La magia es un elemento fascinante dentro de los videojuegos de fantasía oscura. Uno que, por lo general, suele otorgar un poder casi divino. Gracias a ello, los personajes que invocan rayos o bolas de fuego, se volvieron muy populares en los últimos tiempos. Codex Lost, es una propuesta que abraza dicha idea, dejando de lado las hachas y espadas, para ponernos en la piel de un mago capaz de manipular las fuerzas de la naturaleza. Sin embargo, pese a su prometedora premisa, la ejecución del trabajo de Freemana deja algo que desear. Y es que si bien la variedad de hechizos y opciones de personalización son notables, la sensación de poder y la fluidez en el combate se ven ensombrecidos por ciertas limitaciones técnicas y de diseño. Aún así, no deja de sentirse como un valiente intento de explorar un nuevo enfoque dentro del género soulslike.
La historia de Codex Lost es relativamente interesante. El juego nos presenta un mundo en ruinas donde existen cinco grimorios poderosos, cada uno de ellos en manos de siniestros señores sumidos en la oscuridad. Estos libros mágicos deben recuperarse y, para ello, la Orden de los Curadores emprende una cruzada enviando a un Curador que, como no podía ser de otro modo, se trata de nuestro protagonista. De este modo, es que comienza una aventura que nos llevará a recorrer un largo camino lleno de secretos, desafíos y peligrosos enemigos. Es una pena que la narrativa no esté del todo desarrollada y que los personajes no tengan mucha profundidad, pero de todos modos se deja disfrutar.
Donde realmente Codex Lost destaca, en comparación con otros soulslike, es en su enfoque por la magia. El título nos permite jugar sólo como un mago, pero pone a nuestra disposición un catálogo realmente variado de hechizos y encantos de diferentes naturaleza: Fuego, hielo, rayo, arcano, tierra, veneno, santo y oscuridad. Cada uno de estas categorías cuenta con entre 8 y 10 diferentes tipos de magias con diferentes estilos de ataque. Tenemos poderes de corto y largo alcance, de área, y magnitud, aunque no podemos equiparlos todos a la vez. En un principio tan sólo tenemos espacio para tres tipos diferentes, aunque mejorando el atributo ‘Memoria’ es posible aumentar el máximo. Cabe destacar que además es necesario conseguir los ingredientes para poder ‘fabricar’ muchos de estos poderes.
Pero la cosa no acaba ahí dado que, entre más poderoso el conjuro, más maná consume. Por lo tanto, mejorar la inteligencia resulta crucial si es que tenemos la intención de sobrevivir a los desafíos que plantea el juego. Si de repente nos encontramos con un hechizo que no nos resulta útil en determinado momento, siempre podemos viajar a la Biblioteca que funciona de forma similar al Santuario de la saga Dark Souls. Allí también es posible equiparse con diferentes catalizadores o bastones, como por ejemplo el Bastón de Curador, aunque eventualmente vamos a encontrar otros que fortalecen ciertos tipos de elementos.
Por otro lado, también contamos con diferentes piezas de equipo ideales para potenciar determinados atributos. Tenemos atuendos que proporcionan resistencia física o mágica, o todo tipo de amuletos y talismanes que vuelven más letales a nuestros distintos ataques mágicos. La naturaleza de un mago esta muy bien implementada en el juego ya que se nos presentan todas las características y elementos que un hechicero puede llegar a necesitar. Incluso la presentación de nuestro personaje es muy atractiva en términos de estilo, con detalles como libros colgados por la espalda que lucen como si fueran una espada o un carcaj de flechas.
Desde la biblioteca podremos teletransportarnos a dos lugares: Al portal de una zona grande o a uno de los puntos de control. Movernos de un lado a otro, es algo que vamos a hacer con frecuencia por que existen lugares a los que podemos volver más adelante, ya que muchos se encuentran bloqueados temporalmente. También podemos conocer a enigmáticos personajes que aportan misterio e intriga a la historia, incentivando la curiosidad y el querer explorar todo nuevamente. Eso sí, debemos tener en cuenta que solo podemos viajar al último punto de control activado. Por lo tanto, si queremos ir a uno diferente, cerca de un jefe o zona de interés, tenemos que visitarlo nuevamente. Este sistema de viaje rápido algo arcaico, más una ambientación sonora bastante pobre, quitan al juego una significativa dosis de inmersión. Los efectos de sonidos de golpes, pasos, y del ambiente en general, están poco logrados.
En términos de personalización y en eso de hacernos sentir como un hechicero, el juego cumple. Ahora, donde Codex Lost flaquea es en un elemento clave: El combate. Nuestro personaje se siente débil, con un marcado desequilibrio, falta de peso, coordinación y fluidez en sus movimientos. Toda esta combinación provoca que los enfrentamientos contra enemigos y jefes se vuelvan muy tediosos y frustrantes. Por lo tanto, pasadas unas horas y conociendo las debilidades del título, lo rechazamos por completo o lo empezamos a disfrutar. No hay más, y no se le puede pedir demasiado a un videojuego concebido prácticamente por una persona.
Las limitaciones son evidentes, pero aún así Codex Lost nos ofrece un mundo vasto e interconectado, con áreas abiertas que invitan a la exploración libre. En ellas, podemos encontrar una gran variedad de enemigos que constantemente ponen a prueba nuestras habilidades. También tenemos algunas zonas lineales, como las mazmorras, donde tenemos que avanzar sorteando desafíos prácticamente en penumbras. De cualquier modo, las áreas extremadamente iluminadas resultan igual de peligrosas. Morir en estos calabozos significa perder las ‘almas’ acomuladas, tal como sucede en cualquier soulslike. Mención especial a los enfrentamientos con los jefes que sin duda conforman el punto más álgido y memorable del trabajo de Freemana. Gracias a su aura enigmática y oscuros, sumado al trasfondo argumental, los convierte en los enemigos más formidables e interesantes del juego.
Codex Lost es una gran propuesta, aunque poco desarrollada. La fantasía de poder y el jugar como un hechicero le confiere un punto de originalidad e interés, ya que se trata de una de las clases más interesantes de este tipo de juegos. Sumado a ello, la exploración de un mundo interconectado y el desarrollo de personaje con sus múltiples opciones, es de agradecer. No obstante, las costuras se dejan ver en puntos clave. Ejemplo de ello es la falta de pulido en el sistema de combate, la falta de peso del personaje, los gráficos y el sonidos, siendo estos últimos un factor que puede provocar que muchos jugadores no se animen a darle una oportunidad. Pero a pesar de ello, una vez aceptamos sus debilidades y tomamos conciencia del tipo de producción que estamos hablando, encontraremos ante nosotros un título muy disfrutable.
Sobre Ulises Corrales
Soy un apasionado de la fantasía oscura medieval y fanático de los soulslike. Cuento historias con voz sensual en cada hoguera en la que paro a descansar.
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