El género de plataformas siempre tuvo un rey y, si bien de vez en cuando sale algún contendiente que aviva la competencia, Nintendo suele terminar compitiendo consigo mismo. En 2020, Team Asobi nos mostró cuán competente podía ser con Astro’s Playroom, un excelente plataformero gratuito incluido en todas las PlayStation 5. Hoy todo ese potencial se materializa en una fantástica secuela, siendo Astro Bot la respuesta de PlayStation a 40 años de hegemonía plataformera. Estamos frente a un juego que toma como eje de su propuesta la diversión más pura, y que aprovecha cada paso para mimar a los fans de la marca, haciendo hincapié en una jugabilidad pulida al extremo. El resultado es el de un videojuego tan satisfactorio como recomendable. En los próximos párrafos podrán entender cómo llegué a dicha conclusión.
De buenas a primeras, Astro Bot es un plataformero puro y duro. Recorremos niveles individuales representados como planetas dentro de galaxias temáticas en los que juntamos monedas y rescatamos a los otros robotitos desperdigados. Rescatar a cada robotito representa un desafío en sí mismo. Algunos están a simple vista, mientras que otros requieren de nuestros poderes de observación para divisar dónde están escondidos. Además, cada nivel cuenta con dos o tres piezas de rompecabezas ocultos, que usualmente reciben el mismo tratamiento jugable que encontrar a un robot. Hasta ahí podríamos estar describiendo a cualquier otro título del género, sin importar su calidad. Sin embargo, el título de Team Asobi pronto demuestra porqué es una verdadera obra maestra.
Lo primero que podemos notar apenas iniciada la aventura, es el espectacular apartado técnico que ostenta el juego. El universo de Astro rediseña todas las referencias de marca y las hace propias a través de su estética única. Algo similar a lo que Funko hizo en su momento, pero no sólo desde lo visual sino también desde lo auditivo. La cinemática de apertura es una fiesta de luces y colores, contando una historia atractiva pero fácil de entender sin pronunciar una sola palabra. Astro Bot no tiene diálogos ni textos, habla el idioma universal del gaming, y cuando tiene que darnos una indicación lo hace a través de un cartelito animado. Todo lo demás sucede orgánicamente a través del gameplay, aprovechando la propia intuición de los jugadores y el feedback de lo que sucede en pantalla.
Navegar por las pequeñas galaxias en busca de un planeta que explorar es simple. Básicamente necesitamos de un mapa que presenta los niveles, pero de vez en cuando pasa algo que nos sorprende. Aún cuando no estamos dentro de un nivel, siempre hay algo para apreciar o disfrutar. A veces, de una pieza de rompecabeza; en otras, la oportunidad de desbloquear una serie de desafíos opcionales. Cada galaxia tiene una temática general que nos anticipa las características del jefe. Pero lo mejor es que cada escenario en sí tiene una identidad, estética y una mecánica jugable que lo diferencia del resto. Generalmente, esta viene en forma de una herramienta exclusiva que expande las habilidades de nuestro protagonista.
Algunos niveles nos dan dos brazos robóticos para escalar y golpear, otros una mochila con un Jetpack-Gallo para salir disparados por el aire, pero pronto se vuelven más ocurrentes. Hay un nivel en un baño japonés en el que Astro toma la forma de una esponja y puede absorber agua para hacerse gigante o apretarse para mojar el escenario. Estos cambios mantienen fresca la propuesta a lo largo de más de 80 niveles, pero la cosa no termina ahí. Además de los escenarios tradicionales, hay otros exclusivos de una galaxia olvidada a los que accedemos a través de puertas secretas en otros mundos. Estos son más reducidos pero tienen algunos robots especiales para rescatar, también suelen presentar mecánicas más diversas como una luz que hace visibles las plataformas para avanzar. Son opcionales y una forma más para rescatar personajes extra.
Como si todo esto fuera poco, Astro Bot tiene desafíos opcionales diseñados para poner a prueba nuestras habilidades con el control y nuestra paciencia. Los más simples son parte del mapa y aprovechan una temática fija, aumentado la dificultad a medida que desbloqueamos nuevas galaxias. Por ejemplo, uno nos propone derrotar a los enemigos destruyendo con el fuego de nuestro doble salto la plataforma sobre la que estamos parados. Entonces deberemos rodearlos mientras esquivamos sus ataques para conseguir que caigan al vacío. A priori parece sencillo, pero ya en su 3ra etapa se vuelve un desafío más que interesante.
Los desafíos más complejos están ocultos en el mapa de las galaxias y tienen la temática de uno de los botones del joystick de PlayStation 5. Una vez que encontramos el nivel de cada símbolo (cuadrado, círculo, cruz y triángulo) y lo completamos se abren 4 desafíos de alto calibre. Cada uno aprovecha una temática de jugabilidad, como “el piso se quiebra al pasar” o “caminando sobre una pelota”, y eleva la dificultad por encima de la propuesta general. Ante cualquier error debemos volver a iniciar el nivel completo y, como recompensa, rescataremos a un robotito especial. Estas secciones, completamente opcionales, son las responsables de largas noches de insomnio, nervios y diversión, pero también la prueba fehaciente del excelente diseño de nivel y la exquisita respuesta de los controles.
Sobre el final de cada galaxia enfrentamos a un espectacular y desafiante jefe. Además de ostentar un diseño verdaderamente hermoso, con animaciones fluidas y una banda sonora que nos pone rápidamente en clima de acción, las batallas proponen una épica legendaria. La pelea contra el Pulpo quedará tatuada en mi memoria como uno de los mejores momentos en mi vida como jugador. Y no estoy exagerando. Los jefes tienen patrones de ataque que debemos aprender a esquivar, aprovechando nuestra ventana para devolver la gentileza y suelen tener varias fases. Cada una es digna de una película hollywoodense y, al finalizarla, nos dejará extasiados. Ni siquiera en mis pensamientos más optimistas imaginé batallas tan espectaculares y atrapantes dentro de un plataformero. No es algo que digo por prejuicio, sino porque aún los mejores exponentes del género suelen flaquear en este apartado, incluyendo los títulos más emblemáticos del querido fontanero.
Luego de cada jefe podemos rescatar a un robotito especial que representa a una de las figuras de PlayStation. Sólamente personajes de la talla de Kratos o Nathan Drake tienen este privilegio, y luego se abre un nivel temático en el que debemos utilizar la habilidad característica del mismo. Por ejemplo, en el caso de God of War usamos el Hacha de Leviatán para combatir y resolver puzzles, mientras que en la Jungla de Uncharted, hacemos lo propio con la pistola de Nathan Drake además de enfrentarnos a un puñado de situaciones dignas de un título de dicha saga. Estos niveles suelen ser muchísimo más extensos y toman prestadas las mecánicas de la saga en cuestión, demostrando una vez más que las posibilidades de la franquicia de Team Asobi son casi infinitas.
Con todo lo que juntamos, sea monedas de oro, personajes o piezas de rompecabezas, desbloqueamos nuevo contenido en la base improvisada donde comienza la aventura. Las monedas sirven para utilizar la máquina de gacha en la que podemos conseguir nuevos ítems cosméticos para decorar la base, trajecitos para Astro y colores para nuestra nave-gamepad. Al completar un puzle habilitamos una nueva tienda o locación relevante y cada robotito especial arma su campamento temático alrededor de la nave nodriza. Dentro de ese hub, que es a su vez un nivel en sí mismo, podremos habilitar nuevas zonas con piezas de rompecabezas y robots para rescatar. Eso siempre y cuando tengamos los robots necesarios. En esos momentos, el juego se vuelve un pseudo Pikmin o Wonderful 101 en el que todos nuestros compañeros unen fuerzas para ayudarnos a alcanzar un área inaccesible.
Todos estos elementos y mecánicas maravillosas están amalgamadas por una jugabilidad pulida y un apartado técnico exquisito. Astro Bot aprovecha todas las posibilidades que el DualSense tiene para ofrecer. Sensores de movimiento, luces, sonido y la respuesta háptica, el juego hace uso de todo. Caminar sobre las hojas secas en un bosquecito genera crujidos que se sienten en nuestras manos gracias a la vibración del control, y la resistencia de los gatillos hace que utilizar cada herramienta o habilidad nueva enriquezca el componente lúdico. Los sonidos cercanos salen desde el control, mientras que lo demás sale desde los parlantes de nuestro sistema de audio. Esto promueve una experiencia inmersiva como pocas, no sólo desde lo estético sino por lo sensorial.
Astro Bot es un juego que se mide con los mejores exponentes del género. El trabajo de Team Asobi ofrece una jugabilidad exquisita y cuida con recelo cada uno de los aspectos que lo conforman. No se trata de un buen intento o un gran contendiente a la corona. Por el contrario, estamos hablando de uno de los mejores plataformeros de los últimos 10 años. Diría que del primero en hacerle sombra a Mario, y hasta marcándole el camino de cómo hacer más interesante una batalla contra un jefe. En una época en la que las mascotas de marca son sólo un recuerdo noventoso y parecía que todo estaba dicho, Astro se perfila como un emblema para PlayStation, demostrando que en la actualidad es la franquicia más valiosa de Sony.
Sobre Sebastián Cigarreta
Periodista especializado en gaming, amante de los juegos incomprendidos y eterno enamorado de los clásicos noventosos. Tengo debilidad por todos los MegaMan, siempre Vega main y soy eterno caballero de Boletaria.
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