en recompensas tangibles para todos nuestros personajes. Esto dota a Diablo IV de una gran profundidad y hace que se sienta como una experiencia extremadamente rica en contenido.

Diablo IV MMO

En cuanto al gameplay, no hay muchas sorpresas, aunque sí hay mejoras en calidad de vida y una marcada tendencia hacia Diablo II. Es como un regreso a las bases, lo cual es una locura, en el mejor de los sentidos. Donde más se nota esto, es en el árbol de habilidades. Este serpentea a lo largo de 7 grupos o nodos desde los que se desprenden diferentes opciones, cada una con sus propios niveles de mejora. Ya desde el inicio el abanico de opciones es bastante amplio, dando pie a probar diferentes builds. Además, el hecho de que los puntos invertidos puedan recuperarse y re-invertirse, da mucho margen a la experimentación y a definir nuestro propio estilo de juego. A todo esto, se suma el hecho de que con cada mazmorra completada se obtienen habilidades pasivas específicas para cada clase, que luego se pueden imbuir en distintos objetos.

Algo que me gustó, es que ahora hay un botón para realizar esquivas. Un añadido que puede parecer intrascendente, pero que tiene su razón de ser. El hecho de que nuestro personaje pueda esquivar, tiene aplicaciones defensivas u ofensivas. Por ejemplo, si nos vemos rodeados por un gran número de enemigos, esta maniobra evasiva puede servir para alejarnos y re-posicionarnos para seguir combatiendo. Por contraparte, también puede ser de mucha ayuda para alcanzar rápidamente a esa criatura molesta que ataca a la distancia (si malditos Chamanes, los estoy mirando a ustedes). Sin embargo, donde mayor provecho saque a esta habilidad, fue durante los combates contra los jefes.

A diferencia de anteriores entregas, en Diablo IV los jefes se sienten diferentes. Me refiero a que siempre son un desafío. Creo que esto se debe a que el nivel del mundo escala con nuestro personaje, lo cual hace que nos sintamos poderosos, pero nunca lo suficiente como para reventar a una poderosa criatura con dos o tres ataques. Además, cada uno tiene patrones bastante legibles y añaden variaciones a sus ataques conforme van perdiendo vida. Salvando las grandísimas distancias, esto me recuerda ligeramente a Dark Souls. Por ende, el poder esquivar es fundamental para evitar situaciones de mucho peligro. Eso sí, hay que tener cuidado con el timing y no darle al botón de esquivar como un poseso para no quedar vendido, debido a que tiene un tiempo de recarga.

Diablo IV Inventory

Respecto a las mejoras en calidad de vida, acá se le dice adiós a llenar el inventario de pociones, pergaminos de identificación y de portales a la ciudad. Blizzard resolvió muy bien todo esto dotando al personaje de la capacidad de viajar rápidamente a cualquier punto de viaje rápido con dos clicks (bueno, si es que jugas en PC con mouse y teclado). En cuanto a los objetos curativos, aquí las pócimas no se compran, sino que spawnean como parte del loot. El detalle está en que solo se pueden llevar 4 o 5 -dependiendo del nivel de personaje- aunque su efectividad puede mejorarse en el establecimiento del herbolario, invirtiendo oro y recursos que podemos encontrar por el mundo. 

Lo que sí me gustaría remarcar es que, pese a todo lo mencionado (que es realmente muy bonito), no podés subir las stats de tu clase a voluntad. Una mecánica que se hereda de Diablo III y que, en lo personal, no me gusta. Tampoco encontré una tecla o botón que permita intercambiar armas. Por ejemplo, el Bárbaro puede llevar un hacha en cada mano, un mazo gigantesco y una espada de dos manos. Salvo que inviertas puntos en habilidades asociadas a estas, no hay forma de que se puedan blandir, quedando relegadas a ser un mero adorno. Quizá es algo que se cambie de cara a la versión final, porque estaría bueno poder configurar diferentes loadouts. Pero de momento, «nanai».

Diablo IV Combat

Finalmente, uno de los temas de los que más se ha hablado -como de costumbre- es el rendimiento y las esperas para conectarse a los servidores. En mi caso, la primera vez que quise entrar al juego tuve que esperar casi dos horas. Ahora, una vez comencé a jugar ya no tuve inconveniente alguno. Me refiero a que no fui pateado del juego ni nada por el estilo. Además, en cuanto salí por propia voluntad y quise volver a entrar, apenas tuve que esperar un minuto o dos en el peor de los casos. 

Respecto a la performance, Diablo IV se ve muy bien. Es un videojuego agradable a la vista, con muchos detalles tanto en los personajes y enemigos, como así también en los entornos. He notado algún que otro bajón de frames durante las cinemáticas in-game. En Xbox Series X, por ejemplo, las texturas tardaban en cargar y había una desincronización entre los subtítulos y el audio. También un comportamiento algo extraño al querer salir de la ciudad, donde una especie de barrera invisible impedía que mi personaje pudiera avanzar. Primero pensé que podría ser algo relacionado a mi equipo o a la conexión a internet, pero pude comprobar de primera mano que es algo que le sucedió a varios jugadores. Supongo que son cuestiones inherentes a la beta y que se pulirá de cara a la versión final del juego.

Diablo IV Boss

Luego hay una serie de incógnitas -específicamente una- que me despiertan mucho escepticismo, debido a que no se han dado detalles. Me refiero concretamente al «Pase de Batalla», un tema que me hace saltar las alarmas. Esto me hace temblar un poco, puesto que desconozco como Blizzard implementará esta función. En lo personal, espero que tan solo sea algo cosmético, que esté integrado al juego de forma orgánica y que no se cobre un solo céntimo por ello (Cosa que dudo). Hay que tener en cuenta que, de por sí, Diablo IV no es un juego que se diga “económico”. Otro de los aspectos que me deja «regulando» es cómo esto afectará al tema de las temporadas que tanta vida dieron a Diablo III, y al contenido end game.

También está la intriga de si volverán a incorporar la infame «subasta», donde los usuarios comerciaban con objetos por dinero real. Recordemos que esto fue retirado de Diablo III en medio de un escándalo. No obstante, para algunos jugadores de PC parecía ser una experiencia vital. Es de suponer que antes de Junio habrá más información al respecto de todo esto. Al menos eso quiero creer.

Diablo IV Panoramics

Luego de haber pasado alrededor de 20 horas en Santuario, siento que Diablo IV es como una versión mejorada y expandida de Diablo II. Es un título que me sorprendió para bien, puesto que llegué a él buscando cobre y encontré oro. Hay muchos aspectos destacables, siendo el más importante desde mi punto de vista el que se le dé más peso a la narrativa, con un personaje que se siente parte del mundo. Además, el tener diferentes opciones para desarrollar cada clase y la promesa de Blizzard de seguir alimentando a la comunidad con nuevo contenido en los años venideros, habla de un título que absorberá el tiempo libre de cualquiera que pase cerca de él. Espero de corazón que solo sea eso y no también lo que haya en mi billetera.


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Sobre Franco Borgogna

Periodista apasionado por los videojuegos que sueña en mundos pixel-art sin caídas de frames. Streamer a tiempo parcial, fundador de la comunidad “La Orden del Pixel”, amante de la series, las películas y los comics.


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