Quizá suene curiosa la pregunta, pero ¿Alguna vez imaginaron que habría sido de John Wick si en lugar de un asesino despiadado que emprendió una cruzada de venganza tras la muerte de su perro, se tratara de un rufián muy enfadado y molesto al que le robaron las zapatillas?. Yo tampoco, la verdad. Al menos no hasta la llegada de Anger Foot. El trabajo de Free Lives, no sólo presenta un humor muy marcado, visuales caricaturescas y una jugabilidad desenfrenada, sino que inaugura lo que podría definir como el primer exponente en el género Patadas en Primera Persona, muy divertido y estrafalariamente violento.
La historia sigue a Anger Foot, el protagonista que da nombre al juego; un delincuente que con algo de esfuerzo pudo conseguir el último juego de zapatillas necesario para completar su colección. Para su desgracia, la Banda de la Violencia, una de las cuatro organizaciones criminales que rigen las calles de Shit City, comete la peor decisión de sus vidas: Robar los tan codiciados calzados. Con ira corriendo por sus venosas piernas, nuestro protagonista se dispone a recuperar lo que le pertenece, emprendiendo una odisea de venganza donde pateará todo lo que se le ponga en el camino.
De inicio a fin, la trama de Anger Foot se mantiene en la línea de lo cómico. Desde el inicio deja en claro cuales son sus intenciones y que podemos esperar a lo largo de la aventura. Es un humor muy particular, gamberro y algo bizarro, que puede que no termine de cuadrar a todo el mundo. En cierto punto, recuerda al legendario ‘Cazador’, el personaje creado por Jorge Lucas, incluso en la estética grotesca y premisa absurda. Algo que, en lo personal, me encanta. Aún así, no es como si fuera el eje central de la propuesta, sino un añadido ameno.
La jugabilidad es donde Anger Foot brilla, y no es ninguna sorpresa. Acompañamos al protagonista por diferentes zonas, cada una perteneciente a una de las cuatro bandas de la ciudad. La idea es avanzar por diferentes escenarios hasta llegar al jefe de turno. A medida que progresamos, el juego introduce nuevos enemigos, armas y objetos de entorno como barriles explosivos que podemos patear contra los enemigos, o agua tóxica puede drenarnos la salud. El diseño de los mapas es bastante lineal, en su mayoría, pero algunos esconden secretos, atajos o caminos ligeramente secundarios que hacen más entretenida su navegación.
Cada nivel recompensa nuestra habilidad con hasta tres estrellas: una por superar el escenario en cuestión, y otras dos por cumplir objetivos específicos, como por ejemplo, ir descalzos, o a eliminar cierta cantidad de enemigos con un arma en concreto. La rejugabilidad se hace notoria cuando los desafíos se superponen entre sí, puesto a que a veces un mismo nivel nos pedirá utilizar solamente los pies, o no usar la patada en toda la pantalla. Por lo tanto, tendremos que regresar al mismo mapa, mínimamente dos veces, si que deseamos completar el juego al cien por cien.
Si bien podemos ignorar estos objetivos secundarios y seguir adelante, obteniendo sólo una estrella a la vez, esto impacta directamente en que tan rápido podemos obtener nuevas habilidades. Y es que cada cinco estrellas obtenidas, desbloquearemos un nuevo par de zapatillas, cada una con su propio bonificador. Una mecánica muy similar a la de las máscaras de Hotline Miami. Cabe destacar que no es estrictamente necesario hacer absolutamente todo. Durante mi partida ignoré varios desafíos y, muy a pesar de ello, logré conseguir todos los botines para el final.
Con respecto a las habilidades, cada una cumple con una función específica. Por ejemplo: una de las zapatillas recarga las balas de las armas de fuego cuando pateamos enemigos, otra provoca que las cabezas de los rivales sean cómicamente enormes haciendo que sea más fácil asestar headshots, y hasta tenemos una que nos otorga el mítico doble salto. También existen calzados que solo se obtienen derrotando al jefe de cada zona. Una alternativa viable para quienes no quieran enfocarse en realizar desafíos y juntar estrellas, además de que son algunas de las más interesantes. A propósito de ello, los enfrentamientos contra los jefes están muy bien planteados. Cada uno cuenta con sus propias fases y mecánicas, lo cual brinda algo más de variedad entre mapa y mapa.
Como nota final, he de decir que varias de las zapatillas ni las toqué. La verdad es que sentí que muchas palidecen en comparación con otras. No obstante, esto no quiere decir que otros jugadores no puedan darle un buen uso. Al fin y al cabo, la variedad es bastante amplia, lo cual da mucho margen para la experimentación. Por lo demás, sólo resta decir que Anger Foot ofrece todo lo que esperaba, y más. Es un título que gracias a su jugabilidad frenética, mezcla arcade con Hotline Miami, logra enganchar con muchísima facilidad. Lo que espero con ansias, es ver a la comunidad de speedrunners jugarlo y disfrutar de desenfrenadas carreras a pura patada.
Anger Foot es un juego lleno de humor cuya frenética jugabilidad nos invita a disfrutar de acción alocada reventando a patadas a todo lo que se cruce por el camino. Visualmente es muy llamativo y la movida banda sonora no hace más que motivarnos a lanzar patadas y mandar a los enemigos por los aires. Recorrer los niveles a toda velocidad, matar al enemigo que bailó sobre nuestro cadaver en el último intento, aprender y repetir, es increíblemente divertido. Sin más que añadir, los invito a atarse los cordones y adentrarse en Shit City y patear en la cara a algunos rufianes.
Sobre David Cedres
Fanático del anime, la ciencia ficción y por supuesto los videojuegos, de preferencia indies.
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