Cuando un juego cae en el famoso ‘development hell‘, es bastante factible que nunca más se vuelva a saber nada del mismo. Sin embargo, por increíble que parezca, Dead Island 2 es un sobreviviente que puede contar su historia. Luego de pasar por varias manos, finalmente Deep Silver y Dambuster Studios se hicieron cargo de este ‘presunto muerto’ para ofrecer una experiencia que está muy por encima de las expectativas. Es una aventura que se sitúa fuera de una isla (por más contradictorio que pueda parecer), donde recorreremos distintos mapas, más o menos grandes, con barrios de mansiones, estudios de cine, o lujosos hoteles, entre otros escenarios. Todo mientras avanzamos a lo largo de una trama principal más que decente, como en misiones secundarias propuestas por personajes que nos iremos encontrando a lo largo de la partida.
Dead Island 2 es un título que, por suerte, logra escapar de la fatiga generada últimamente por los juegos de mundo abierto. Esto se debe a que estructura sus mapas en zonas más pequeñas, donde tenemos libertad para explorar, pero nunca la obligación de hacerlo. Además, nunca llega al punto de saturar con actividades secundarias, como si el mapa fuese solamente una lista de tareas a cumplir. Y lo mejor es que utiliza su estructura para recompensar a la hora de explorar o de tomar rutas alternativas.
De hecho, el diseño de los distintos mapas es una de las cosas más interesantes que tiene para ofrecer el juego. Caza zona ofrece múltiples caminos que tomar y atajos que se pueden desbloquear para hacer más fácil la navegación en caso de querer volver más adelante. También confiere la posibilidad de resolver ciertos encuentros de formas diferentes. Es decir, no siempre tendremos que recurrir al combate directo. Por ejemplo, se pueden usar trampas u objetos del entorno para acabar con grupos de enemigos. O también para evitarlos completamente, de así quererlo.
Ahora, si decidimos ir por la ruta menos sutil y entablar combate directo, Dead Island 2 ofrece un sistema sólido orientado al combate cuerpo a cuerpo, el crafteo de armas, y toques de parkour. No es un sistema particularmente revolucionario ni complejo, pero los distintos elementos funcionan con la armonía necesaria como para que sea lo suficientemente satisfactorio. No obstante -y por contradictorio que pueda parecer- considero que el combate necesita de algún giro para hacerlo especial. Es decir, funciona aunque no dejo de tener la sensación de que no se animaron a tomar riesgos.
Al comienzo de la aventura podemos elegir a nuestro personaje. La selección de candidatos es variada, cada uno con distintos atributos y especialización. De este modo, podemos decantarnos por alguno que se ajuste mejor a nuestro estilo de juego. Están los que hacen uso de armas de filo y sigilo, o los especializados en el combate contra grupos, entre otras tantas combinaciones. A todo esto, se suma un sistema de personalización mediante cartas que se desbloquean a medida que subimos de nivel o que encontramos explorando. Estas cartas son un añadido interesante, porque no solo modifican los atributos de los personajes sino que también otorgan nuevas habilidades.
Respecto al sistema de modificación de armas es sencillo. Básicamente tenemos herramientas con distintos niveles de rareza a las cuales podremos adjuntarles modificaciones que afectarán su rendimiento. Lo bueno es que el juego va introduciendo una gran variedad de enemigos que obligan a hacer uso de todos estos elementos según la ocasión. Por ejemplo, habrá momentos en que se exige poner en práctica determinada habilidad, o utilizar un arma en concreto. Y todo esto está muy bien. Sin embargo, el problema es que Dead Island 2 se toma su tiempo para introducir y complejizar estos elementos, lo cual hace que la primera mitad del juego se sienta un tanto monótona por la falta de variedad. Como mencioné más arriba, el combate se siente bien, pero rápidamente da la sensación de que se está haciendo lo mismo una y otra vez.
Un punto que he de destacar es el excelente trabajo que la gente de Deep Silver y Dambuster Studios realizaron con el sistema de daño localizado y el gore. Es un añadido que ayuda a darle algo de dinamismo al combate y termina resultando en el punto más alto del juego. Los enemigos no solo reaccionan de acuerdo a la parte del cuerpo impactemos, si no que también lo hacen de acuerdo a la clase de arma empleada. Entonces, el tipo de daño, la fuerza y dirección del golpe, y otras tantas variables, dan como resultado un espectáculo de vísceras y sangre grotesco. Un sistema que aporta dinámica y espectacularidad al combate en partes iguales. Pero más importante: marca un nuevo estándar a nivel técnico para este tipo de interacciones.
Para ir terminando, me gustaría hablar de las cuestiones técnicas. Solo decir que Dead Island 2 se ve y corre de maravillas. Las animaciones son fluidas y la iluminación es fantástica. Los diseños de los enemigos son excelentes y el gore, sumado a la sangre, hace que todo se vea mucho mejor. Y aunque de vez en cuando se ve en donde tuvieron que hacer recortes para mantener un rendimiento constante (quitando reflejos, por ejemplo), a grandes rasgos, el juego presenta un apartado visual sensacional.
Tras años de retrasos, silencios, idas y venidas, y luego de que por mucho tiempo se creyera que Dead Island 2 estaba condenado al olvido, Deep Silver y Dambuster Studios dan un batacazo. Es un título que, contra todo pronóstico, sorprende por lo competente que termina siendo. Su jugabilidad es muy sólida, y si bien creo que le falta algún giro para darle más personalidad, no deja de ser muy buena. A todo esto, se suma un apartado técnico que destaca por su calidad gráfica y rendimiento. En definitiva, un juego al que tal vez su largo desarrollo le haya jugado en contra para aportar algo nuevo la escena, pero que sin duda nos trae una experiencia que cumple y que destaca en cuanto al espectáculo sangriento que uno espera de una propuesta de estas características.
Sobre Mariano Daneri
Me gustan las milanesas con fideos.
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