COOKIE CUTTER – Análisis

COOKIE CUTTER – Análisis

Sangre, aceite y sed de venganza

Cookie Cutter, el juego debut de Subcult Joint, nos llena las manos de pedazos de carne, metal y vísceras en un metroidvania estilizado a más no poder, con un combate frenético y vistoso


Al lugar en que fuiste feliz no deberías tratar de volver, dice la canción. Pero luego de haberme mantenido lejos del género metroidvania, producto del cansancio de jugar una considerable cantidad de propuestas afines, se siente lindo regresar y volver a disfrutar de aquello que lo hace único. Y es que Subcult Joint me dio la excusa perfecta con Cookie Cutter, un título que cumple con todo lo que se esperaría de este tipo de juegos, desde acceder a nuevas zonas tras obtener nuevas habilidades, hasta cuartos secretos llenos de recompensas, pero todo con su propio toque. Visualmente es una maravilla, la jugabilidad súper divertida, el combate espectacular y, aunque a veces puede resultar frustrante debido al sistema de parry, no empaña una experiencia de juego estupenda que ofrece una genial aventura.

Cookie Cutter nos sitúa en un mundo distópico donde la humanidad ha sobrepasado la debilidad de la carne y logrando aquello con lo que muchos mortales sueñan: pasar la consciencia de un ser vivo a un androide. Pero como la avaricia es un pecado humano que suele hacerse presente con más frecuencia de la que gustaría, el sueño se transforma en una pesadilla. La utopía de la vida eterna esconde tras de sí un complejo plan perpetrado por la organización INFONET para formar obreros perfectos e incansables, condenados a trabajar por siempre.

La aventura comienza doscientos años después de dichos sucesos y gira en torno a la Doctora Shinji y a Cherry, nuestra protagonista, una androide creada por ella misma con la cual entabla una estrecha relación afectiva. Pero la desgracia toca a la puerta y en medio de una violenta secuencia, la malvada corporación INFONET termina por secuestrar a la doctora. Será entonces que con el objetivo de rescatar a su enamorada, Cherry de inicio a una sangrienta e implacable cruzada. Una impulsada por el amor y motivada por su furia.

Cookie Cutter Análisis

Como sucede en casi toda odisea de venganza, la trama presenta un tinte bastante serio. Sin embargo, aquí está adornada de forma constante por un humor particular y para nada pudoroso, que entretiene bastante gracias a lo disparatado que puede llegar a ser. Además, la historia se complementa con un sistema de recuerdos, donde podremos ver fragmentos del pasado de Cherry y Shinji. Es una pena que -al momento de redactar estas líneas- el NPC involucrado con dicha mecánica esté un poco roto, haciendo que no sea posible apreciar este arco narrativo. Esto es algo de lo que Subcult Joint está al corriente y que solucionarán a través de un parche o actualización. A pesar de ello, la historia se deja disfrutar.

El otro aspecto extremadamente disfrutable de la aventura es la jugabilidad. Nuestras andanzas nos llevarán a explorar los post-apocalípticos entornos de lo que se conoce como la Megaestructura. Dicho de otro modo, se trata de un conjunto de zonas en decadencia, repletas de peligrosas criaturas tanto vivientes como robóticas. Para navegar por estos sitios, Cookie Cutter nos brinda un modesto repertorio de habilidades de exploración, desde el icónico doble salto, hasta herramientas de combate que servirán para abrirnos paso por puertas o bloqueos.

Cookie Cutter Review

El combate es, sin lugar a dudas, la estrella de un espectáculo de sangre y vísceras. Al principio sólo contaremos con nuestros propios puños y pies. Si bien no causan mucho daño, mediante ellos podremos generar el ‘vacío’ indispensable para hacer uso del destructor arsenal de Cherry. Dicho recurso podría traducirse como el maná o la energía, que también emplearemos para curarnos de manera gradual mientras mantengamos presionado el botón asignado. Esto presenta un desafío adicional en medio de los combates, ya que al no ser instantáneo nos pueden moler a palos mientras intentamos recuperar salud.

Para solventar el tema de la curación el juego nos permite hacer uso del famoso ‘parry‘ (o desvío) el cual nos permite evitar el daño por completo si es que logramos al sincronizar nuestra defensa con el ataque enemigo. Al realizarlo exitosamente, además de recuperar salud, Cherry ejecutará un espectacular finisher con el que pulverizará a sus enemigos. Ciertos ataques resultan más fáciles de parar que otros, pero sólo podremos contrarrestar aquellos movimientos que vienen acompañados por un destello. Esto resulta ser la más frustrante del juego. No obstante, quisiera matizar en que no es algo que se me de especialmente bien. De hecho, puede que muchos fallos en la ejecución se deban a mi falta de habilidad. Aún así, se nota una falta de consistencia y pulido en el sistema, al punto de que nunca estuve seguro de si los jefes se ven afectados por esta mecánica.

Afortunadamente, Cookie Cutter nos ofrece suficientes variantes como para lidiar con los enemigos, como poder ejecutar a aquellos con poca vida. Pero además, también contaremos con varias armas a disposición. Por ejemplo, un guantelete que causa un daño considerablemente mayor al de los ataques convencionales, una guitarra eléctrica para destruir enemigos al ritmo del rock ‘n’ roll, un dispositivo que dispara láseres, y un par más que evitaré mencionar para no hacer spoilers. Cabe destacar que el armamento puede mejorarse con dinero y materiales que reuniremos por el camino.

Además de las armas, Cherry también cuenta con un sistema de mejoras para su cuerpo androide. Eventualmente podremos equipar y modificar diferentes piezas haciendo uso de una serie de estaciones desperdigadas por el mapa, las cuales también sirven de teletransportador. Los componentes otorgan desde bonificaciones de salud hasta saltos adicionales, pero requieren de ranuras de energía que podremos encontrar explorando. Esto resulta ser el incentivo perfecto para fisgonear por los recovecos de los mapas, ya que descubrir cuartos secretos es sumamente gratificante. Tanto como hacer crecer en poder a nuestra robot con las recompensas obtenidas.

Cookie Cutter nos ofrece un apartado visual dibujado a mano y estilizado de manera caricaturesca, irradiando un carisma algo grotesco, empapado de tonalidades carmesí. El diseño de personajes está muy apegado a la ambientación, empezando por el de Cherry que es muy agradable, pasando por numerosos y variados NPC que dan algo de vida a un mundo que pasa de colorido a lúgubre en un pestañeo. Los entornos están decorados por posters y grafitis que añaden un toque único a la ambientación. También hay decenas de referencias a otros juegos, lo cual es un bonito detalle. Las animaciones son exquisitas, en especial la de los movimientos finales que varían dependiendo del enemigo al que se los apliquemos. Y todo envuelto con una banda sonora cañera y animada que acompaña la matanza a la perfección.

Cookie Cutter es un metroidvania muy particular, con mecánicas típicas pero divertidas, y un sistema de combate frenético, adornado por sangre y vísceras por doquier. La historia es el clásico relato de venganza, pero que se presta para el disfrute, en especial, gracias al humor que la acompaña. Pese a que presentar algunos bugs, como el NPC de los recuerdos o logros de Steam que no funcionan, el trabajo de Subcult Joint puede terminarse sin muchos pesares, ofreciendo una experiencia por demás disfrutable. Pero lo mejor es imaginar que es lo que hará el estudio a futuro. Más si tomamos en cuenta que el final del juego es un tanto abierto ¿Estarán planeando una secuela? Esto es algo que sólo el tiempo dirá. Por lo pronto, que bien se siente estar de regreso en el género y de la mano de un título tan bueno.


FICHA TÉCNICA:

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Sobre David Cedres

Fanático del anime, la ciencia ficción y por supuesto los videojuegos, de preferencia indies.


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