Amada por muchos, discutida por otros, la E3 era el evento donde todo comenzaba. Durante sus 28 años de vida, la feria anual fue el escaparate donde numerosas desarrolladoras daban a conocer sus trabajos, como así también el epicentro de momentos memorables de la industria. Sin embargo las complicaciones derivadas del COVID y los eventos digitales, marcaron el principio del fin. Y seamos honestos, parecía ser cuestión de tiempo hasta que se diera el anuncio, pero de algún modo nos aferrábamos a la esperanza de que todo volvería a ser como antes. Lamentablemente, un reciente comunicado compartido por la Entertainment Software Association (ESA) reveló que la E3 está oficialmente muerta.
La noticia se dio a conocer mediante un comunicado compartido en la cuenta oficial de X de la E3. En el mismo puede leerse que, después de más de dos décadas, ha llegado el momento de decir adiós al evento. La nota concluye con un agradecimiento por los buenos momentos y un «GGWP». De acuerdo a las declaraciones brindadas por Stanley Pierre-Louis (Director Ejecutivo de la ESA) al Washington Post, que el evento cierre sus puertas, significa que el negocio de los videojuegos ha florecido de diferentes maneras. El directivo explica que ahora cualquier empresa puede crear sus propias conferencias o asociarse con otros eventos de la industria y para dar a conocer sus trabajos.
A pesar de ello, también es cierto que varios factores clave se conjugaron en lo que podría definirse como una seguidilla de eventos desafortunados. En primer lugar, la decisión de Sony de abandonar el evento en 2018 provocó una suerte de efecto dominó que llevó a otras empresas a tomar el mismo camino. Seguido de ello, la pandemia agravó aún más los problemas de la E3. Esto obligó no sólo a la cancelación de la edición 2020 y 2022, sino también ‘empujó’ a varias editoras a adoptar el formato digital. Sumado a todo esto, Geoff Keighley propuso una suerte de alternativa con su Summer Game Fest. Pero tampoco puede ignorarse el hecho de que la ESA filtró los datos personales de más de 20.000 profesionales de todo el mundo. Indudablemente, un duro mazazo para la feria del cual no pudo recuperarse.
A título personal, he de decir que el hecho de que la E3 está oficialmente muerta me produce tristeza. En especial, porque nunca tuve la oportunidad de asistir. Entiendo que el evento vivió tiempos mejores y que sus últimos años no fueron especialmente buenos. Aún así, la posibilidad de poder reinventarse estaba latente e ilusionaba con un regreso triunfal. No obstante, el fin de una era ha llegado y se ha puesto punto final a esta suerte de ‘crónica de una muerte anunciada’. Que en paz descanse la que, hasta el día de hoy fue, la convención más grande de la industria.
Sobre Franco Borgogna
Periodista apasionado por los videojuegos que sueña en mundos pixel-art sin caídas de frames. Streamer a tiempo parcial, fundador de la comunidad “La Orden del Pixel”, amante de la series, las películas y los comics.
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