En mi paso por Gamescom tuve la posibilidad de probar varias decenas de juegos. Quizá muchos más de los que pueda recordar. Lo cierto es que en la medida que más titulos iba jugando, más refinado y exquisito me iba poniendo. Estuve un buen rato dando vueltas y vueltas por el pabellón indie, buscando algo cautivador, diferente. Y así, como quién no quiere la cosa, me encontré frente a uno de los booths más geniales del evento: Indie Asylum. Esta especie de «cooperativa» estaba presentando varios títulos. Algunos de ellos ya están en el mercado, como por ejemplo el divertidísimo Struggling. Pero hay otros que aún están en desarrollo, tal como sucede con el prometedor Biomorph, el interesante proyecto de Lucid Dreams.
Biomorph es un metroidvania de tintes «soulslikescos» que -de algún modo- busca seguir los pasos del icónico Hollow Knight. Sin embargo, al mismo tiempo canaliza elementos típicos de la serie Kirby. Es una extraña mezcla, pero que funciona muy bien, ya que estética y jugabilidad se amalgaman dando vida a un título divertido, desafiante y vistoso. De hecho, lo primero que llamó mi atención fue lo fluidas que se ven las animaciones. El protagonista, una especie de híbrido entre murciélago e insecto, con unas orejas enormes y unos ojos llenos de furia, se mueve de forma grácil. Me pareció maravilloso ver como iba de un lado a otro, golpeando criaturas, saltando y cambiando su aspecto. Realmente genial.
Respecto a los detalles de la trama, son escasos. La demostración que tuve la posibilidad de probar estaba más enfocada en presentar las mecánicas jugables. De todos modos, por lo que pude investigar, la historia nos llevará a un mundo en ruinas donde antes hubo una gran civilización. Hay algo que conecta al protagonista con todo esto, pero no está muy claro el qué. Y es por ello que tendremos que investigar para desentrañar este misterio. Como es costumbre en este tipo de juegos, la narrativa estará fragmentada. Es decir que se contará mediante diálogos, pero también a través de objetos y notas.
Ahora, en términos jugables, quedé muy a gusto con lo que el título ofrece, puesto que hay variedad. Hay segmentos de combate, plataformeo y resolución de puzzles. Pero he aquí lo interesante. El protagonista, además de saltar, hacer esquivas y disparar una pistola, puede escanear a sus enemigos. Al realizar esta acción, puede absorber su ADN y -literalmente- transformarse en ellos. Cada criatura tiene sus propias características y estas serán fundamentales para abrirnos paso por el mapa. Por ejemplo, uno de los enemigos es un gigantesco bípedo que puede hacer una carga muy útil para demoler paredes. Otro de ellos es una mole bastante lenta, pero que puede propinar poderosos puñetazos con los que romper el suelo. Hay variedad de enemigos, cada cual con sus habilidades, las que resultan ser de mucha utilidad.
Además, también me pareció interesante que esto de transformarse en un enemigo se aplique en los combates contra los jefes. Esto aporta una dinámica bastante particular a dichas batallas. Me gustó mucho como el juego incita a alternar entre usar las habilidades del protagonista y las propias de las transformaciones. El jefe de la demo, en concreto, era muy resistente al daño y disparaba un rayo que ocupaba casi media pantalla. Para esquivar dicho ataque, debía saltar y trepar a la pared para alcanzar una plataforma y ponerme a salvo. Esto lo hacía con el personaje principal. Sin embargo, para dañarlo, era fundamental cambiar al aspecto de la mole y hacer uso de los puñetazos. Me tomó un par de minutos darme cuenta de cómo seguir este loop, pero el resultado fue muy satisfactorio.
En este aspecto, es importante destacar que Biomorph no es tan difícil como los juegos de los que toma prestadas sus ideas. Desde Lucid Dreams pretenden ofrecer un videojuego desafiante, pero no imposible. Y honestamente, así se siente. Ya sea durante la exploración o en el combate, hay un balance. Es como que el título busca ser demandante, pero sin llegar al extremo de lo frustrante. Indudablemente aboga por la accesibilidad, pero sin dejar de brindar esa satisfactoria sensación de haber obtenido un pequeño triunfo.
Además de haber podido probar el juego, también mantuve una muy breve conversación con Véronique Bellavance, directora de arte de Biomorph. Según me comentó, en un principio el diseño del protagonista era diferente y luego lo cambiaron por el que conocemos ahora. Era como una especie de robot, pero no terminaba de cuadrar. También me explicó que el estudio hace como una especie de reinterpretación del trabajo de Team Cherry, pero dándole un toque personal en el proceso. Esto se nota mucho en su mundo, que va más por el lado de lo futurista. También en las criaturas que lo pueblan que, debo reconocer, son bastante aterradoras y lúgubres.
En su versión final, Biomorph incluirá varios añadidos de los cuales solo pude tener un ligero pantallazo. Habrá un sistema de subida de nivel y diferentes tipos de armas cada una con su propio árbol de mejoras. También se incluirán muchos secretos, jefes opcionales y un amplio repertorio de NPC’s con los que podremos conversar. A todo esto, existirá la posibilidad de reconstruir una ciudad y personalizar su apariencia. Esto último me recordó un poco a Ori and the Will of the Wisps, pero con algo más de profundidad.
Biomorph se me hace un título muy prometedor a la par que familiar. Es un videojuego que me atrapó por su apartado visual, pero me conquistó por su jugabilidad. Hay mucho cariño e ilusión por parte del equipo de Lucid Dreams en este desarrollo. En mi breve experiencia con la demo, solo puedo decir que las animaciones se me hicieron muy buenas, los combates divertidos y los entornos muy detallados. Es indudable que hay potencial y estoy expectante para ver cuando se confirma su fecha de lanzamiento. Puede que no sea la propuesta más original de la historia, pero sí una para tener en el radar. En especial si al igual que yo disfrutaron de Hollow Knight. De Kirby. O de ambos.
Sobre Franco Borgogna
Periodista apasionado por los videojuegos que sueña en mundos pixel-art sin caídas de frames. Streamer a tiempo parcial, fundador de la comunidad “La Orden del Pixel”, amante de la series, las películas y los comics.
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