Los plataformeros de acción en 2D están pasando por un gran momento y su popularidad es innegable. Títulos de la talla de Blasphemous y Hollow Knight abrieron la puerta a miles de juegos con características similares, en especial dentro del mercado indie. Aprovechando este gran presente del género, Storybird Studio nos trae una propuesta muy interesante que paralelamente es una secuela inesperada, dado que llega 35 años después del original, tomando el concepto más rudimentario de su predecesor y acercando la experiencia a los estándares modernos. Estoy hablando de Beyond the Ice Palace 2, un título que es en esencia, un tributo a los Castlevania de 8 y 16 bits pero que añade suficientes elementos originales como para diferenciarse del resto.
La historia de Beyond the Ice Palace 2 es simple, directa y efectiva. La cinemática introductoria nos cuenta cómo luego del final del primer juego el protagonista es nombrado Rey y su pueblo aprendió a venerarlo como una entidad divina. Sin embargo, tras un largo período de paz, el monarca perdió el beneplácito de los dioses quedando desposeído de sus poderes. Tras su muerte, el reino fue atacado por demonios y sus escribas transformados en bestias. Pero cuando todo parecía perdido, algo revive al antiguo héroe para que cobre venganza y rescate una vez más a sus súbditos.
Esta introducción narrativa da pie a una aventura de acción sencilla y desafiante, pero con varias mecánicas interesantes. El juego se desarrolla a través del desplazamiento lateral, casi exclusivamente hacia la derecha, con desafiantes segmentos plataformeros y un versátil látigo-cadena que podemos utilizar literalmente para todo. A medida que vamos derrotando jefes iremos consiguiendo algunas habilidades de desplazamiento, por ejemplo un doble salto o dash que rompe cristales, que podemos usar para llegar a zonas previamente inaccesibles. Por lo general la exploración está bien recompensada ya sea con cristales para mejorar nuestras estadísticas, oro para comprar equipamiento o perlas para mejorar estos objetos.
El látigo-cadena es todo lo que necesitamos para abrirnos paso por los niveles. Para el ataque podemos golpear en las ocho direcciones y hacer un ataque circular para reventar proyectiles. Además sirve para engancharse en cualquier argolla y elevarnos, trepar, balancearse o incluso romper el escudo de los enemigos. El arma es tan protagonista como el mismísimo Rey revivido, casi como lo son las Espadas del Caos en God of War. Y si bien no cuenta con demasiada variedad de ataques, es más que suficiente para mantenernos entretenidos. Hay esqueletos, piratas, diablillos voladores, osos zombie y toda una fauna de peligrosos mutantes listos para hacernos la vida imposible. A veces tenemos que rematarlos en el piso, sino vuelven a levantarse, pero por lo general quedan bien muertos al primer intento.
Beyond the Ice Palace 2 tiene escenarios realizados en un pixel art cuidado y muy vistoso. Desde el cementerio azulado, pasando por un pueblo en llamas, cuevas de coral o un pantano venenoso que da paso a una gélida montaña. El apartado visual es hermoso, al igual que el diseño de los enemigos y jefes, y está acompañado por una banda sonora a la altura de las circunstancias. Es un título al que podríamos sacarle cientos de capturas de pantalla porque ofrece un espectáculo visual único en cada nivel en los que, además, podemos encontrar decenas de guiños a los grandes clásicos del género.
En general el juego es difícil pero no imposible, como todo juego que intente capturar la esencia de los ’80 y ’90. No obstante, presenta complicaciones que superan el concepto de dificultad per se. Para empezar, los controles no responden como cabría esperar, presentando pérdidas ocasionales de inputs y respuestas tardías a algunos comandos. Hay formas de compensar y hasta de prevenir estas situaciones, aunque cuesta acostumbrarse. Lo que no tiene solución -al menos de momento- son los errores de colisión con los que vamos a chocar una y otra vez. A veces sucede que al saltar e intentar engancharse con el látigo el juego no lo detecta y terminamos cayendo al vacío. Por suerte no es algo que pueda matarnos, sino que perdemos un poco de vida y nuestro héroe aparece en la última plataforma que pisó. Aún así, no deja de ser frustrante.
Otro gran problema es la cantidad de bugs que pueden aparecer. Algunos son simples y molestos, pero hay otros muy graves que rompen con la progresión. Afortunadamente, al momento de escribir este artículo, estos últimos (al menos los que encontré en mi partida) fueron parcheados. Sin embargo, todavía existe uno que se activa si intentamos saltar estando colgados del borde de una plataforma. Cuando esto sucede, el personaje comienza a titilar en blanco hasta que se desprende, con el agravante de que no podemos volver a saltar hasta caer al vacío, morir, o pasar a la próxima pantalla. Este inconveniente particularmente se hace presente en Mount Celeste, pero también me sucedió en medio batallas contra jefes y hasta en el último nivel antes de la batalla contra el jefe final.
Este tipo de cuestiones hizo que constantemente dudara acerca de si el juego estaba funcionando bien o no. Además, si le sumamos los problemas de colisión al atacar, esquivar y saltar nunca me sentí del todo cómodo y confiado de lo que estaba pasando en pantalla. A cada paso, el temor de que algo entorpeciera el avance estaba presente. Me pasó de saltar sobre una plataforma con pinchos debajo y que el personaje terminase herido sólo porque el juego lo decidió así. Si aislamos este episodio no parece algo de gran importancia. Pero cuando sucede en un nivel interno que no tiene puntos de control o que los mismos están muy lejos, es un trastorno. Como resultado, recibir daño por este tipo de errores de colisión es desgastante y terminé muriendo muchas veces más que durante un enfrentamiento contra un jefe.
Dicho sea de paso, otro punto flojo de la propuesta es el diseño de las batallas contra los jefes. Visualmente son todas espectaculares pero, salvo una o dos ocasiones, todo puede resolverse repitiendo a lo loco el mismo ataque y poniéndose al costado. Uno de los últimos jefes hace ataques que literalmente le pasan por encima a nuestro personaje, otro puede derrotarse quedándose en un costado y esquivando hacia el otro lado. Lo mismo con el monstruo del pantano, que tarda tanto en cargar sus ataques que es posible vencerlo sin que siquiera llegue a mostrar sus habilidades. Y si las batallas no resultan ridículamente fáciles es porque los jefes hacen mucho daño. Los únicos que pueden dar algún dolor de cabeza son aquellos que no tienen punto de control cerca ya que nos obligan a volver a pasar todo el nivel para enfrentarlos.
Beyond the Ice Palace 2 puede ser una experiencia estimulante y divertida para quién esté dispuesto a obviar los problemas técnicos y a aceptar algunos recursos de dificultad artificial, como la falta de un punto de control en ciertos tramos del juego. El equipo de Storybird Studio está trabajando activamente en futuras actualizaciones y, seguramente, logren resolver buena parte de los problemas de la versión actual. Sin embargo, eso no quita el hecho de que en su estado actual resulta frustrante. La falta de pulido hace que esta secuela, que tardó más de 35 años en llegar, sea difícil de recomendar. Y es una pena porque, más allá de todos los problemas que tuve al revisarlo, pasé grandes momentos, teniendo incluso una primera impresión muy positiva. Indudablemente, con un poco más de pulido puede convertirse en un gran castlevania-like.
Sobre Sebastián Cigarreta
Periodista especializado en gaming, amante de los juegos incomprendidos y eterno enamorado de los clásicos noventosos. Tengo debilidad por todos los MegaMan, siempre Vega main y soy eterno caballero de Boletaria.
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