Hace más de dos décadas que los plataformeros 3D dejaron de estar entre los géneros más populares. Sin embargo, esto no significa que este tipo de juegos estén extintos. Por el contrario, se mantienen vivos gracias a un par de franquicias y al trabajo incansable de desarrolladores que insisten en apostar en ellos. Claro está que los grandes clásicos siguen estando presente en la memoria colectiva de aquellos que vivieron su esplendor. Lo lindo es que hoy en día gracias a estudios como Playtonic o -en este caso- Dinosaur Bytes, una nueva generación de jugadores puede disfrutar de títulos como Clive ‘N’ Wrench; propuesta que parece sacada de la edad dorada del género.
Clive ‘N’ Wrench nace de la pasión y el trabajo constante de Rob Wass, un desarrollador que dedicó diez años de su vida a este proyecto. De hecho, muchos de sus gustos están plasmados en este trabajo: sus series favoritas, su música y los juegos que lo inspiraron a crear su propio plataformero 3D. Desde ese punto de vista y, como fan declarado del género, celebro el lanzamiento del título. Es un videojuego cuyo desarrollo sufrió los contratiempos derivados de la pandemia de COVID-19. Y aún así, su responsable ha sabido superar esta adversidad y traer el juego a nuestras manos.
Considero que es necesario conocer el trasfondo del desarrollo y el contexto en el que fue terminado, porque se nota en el producto final. Por suerte, los detalles y problemas que sufre el juego no arruinan la experiencia. De hecho, parecen fácilmente solucionables con un parche, aunque por el momento no fue anunciado. E insisto: aún con sus asperezas, sigue siendo un buen videojuego.
La historia es simple. Los protagonistas, Clive y Wrench -que le dan nombre al título-, se encuentran con un problema que sólo puede ser solucionado viajando en el tiempo. Básicamente tendrán que trasladarse a diferentes épocas para frustrar los planes del tiránico Dr. Daucus. Será entonces que nuestros héroes, junto a su prima Nancy, se suban a una máquina del tiempo con forma de heladera antigua (parecida a la que usa Indiana Jones para sobrevivir una explosión nuclear) para embarcarse en una aventura épica.
La aventura nos llevará por escenarios tan dispares como las pirámides en Egipto, pasando por una zona congelada y cavernosa repleta de huesos de dinosaurios, un pantano de Nueva Orleans con un casino controlado por la mafia, hasta llegar a la revolución industrial inglesa con sus fábricas, carruajes y todo. Los once mundos que forman la propuesta son variados, están repletos de ítems que recolectar y los protagonistas se visten acorde para cada ocasión. Los trajes son geniales, se adecúan perfectamente al tenor humorístico y dejan con ganas de poder utilizarlos en todos los niveles.
Cada mundo está aislado del resto. Es decir, no vamos a tener que desbloquear habilidades en uno y volver a otro para conseguir avanzar por cierta zona. Tal es así que Clive y Wrench comienzan con todas las mecánicas de movimientos típicas a disposición. Me refiero al doble salto, salto cargado, planear en el aire, atacar y rebotar entre paredes. Incluso hasta hay un movimiento clásico de Mario 64, pero que no les voy a spoilear. Sin embargo, tener toda esta libertad de movimiento a disposición resulta ser un arma de doble filo. Al entrar a un nivel se tiene la certeza de que se puede conseguir completar todo un mundo en el primer intento.
Para que se entienda, cada zona tiene 10 reliquias, 5 llaves, misiones secundarias y unos «relojitos». El problema es que si dejamos algo sin hacer y avanzamos a otra época, al regresar todos los objetivos se reinician. Si bien no nos quitan las reliquias ganadas, sí se pierden los atajos desbloqueados. Esto es algo que duele especialmente en niveles como el de Egipto, donde no podremos -por ejemplo- subir a la cima de la pirámide sin tener que volver a atravesar las catacumbas. Esta falta de conexión entre mundos, la ausencia de una progresión tipo metroidvania de ir y volver por zonas bloqueadas (un elemento característico del género) y comenzar con todas las habilidades hace que la recolección de ítems se haga sólo por el placer de ver el cartel de «Línea de tiempo completada al 100%» y nada más.
A todo esto, se suma a que el peor enemigo de Clive ‘N’ Wrench es la falta de desafío. En primer lugar, porque la gran mayoría de las reliquias están sueltas en el mapa esperando a ser agarradas. Es decir, en una mínima proporción, hay pequeños puzzles que abren el acceso a una reliquia, pero por lo general están a plena vista. Luego, y al menos en mi experiencia, los segmentos de plataformeo complejos los puede romper usando una combinación entre salto cargado, doble salto y planeo. Por otra parte, todos los enemigos se derrotan de un solo golpe. Al comienzo el combate puede ser frustrante, más que nada contra las criaturas que disparan proyectiles. Pero cuando te das cuenta de que todo muere tan fácil, es cuestión de aprender que nada le gana una buena patada voladora.
Cada mundo cuenta con un jefe, disponible en una puerta aparte, que se desbloquea con ciertos requisitos simples. Por lo general solo basta con juntar un porcentaje de las reliquias y relojes de su nivel, pero a veces es posible desafiarlo inclusive antes de entrar a sus dominios. Algunos jefes son fantásticos, otros demasiado simples, algunos tienen mecánicas muy originales y un par son simplemente exquisitos. Me parece fantástico poder jugar un título cuyo desarrollador hizo con plena libertad, para bien y para mal. Sin embargo, en este caso el resultado es tan dispar que resulta refrescante. El sentido del humor de Rob Wass está presente en todo momento pero, en estos combates en concreto, se nota mucho más.
El apartado técnico cumple bien su función, aunque tiene algunos fallos que pueden llegar a generar molestias a los más exigentes. No sólo hay problemas de colisiones, que se notan especialmente en combate, sino también a la hora de interactuar con ciertos objetos. Hay como una sensación general de que todo es más liviano de lo que debería ser. Pareciera que al juego le falta «peso»: saltamos muy alto, corremos demasiado rápido y todo parece hecho de papel. En cuanto a la banda sonora está muy bien, que sin presentar melodías memorables, logra sumergirnos en el clima de cada mundo. Si he notado que de vez en cuando reina el silencio, en especial contra los jefes. Pero la mayor parte del tiempo la música cumple su función con creces, al igual que los efectos de sonido.
Para terminar, he de mencionar que, al menos en la versión anticipada con la que se realizó este análisis, encontré un par de bugs molestos. Uno bloqueaba a Clive al quedar colgado de una plataforma y sólo quedaba salir al hub, perdiendo así el progreso en el mundo en cuestión (los coleccionables no se pierden nunca). El otro hacía desaparecer algunos elementos del nivel, como por ejemplo el agua en el nivel de Grecia o una piedra que escondía una reliquia (que se podía agarrar así nomás). Nada que arruine la experiencia general y ambos fáciles de sortear. Estoy seguro de que tampoco ha de ser nada complicado de parchear en una próxima actualización.
Clive ‘N’ Wrench es una propuesta sólida, divertida, sencilla y gratificante que -al igual que hace su historia- nos lleva a un viaje en el tiempo. A épocas simples, más cercanas a Croc y Gex 3D que a la saga del fontanero de Nintendo. El nivel de detalle y cariño que hay puesto en cada mundo termina por desbordar la pantalla, haciendo que los problemas técnicos queden de lado, y dando una caricia al corazón. Hay guiños para todos los gustos, en especial para los cuarentones nostálgicos, a películas clásicas, a discos de rock que escuchábamos en los ’90 y a muchísimos juegos. Encontrar cameos «oficiales» o «bootlegs» de tanto en tanto y algunas situaciones particulares son cosas que, sin dudas, consiguen arrancar sonrisas. No es «el plataformero 3D definitivo», pero si les aseguro que es un divertidísimo exponente del género. Y, al menos para mi, es más que suficiente.
Sobre Sebastián Cigarreta
Periodista especializado en gaming, amante de los juegos incomprendidos y eterno enamorado de los clásicos noventosos. Tengo debilidad por todos los MegaMan, siempre Vega main y soy eterno caballero de Boletaria.
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