ARMORED CORE 6: FIRES OF RUBICON – Análisis

ARMORED CORE 6: FIRES OF RUBICON – Análisis

El retorno del rey

Con Armored Core 6, FromSoftware trae de regreso un clásico que se creía olvidado con una entrega que, luego de casi una década, ofrece una experiencia familiar a la par que renovadora


Armored Core es una saga que me lleva de regreso a 1997. A los días de la mítica PlayStation y a una época en la cual FromSoftware no era lo que es hoy por hoy. El anuncio de Armored Core 6: Fires of Rubicon en The Game Awards 2022 fue una gran sorpresa. Y con esa misma incredulidad es que recibí este título que se siente como un viaje en el tiempo, ofreciendo una experiencia jugable que pensaba perdida, pero que tanto necesitaba. Es como reencontrarse después de muchos años con un viejo amor. Con aquello que se siente familiar pero, a la misma vez, como una bocanada de aire fresco. Una nueva experiencia.

Más de una década ha pasado desde la salida del último capítulo de la serie, el estudio ganó su merecido prestigio gracias a Dark Souls y Elden Ring. Y creo que pocos eran los que esperaban una vuelta a los orígenes por parte de la desarrolladora. Menos si se tiene en cuenta que hablamos de una de las series que, si bien prósperas en cuanto a títulos, siempre se mantuvo dentro del radar de un grupo acotado de fans. Pero aquí estamos y Armored Core 6: Fires of Rubicon se encuentra entre nosotros. Pero no solo para el regocijo de un nicho que esperaba en las sombras sin perder esperanzas, sino también para un montón de jugadores nuevos que seguramente van a tener un primer contacto con la serie.

En Armored Core 6 encarnamos a «621», también conocido como Raven, un mercenario y piloto de mechas, recién llegado a Rubicon, un misterioso planeta que presenta un paisaje post apocalíptico tras sucesos catastróficos. Sucede que el cuerpo celeste se encuentra en disputa por parte de varias corporaciones y milicias locales, todos luchando por hacerse con el Coral, un poderoso recurso natural autóctono. En este escenario, nuestro papel es el de vendernos como arma al mejor postor, trabajando para cada uno de estos bandos. O mejor dicho, para aquel que ofrezca el mejor pago.

A medida que la campaña avanza el conflicto se va profundizando a través del desarrollo de personajes y revelando los misterios que esconde la trama. Armored Core 6 presenta una narrativa un poco mas convencional a la que podría asociar a FromSoftware actualmente. Todo está presentado a través de diálogos que se dan antes, durante y después de las misiones. Lo particular es que dichas conversaciones siempre se dan en off. Es decir, nunca vemos a los personajes, sino que solo se escuchan sus voces, sus pseudónimos, emblemas y mechas.

Esto es interesante porque ayuda a construir una deshumanización que hace tan particular a su mundo. Metal, concreto, restos de antiguas civilizaciones, es todo con lo que interactuamos. Lo humano se remonta a voces, a un eco lejano. A algo que no se puede ver o tocar. De esta forma Armored Core 6 plantea un tono gris y melancólico pese a ser un juego de acción. Los momentos de humanidad que aparecen como destellos resaltan por su contraste. Poco a poco la campaña se aleja de los conflictos entre corporaciones pasando a luchas más personales, haciendo que los momentos en los que hay que tomar decisiones como ayudar o darle la espalda a aliados, tengan un singular e inesperado peso.

Las decisiones que se tomen durante la campaña bloquean ciertos caminos, lo cual obliga a terminarla más de una vez si es que se desea ver absolutamente todo lo que el juego tiene ofrecer. Eso, sumado a las arenas, y a los modos PVP 1v1 y 3v3, brindan de suficiente variedad de escenarios en los que poner a prueba las diferentes configuraciones del mecha.

Armored Core 6 Boss fight

Parte de sentirse deshumanizado es la estrecha relación que surge con el mecha que controlamos. Dar vueltas por los aires esquivando misiles y desatando un infierno sobre los enemigos es una parte del juego, sí. Pero configurar, armar, y experimentar con el coloso de metal es otra. Con tan solo decirles que pasé tanto tiempo en el campo de batalla combatiendo, como en el garaje ensamblando mi herramienta de destrucción.

La relación con el mecha es especial, ya que no se centra en construir uno y comprometerse con él. Al contrario, el juego quiere (y hasta obliga) a probar distintas configuraciones según cada situación. No hacerlo puede suponer un gran hándicap que dificulte la aventura. Por lo tanto, conocer cada una de las partes, armas, funciones y la utilidad que le podemos dar, es fundamental. En ese aspecto Armored Core 6 se parece mucho a un juego de carreras en el cual se puede tunear a un vehículo de acuerdo a las necesidades de cada pista. 

Cada pieza supone cambios que van desde ligeras variantes de atributos, hasta cambiar el estilo de juego completamente. Podemos elegir entre cambiar un generador por otro y tener así algo más de energía, o sustituir unas piernas ligeras por orugas de tanque, pasando de tener un mecha ligero especializado en combate cuerpo a cuerpo, a un titán pesado que apenas puede moverse pero con gran poder de fuego. Las opciones son gigantescas y pasé mucho tiempo probándolas todas. Todo esto sin contar las horas que dediqué a crear emblemas y stickers con los que «enchular» la apariencia de mi preciada máquina.

Armored Core 6 sunrise

A la hora de poner a prueba las monstruosidades creadas, Armored Core 6 ofrece dosis cortas pero intensas de combate. Las batallas son frenéticas, demandan de ser agresivos y estar en constante movimiento. Además, se puede ver cierta influencia de Sekiro, uno de los trabajo más reciente de FromSoftware, con un sistema de postura que permite aturdir a los enemigos para causar daño extra. Resulta lógico teniendo en cuenta que Masaru Yamamura, actual director del juego, trabajó en el mencionado título. Sin embargo, esto no opaca el hecho de estar ante una propuesta personal y única. Porque el combate es como una pequeña cápsula de tiempo que remite a generaciones anteriores, pero que sabe aggiornarse y mostrarse a la vez como una experiencia novedosa.

Las misiones, en su mayoría, son breves. Tan solo de un par de minutos, pero muy intensas. También hay otras ofrecen una experiencia un poco más larga, algo más abiertos y con secretos que encontrar. El juego tiene una estructura tradicional, con checkpoints y puntos en lo que reabastecer munición y kits de reparación. No hay escenarios laberínticos, aunque sí bastante verticalidad. Y aunque hay algunos incentivos para fomentar la exploración, en la mayoría de los casos todo pasa por ir del punto A al B, cumpliendo objetivos bien definidos.

Al final de cada misión se muestra un balance de ganancias, con ingresos y gastos, según el desempeño. Por lo tanto, completar los contratos sin hacer uso desmedido de munición ni recibir mucho daño, es fundamental para no sufrir una notoria merma de fondos. Este último aspecto se ha visto suavizado de manera considerable en comparación a otras entregas. En Armored Core 6 el dinero es relativamente fácil de conseguir y rara vez se nos obliga a repetir misiones para conseguir el vil metal con el que mejorar al mecha. Tal es así que se vuelve prácticamente imposible ver la pantalla de game over por quedar en bancarrota, como sí sucedía en juegos anteriores. Pero en caso de que tengan dificultades, les recomiendo darle un vistazo a estos tips y trucos que los ayudarán en la aventura.

La principal dificultad se encuentra en los picos que representan los distintos jefes. Es algo curioso, porque esto puede ser muy relativo según la configuración del mecha. El juego hace hincapié en que hay que adaptarse a cada encuentro, por lo que la experiencia de cada quien puede variar sustancialmente. Quiero decir que un jugador que se resista a experimentar con su robot lo va a pasar mucho peor que alguien que decida  jugar con estos sistemas.

Visualmente el juego destaca por su combate a gran escala, especialmente contra determinados jefes o en los combates singulares contra otros mechas. El resultado es un espectáculo lleno de explosiones, luces y movimiento que, además de hacer al show, también construye la intensidad de los combates. Además, cada una de las armas tiene un sonido particular. Pero el sonido del metal retorcido, especialmente al momento de reventar a un enemigo, es de lo más satisfactorio.

Armored Core 6: Fires of Rubicon es perfecto y al mismo tiempo no lo es. No creo que sea lo mejor que FromSoftware ha creado en la última década, y sin embargo siento que uno de los grandes logros del estudio fue apostar por él. Tampoco considero que sea el mejor videojuego de 2023, pero al mismo tiempo lo siento como el GOTY. La sexta entrega de esta mítica saga es más Armored Core de lo que esperaba. Una que toma la antorcha y continua la serie. Indudablemente, es el juego perfecto para los fans de la saga, pero más importante aún, es el que nos dice que no ha sido olvidada, que está de vuelta, y que tiene un futuro prometedor. Invita a nuevos jugadores a la serie, pero sin tratar de complacer a todos. Sabe lo que es, y lo que hace, lo hace a la perfección.


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Sobre Mariano Daneri

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