El lanzamiento de Dead Island 2 a comienzos de año fue una sorpresa para todo el mundo. El título que se daba por perdido, no solo llegó a nuestras manos, si no que lo hizo con una calidad inesperada, aportando fantásticas dosis de acción y terror por iguales. Eso sin contar el maravilloso apartado técnico, con un aspecto visual impecable, una campaña sólida, y el mejor gore visto en algún juego hasta la fecha. Luego del éxito conseguido, el equipo de Dambuster Studios reveló que el FPS de horror recibiría dos grandes DLC con abundante contenido. Pues bien, el tiempo ha pasado y Dead Island 2 – Haus es una realidad, pero ¿Es suficiente incentivo para volver a Hell-A?
En un año tan cargado de títulos importantes y videojuegos de calidad, el trabajo de la gente de Dambuster Studio terminó perdiéndose en un mar de nombres. Es por ello que Dead Island 2 – Haus busca expandir la experiencia y seguir con la campaña original. Pero más importante aún, busca darle un segundo aire al juego antes del cierre del año.
Si lo pensamos en perspectiva, no es una movida desacertada. La nueva expansión podría tratarse de una más que excelente excusa para traer de regreso a aquellos que disfrutaron del juego base y, al mismo tiempo, renovar el público invitando a nuevos jugadores a recorrer las calles de Hell-A. Lamentablemente, Dead Island 2 – Haus no cumple con las expectativas. Pero ojo: no lo hace por falta de calidad, si no por su escaso contenido y por el enfoque de la historia. Por que si bien expande el trasfondo del juego, resulta bastante anticlimática.
Dead Island 2 termina con un final abierto que dejaba lugar a dudas respecto a los orígenes de ciertos personajes y el destino de otros. Era un buen gancho y planteaba una incertidumbre que el DLC no busca o pretende retomar. Por el contrario, Haus nos lleva a una misteriosa mansión en la cual funciona un culto bastante turbio. Dicho de otro modo, es un grupo de locos que, por algún motivo, adoran a la extraña plaga causante de la aparición de los zombis.
Explorando la mansión iremos descubriendo las intenciones del culto y así como el destino de sus integrantes. Si bien esta información puede ser interesante, la historia alrededor de este nuevo par de misiones poco va a hacer más que expandir lo que ya sabíamos. Hay algunos momentos divertidos y chistes que pueden sacar una sonrisa, como así también algunos nuevos NPC. Sin embargo, el final es demasiado anticlimático y terminamos sintiendo que sabemos un poco más sobre el mundo del juego pero que, a pesar de ello, la historia ha avanzado poco y nada.
En cuanto a contenido, el DLC también resulta escaso. La nueva locación, si bien visualmente impresionante y con segmentos realmente creativos por momentos, ofrece poco que hacer. De hecho, en tan solo unas pocas horas, habremos completado las misiones principales y descubierto los secretos que se pueden contar con los dedos de una mano. No hay misiones secundarias, ni nada que nos incentive a explorar el lugar una vez terminadas las dos misiones que allí se desarrollan. Es una verdadera lástima porque la mansión, con sus distintos segmentos bien diferenciados temáticamente, son de lo mejor que el juego tiene para ofrecer en cuanto a diseño de niveles.
Por el lado de los enemigos las novedades son casi nulas. Salvo por algún zombi que ahora escupe fuego en lugar de ácido, o por variaciones visuales donde se cambian a los turistas y ciudadanos de a pie por cultistas, enfrentaremos a los mismos enemigos de siempre una y otra vez. La incorporación de nuevos tipos de zombis no hubiera estado nada mal. Como así tampoco hubieran estado de más una mayor variedad de armas, porque el arsenal a nuestra disposición sigue por la misma senda. En este sentido, la única adición es la ballesta. Es una pena que este nuevo arquetipo de arma poca diferencia hace a la hora de ofrecer algún tipo de variable significativa en el combate. Tal es así que se le saca mucho más provecho como una herramienta a la hora de explorar.
Dead Island 2 – Haus no es un mal contenido, pero decepciona por que se siente como una oportunidad desperdiciada. El juego base presenta una estructura sólida y fantástica sobre la cual construir, por lo que este DLC era la oportunidad perfecta para volver a poner el foco de atención en el título. También de seguir expandiendo la campaña que, definitivamente da para más. Lamentablemente, el escaso contenido y una trama cuyo final se siente anticlimático, logran un efecto contrario al esperado. Hace que se sienta que Dambuster Studios desperdició un montón de potencial, dejándonos con gusto a poco. Quizá sería mejor esperar un poco antes de volver a Hell-A.
Sobre Mariano Daneri
Me gustan las milanesas con fideos.
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